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sábado, 16 de febrero de 2013

"Hasta el límite" (1997).


-- "G.I. Jane" (título original en Estados Unidos), "La teniente O'Neil" (título en España). Estados Unidos. Año 1997.
-- Dirección: Ridley Scott.
-- Actuación: Demi Moore, Viggo Mortensen, Anne Bancroft, Jason Beghe, Daniel von Bargen, Scott Wilson, John Michael Higgins, Kevin Gage, David Warshofsky, David Vadim, Morris Chestnut, Josh Hopkins, Jim Caviezel, Boyd Kestner, Dimitri Diatchenko, Angel David, Stephen Ramsey.
-- Guión: David Twohy y Danielle Alexandra, sobre una historia de esta última.
-- Banda Sonora: Trevor Jones.

-- "Hasta el límite" en IMDb.
-- "Hasta el límite" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una poderosa música militar nos prepara para la acción... ¡¡¡EN WASHINGTON!!! ¡¡¡PASO A LA ACCIÓN, A...!!! a... a... a, bueno... una audiencia para el nombramiento del Secretario de la Armada en Estados Unidos. ¡¡¡CON MÁS MÚSICA MILITARISTA TRIUNFANTE!!! Eh, bueno. Resulta que la senadora de turno dice que por qué en las Fuerzas Armadas no se permiten más mujeres, ¿verdad? ¡Porque las FFAA son sexistas, por eso! ¡Feminismo bueno, sexismo malo! (¡Y la senadora es texana, el estado más liberal, progresista y fumajuana de toda la Unión!). Finalmente, para que el candidato a Secretario de la Marina pase, debe hacer un trato. Iniciar un programa en que las mujeres puedan coger un fusil y dispararle sexy al enemigo. Cuando los altos mandos de la Armada se entera, les da soponcio como a un montón de viejas. ¡¡¡UNA MUJER EN NUESTRO SACROSANTO TEMPLO DE MASCULINIDAD!!! ¡¡¡OH, NO, QUÉ SEGUIRÁ!!! ¿¿¿MUJERES ABOGADAS??? ¿¿¿MUJERES ASTRONAUTAS??? ¿¿¿MUJERES PREMIO NOBEL??? Así es que para sacarse el cacho, abren el programa, pero... en los SEAL, el más duro de todos, el de estilo gurka, para que así la candidata desista cuando se le rompa la primera uña y todos tan contentos. La senadora por su parte elige a alguien que... no, esa parece esposa de granjero ruso... no, esa parece Arnold Schwarzennegger... ¡ésta, se vería bien con tutú! Paso a... Demi Moore, sentada haciendo labores de análisis. Ella es buena en lo suyo (claro), pero quiere algo más (por supuesto), y cuando le dicen que está aceptada en los SEAL acepta (faltaba más). Cuando habla con el novio/marido/peneconpatas/loquesea, éste por supuesto reacciona como debe reaccionar todo macho en una peli sexista, esto es, haciendo un escándalo y tal. Pero ella, erre con erre y vamos pa'lante. El primer día es un día de perros por supuesto. Y el segundo. Y el tercero. Y así en una interminable letanía de casi dos horas y media de peli. Hasta el inevitable triunfo final del espíritu blah-blah-blah. Vamos, una peli inspiracional no podía acabar de otra manera. (Bueno, corren rumores de que Ridley Scott grabó un final alternativo. Quizás algún día salga como extra en un DVD. Si alguien tiene los santos cojones de editarlo, y otro alguien tiene los santos cohoneh de verlo).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por alguna razón, acabado el enemigo externo (el Oso Ruso, ese magnífico villano de peli ochentera), el mundo occidental se recogió en su interior, y la tolerancia políticamente correcta se impuso. Parte de esa corrección política era... ¡¡¡MUJERES AL PODER!!! De pronto, que Monica Legüiski paladeara el delicado pene del Presidente de Estados Unidos... ¡¡¡ERA SEXISTA!!! ¿Por qué no puede haber una Presidenta mujer que agarre a un becario que le lave la campanilla, ah? ¿Ah? ¿Ves que eres sexista tú? Qué mala persona eres, qué vergüenza. Fue la época en que James Bond, recordemos, se echó una jefa mujer que le gritó a nuestro buen 007 que eres una reliquia machista de la Guerra Fría patatín patatín patatán ("Goldeneye"). La época en que las Spice Girls eran las calientapollas de la industria, porque tenían... ¡¡¡GRRL POWER!!! Eran mujeres tan empoderadas, que incluso podían darse el lujo de rodar una peli como "Spiceworld"... ¡Y nadie podía decir nada porque era SEXISTA! En medio de todo el cineasta Ridley Scott se atrevió con una historia pergueñada por Danielle Alexandra. ¿Por quién? Exacto, el castañazo de esta peli fue tan padre que nunca más se supo de ella: fue su debut y despedida del cine (antes, tenía en créditos haber creado una serie televisiva progreta ochentera llamada "Mis dos papás", y si no la recuerdan... yo tampoco, eso es). Después de la subvalorada "1492: La conquista del paraíso", Ridley Scott pasó por la olvidada "Tormenta blanca", y después por ésta. De alguna manera Ridley Scott se las apañó para resucitar después (¿"Gladiador", alguien?), pero Demi Moore, que ya venía del fiasco de "Striptease", pasó a mejor vida. Levantó la cabeza fuera del agua con "Los ángeles de Charlie 2: Al límite" robándole cartelera incluso al trío de exquisitas protas en bikini, pero desde ese entonces la pobre ya no es lo que era. En términos de fama por lo menos (en registro actoral es más discutible, que la Moore no es carne de Oscar precisamente). "Hasta el límite" es otra de esas producciones "muy de época" que hoy en día, en donde la sobrecorrección política ya no es un valor tan grande como solía ser, no queda más que mirarla con risas de conmiseración.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Una advertencia previa. Contra mi política habitual de anunciar los spoilers más gordos, esta vez me descerrajaré unos cuantos sin previo aviso, porque no hay otra manera de poner en evidencia los gravísimos problemas que lastran a esta peli. "Hasta el límite" trata de moverse entre dos aguas, por un lado la vieja "peli de entrenamiento" modelo "Top Gun" (dirigida esta última, quizás no por casualidad, por Tony Scott el por desgracia malogrado hermano de Ridley), y por el otro lado el manifiesto progreta de toda la vida (en este caso, KAKA SEXISMO KAKA). Y fracasa en las dos y de manera lamentable. Como thriller militarista no es que sea de fórmula (todas estas pelis lo son, ¿no?), sino que además es excesivamente larga, y llegado un minuto se torna cansina. Ya sabemos que ella no se va a rendir, que va a superar todos los obstáculos, que le van a hacer una zancadilla final, que ella se va a retirar, luego va a encontrar la manera de regresar al juego, y triunfar en un final que por supuesto de ser operación de ejercicio se transforma en guerra real (en este caso la recuperación de un satélite con material nuclear que ha caído en Libia, cuyo material podría servir para fabricar una bomba... lo que cuenta como mala suerte porque lo que cae en mi patio es mío, leñe, pero la peli presenta como ultraheroico lo que en esencia es una invasión militar en violación de todos los principios de territorialidad). Buaf. Pero, ¡esperen! ¡Además esta peli tiene MENSAJE! ¿Y qué mensaje es? Que una mujer puede hacer todo lo que un hombre puede hacer. Nada de malo con eso (aunque sea debatible que esto lo presenten con una Demi Moore masculinizada al máximo, pero bueno, dejémoslo así), de no ser porque es todo demasiado panfletario. ¿Por qué la prota quiere salir adelante en un mundo de hombres? Bueno, porque así hará carrera. ¿Y para qué quiere hacer carrera en vez de asumir un rol más, er... conservador, y así encajar mejor en las Fuerzas Armadas a las que por definición no suelen entrar los elementos más liberales? De cara al mensaje la pregunta es irrelevante (¡porque es LO CORRECTO, por eso!), pero de cara a la verosimiltud es atroz. Al final, la pregunta de por qué la chica está tan determinada a pasar por el infierno para salir adelante, la pregunta de por qué ella es tan especial que quiere (como otro personaje apunta con certeza) mudarse a un vecindario que no estará preparado para ello sino hasta el próximo siglo, queda sin respuesta. ¿Por qué? Porque ella no es un personaje, por eso. No voy a dudar de la notorias entrega y dedicación de Demi Moore a su rol (entrega y dedicación que son evidentes para cualquiera que vea la peli, por otra parte), pero esa entrega y dedicación están al servicio de un rol vacío. Porque el personaje de Demi Moore no es un personaje con motivaciones o sentimientos de verdad, sino un robot que está puesto ahí para que la historia marche, y cuya interioridad pueda ser rellenada por la sicología de todas las aspirantes que se quieran calzar en el rol de ella ("en realidad ella está determinada a salir adelante como mujer en un mundo de hombres porque ella es como yo", sin darse cuenta de que "ella" no es porque "ella" no es más que la proyección de lo que el espectador es). Incluso otra chica en un minuto le pregunta por qué lo hace, y Demi Moore da una respuesta-que-no-es-una-respuesta ("¿le preguntas lo mismo a los hombres?", "sí, ellos dicen que es por hacer explotar cosas", "ahí lo tienes"... ¿Qué significa ese diálogo y esa respuesta? ¿Se inventó una respuesta en el camino, colgándose de otra? ¿Está mintiendo? ¿Es una lesbiana en el closet que quiere hacer cosas de hombres para autorrealizarse? Misterio). ¡Leñe, si hasta una peli tan superficial como "Top Gun", a lo menos tenían la decencia de crearle un trauma al prota que explicaba por qué estaba tan decidido a ser el mejor (vale, con el tacto psicológico de un vulcanizador, pero al menos lo intentaban)! El personaje que no-es-un-personaje sino que está ahí para que el espectador rellene su interioridad, es un recurso que no tiene por qué estar mal, si está al servicio de una historia interesante, pero como veíamos, ni siquiera la historia lo es. Y para una peli que trata de reinvidicar a las mujeres, el retrato que hace de ellas es cuando menos un poco triste. Hay tres personajes femeninos con algo más de dos líneas de diálogos, y ellas son: una es la prota que no sabemos por qué está tan determinada y a ratos hace merecer la sospecha de que no es una mujer sino una machorra, la otra es la senadora a quien la fanfinfla todo el discurso de la liberación femenina y defiende la causa sólo un momento y por hipocresía ya que ella misma se encarga de sabotearla después, y la tercera es una chica cuyo único rasgo característico es su admiración hacia la prota machorra y que hace sospechar que es alguna clase de lipstick lesbian. Por otra parte, si bien algunas de las objeciones que plantean los altos mandos son de machismo rampante, otras no dejan de ser razonables, ya que el tener una única mujer dentro del pelotón plantea una serie de problemas logísticos que la peli menciona, aunque no de manera pronunciada ni en voz muy alta, no vaya a ser cosa que sabotee EL MENSAJE (en la peli "Starship Troopers" del mismo año no había problemas en que tropas masculinas y femeninas se ducharan en bolas de manera conjunta, con lo que aprovechábamos de apreciar la anatomía de Dina Meyer, pero claro, ésa era una de SciFi). Al final, lo malo de esta peli no es que sea una peli militarista (leñe, sabías a lo que ibas, ¿no?), no es que trate de transportar un mensaje (¿qué peli, de una manera u otra, no?), y no es que el mensaje esté mal. Lo malo de esta peli es que trata de ser una peli reivindicativa feminista de manual, pero en donde no vemos por ninguna parte ninguna traza de profundidad en el tema, ningún debate en ninguna escena que sea serio o profundo, y en donde para obligarte a hacer causa común con el personaje principal, vacían a éste (a ésta) de todo contenido sicológico fuera de una determinación que, visto lo visto, a ratos aparece más como imbecilidad o una muestra de serios problemas sicológicos, más que como un verdadero valor de nobleza. Pero pelis como éstas son el precio a pagar por la correción política desbocándose, más la omnipresente creencia de que la posición progreta es tan correcta que no hace falta más cuidado ni abrir debate porque, leñe, o estás de acuerdo o eres un villano. Pelis como ésta son un precio, decía, pero... tú no estás obligado a pagarlo.

IDEAL PARA: Mirar con nostalgia los tiempos en que el hembrismo a ultranza empezó a hacerse aceptable.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

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