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jueves, 15 de agosto de 2013

"DOA: Dead or Alive" (2006).


-- "DOA: Dead or Alive". Estados Unidos / Inglaterra / Alemania. Año 2006.
-- Dirección: Corey Yuen.
-- Actuación: Jaime Pressly, Devon Aoki, Holly Valance, Sarah Carter, Natassia Malthe, Kane Kosugi, Matthew Marsden, Eric Roberts, Steve Howey, Brian White, Kevin Nash, Collin Chou, Derek Boyer, Silvio Simac, Fang Liu.
-- Guión: J.F. Lawton, Adam Gross y Seth Gross, sobre una historia del primero.
-- Banda Sonora: Junkie XL.

-- "DOA: Dead or Alive" en IMDb.
-- "DOA: Dead or Alive" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En Oriente, en una especie de reino mítico qué-se-yo (el videojuego de base 1.- No le sé la continuidad, 2.- Me suda saberme la continuidad, 3.- No me investigué la continuidad para este comentario), en la época actual curiosamente (porque el reino tiene una pinta de China medieval que tirapatrás), ha desaparecido el principito de estoquello (¿o era una especie de monasterio Shaolín? Bueno, qué más da. No creo que nadie esté viendo esta peli por su riqueza cosmogónica). Su hermana está por dentro llora-que-te-llora, pero por fuera es ESTOICA. Porque ella es ORIENTAL. Y si hay algo que toneladas de mangas, animes, cosplayers y too nos han enseñado, es que LAS GUERRERAS ORIENTALES CAÑERAS NO LLORAN. En vez de eso se quedan mirando fijamente al viento, con rostro pétreo, la mirada perdida en el horizonte... Devon Aoki, señoras y señores. El caso es que ella desobedece la orden de no abandonar el santuario (¿o templo? ¿o palacio? ¿o reino? Bah, qué más da) y parte a buscar a su hermano desaparecido. Bueno, muerto pero (chachán...) nunca encontraron el cuerpo. Los del santuario, mosqueados y too porque si hay algo que una secta oriental no tolera entre sus discípulos es LA DESOBEDIENCIA, así es que envía a otra guerrera detrás a matarla (la lógica de mandar afuera a una asesina para perseguir a otra asesina cuyo delito ha sido mandarse cambiar afuera, se me escapa). Después de una breve escena en donde vemos que Devon Aoki parte carne con dolor, la vemos recibir una invitación, y salto a... Hong Kong. En donde vemos a una ladrona duchándose con un cuerpazo supermodelo que ni encargo (pura insinuación, nada de chicha, ¿eh? Por cierto, lo de supermodelo es literal: Holly Valance, señoras y señores). Vienen a arrestarla, y ella se escapa con la macarrada más macarra que he visto desde... hace mucho tiempo, eso es, que es lanzar un sostén al aire y ponérselo mientras está peleando. Y se fuga. Después de la breve escena en donde vemos que Holly Valance parte carne con dolor, la vemos recibir una invitación, y salto a... la ancha mar océana. En donde vemos a una chica en bikini con otro cuerazo escándalo nacional (Jaime Pressly, señoras y señores). El yate en donde está la susodicha, es abordada por unos piratas. Saben lo que sucede después, ¿no? Exacto. Piratas pateados por chica en bikini (baba-baba-baba). Después de la breve escena en donde vemos que Jaime Pressly parte carne con dolor, la vemos recibir una invitación, y salto a... un avión, en donde vemos al grupo de gente rumbo a la isla en donde se celebrará el campeonato DOA, uno superchupi súpermolón tecagaslahostia que son invitados en secreto sólo los mejores de los mejores, la crema de la crema, el no va más del no va más, los cuerpos torneados de los cuerpos torneados. Y ya tenemos a nuestras tres chicas, la princesa, la ladrona y la... ¿qué era la tercera? Ah, sí, luchadora wrestler (algo que la presentación redneck de la Pressly hace muy creíble, por lo demás). Ya tenemos a las tres, decíamos, embarcadas para el triunfo. Pero claro, como las tres son las heroínas, no tiene gracia que una gane y las otras se queden mirando, así es que la trama a mitad de asunto devendrá en algo diferente, en la conspiración para chachachín chachachán, en donde los buenos dejarán de enfrentarse y unirán fuerzas contra un malo maloso superpoderoso blablablá. Ayudados por un cuarto cuerazo, por qué no, si las féminas chupeteables nunca sobran (Sarah Carter, señoras y señores). Ni les digo como termina. Ni falta que hace. El camino hacia el final, eso sí, tiene su dosis de curvas. Y de patadas dolorosas. Y de Generales Gatos preguntándose en dónde se compran las entradas para ir a verlas... er... a verlo... el torneo... en vivo, eso es. Que la peli me la vi en el cable, como corresponde, contribuyendo al fiasco económico que terminó siendo.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Adaptaciones de videojuegos. Tan viejas como... bueno, como "Super Mario Bros" por lo menos. Aunque ambos medios, el videojuego y el cine, tienden a mostrar resistencia mutua. Que las adaptaciones de videojuegos al cine tienden a apestar, y las adaptaciones de pelis a videojuegos, cuatro cuartos de lo mismo. Bueno, ayuda que los diseñadores, los cineastas, y muy en particular los productores ejecutivos, no terminen de tener bien en claro que cine y videojuego son dos medios distintos, con distintas mecánicas e interacciones, y una adaptación por fuerza debe cranéarselas para transportar de manera adecuada la experiencia de un medio a otro. Que si haces un videojuego de manera literal te queda una cagada como "Sucker Punch" (que no era videojuego, pero los homenajeaba), y de ésa nadie quiere acordarse (aunque Snyder se reivindicó con "El Hombre de Acero". Bueno, algo así). Aunque por otra parte los susodichos, los productores ejecutivos, para qué repámpanos carajosos van a preocuparse de la calidad y cosiacas así, si las adaptaciones se venden solas. Que ahí están los fanáticos que la van a ir a ver igual porque, LEÑE, YO JUGUÉ EL VIDEOJUEGO, inasequibles al desaliento. Bueno, hay casos, que los jugones de Resident Evil odian la "Resident Evil" de la Milla Jovovich y asín. "DOA: Dead or Alive" es la adaptación de una franquicia de videojuegos de esos de lucha, cuya primera entrega fue por allá por el '96, y venía un poco de ordeñar el éxito de "Street Fighter II" (que tuvo su peli por esos años) y "Mortal Kombat" (que también tuvo su peli por esos años). DOA tiene su solera y sus fanáticos, en particular por una característica muy agradecida por el jugón promedio. ¿Sangre? ¿Golpes espectaculares? ¿Fatalities? Bueno, sí, también, pero fundamentalmente... tetas. Porque en MK los más bacanes eran Sub-Zero y Reptile y etcétera, y nadie se tomaba a Mileena o a... ¿cómo se llamaba la otra chorba? En "Dead or Alive" en cambio, el factor "tetas balanceándose a patada limpia" resultó decisivo. Los exec acá la tenían claro: contratemos a un grupo de chorbillas serie B para tirar carne a la parrilla (una con exitosillo reciente, Devon Aoki por "Sin City", una curtida en bazofias B, Jaime Pressly de "Poison Ivy: La nueva seducción", y una que nunca haya actuado antes por el factor novedad, Holly Valance), y pongámoslas a hacer el canguro con arneses y cables, y para el resto de las escenas, ropita apretada. Seguro que el que escribió el guión se lo tenía trabajadito y listo en un fin de semanita de ná, usando el teclado con la mano libre. ¿El resultado? Sorpresa, sorpresa... Un fiasco total. De las críticas ni hablemos, que ya sabemos que hoy en día las pelis de videoj están más o menos como andaban las de supers o las de Epic Fantasy en los '90s, que nunca jamás les darán cinco estrellas de cinco en la columna de pelis del cine en el diario del domingo (con razón, por lo demás). Pero el público... La peli costó la cagada de 21 millones de dólares (o sea, con lo invertido en un blockbuster promedio de Hollywood se pueden rodar entre ocho o diez de estas cosas). Recaudó siete y medio. OH-CRAP. Ni qué decir que no hubo secuela como "Mortal Kombat: Aniquilación" o "Resident Evil: Apocalipsis". Ni falta que hace, por lo demás.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Estamos en lo que estamos. Vamos a lo que vamos. Es la peli de una franquicia famosa por sus guerreras tetonas dándose de tunazos por alguna razón (el videojuego tiene hasta guión y too, pero es un poco como la mitología de MK, que ni la conoce nadie y a nadie le importa mayormente, si la cosa es pretexto para lo bueno: mamporros). Sentarse a verla con otras expectativas es una soberana tontera, y si esperas cine de alturas, o incluso medianamente decente, por supuesto que te equivocaste de sitio (aunque si la ves solito en la intimidad de tu hogar, te ahorrarás los pequeños SPLUIT que puedan salpicarte). ¿Y cumple con esto? La verdad es que sí. El cuarteto de buenorras está justo eso, buenorras, elegidas de manera diversa para tener variedad (la oriental, la modelo de pasarela, la tetona supersiliconada, la deportista anoréxica... no diré cuál es cuál, pero el que sabe, sabe), y la peli no escatima en lucirlas, siempre dentro de las coordenadas del "para público adolescente", o sea, claro, no topless, no sexo, etc. (a la que sí escamitan en mostrar es a la quinta mosquetera, Natassia Malthe, la del ridículo peluquín morado desteñido tipo vieja-pechoña-de-iglesia, que venía de un rol similar como la villana de "Elektra" para colmo, aunque si es por verla en toda su gloria, hizo topless en "BloodRayne 3". Lo sé, Bastet tiene demasiada misericordia conmigo). El otro rubro, las escenas de pelea, también están bastante buenas, cortitas, concisas, pero con dolor, que es lo que cuenta (sin gore, eso sí. Ya sabemos por qué). Debido en particular a la adecuada dirección de Corey Yuen, cuyo mayor aporte al cine fue haber propulsado la carrera de Jean-Claude Van Damme en "Retroceder nunca, rendirse jamás", y que en los 2000s aún se dio maña para rejuvenecer laureles lanzando al estrellato a Jason Statham en "El transportador" ("DOA: Dead or Alive" es su última peli rodada hasta la fecha, y francamente, es algo triste que este buen hombre deba despedirse del cine así, con un batacazo tan indigno). De hecho, la peli abraza con tanto entusiasmo su condición de entretenimiento descerebrado, que se deja ver sin mayores problemas. En su primera mitad, por lo menos. En la segunda mitad, la cosa desciende un poco porque la peli gira hacia la resolución del gran misterio misterioso detrás del villano malo maloso, el destino del hermano, etcétera, la cosa adquiere un tono un poco más serio (no tanto tampoco. Estamos en donde estamos, recuerden). En definitiva, la primera mitad es la mejor porque es ágil, divertida, y vemos lo que venimos a ver, mientras que en la segunda trata de ponerse un poco más seria y pierde justamente su mejor valor: el no tomarse a sí misma en serio. Es por esta razón que al final uno tiende a llegar con un MEH, con un "otra peli de videojuegos que es una mierda" y tales. Bueno, mierda lo que es mierda no es. Tampoco es memorable. Es lo que es y punto. Mejor conseguido en su primera mitad, que en la segunda.

IDEAL PARA: Lo que promete, ver un festival de cuerazos dando patadas.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Dos chicas en bikini gozando infligirse dolor [¿hacen falta subtítulos...?].

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