Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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jueves, 5 de julio de 2012
"Un policía francés en Japón" (2001).
-- "Wasabi" (título original en francés), "Wasabi: El trato sucio de la mafia" (título en España). Francia / Japón. Año 2001.
-- Dirección: Gérard Krawczyk.
-- Actuación: Jean Reno, Ryoko Hirosue, Michel Muller, Carole Bouquet, Yoshi Oida, Christian Sinniger, Alexandre Brik, Jean-Marc Montalto, Véronique Balme, Fabio Zenoni, Haruhiko Hirata, Michel Scourneau, Jacques Bondoux, Osamu Tsuruya, Akihiko Nishida.
-- Guión: Luc Besson.
-- Banda Sonora: Julien Schultheis y Eric Serra.
-- "Un policía francés en Japón" en IMDb.
-- "Un policía francés en Japón" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En una discoteca de esas bien estrobodélicas y colorinches con música tecno, aparece una fenomenal chica bailando. Pero como es una de Luc Besson (no se dejen engañar por el tipo en el sillín del director, el que corta el queso aquí es ya-saben-quién), sabemos que viene algo macarra al segundo. Y efectivamente, con la regularidad de un reloj: aparece un poli duro (Jean Reno, como confeccionado con sastre para hacer para el rol del duro estoico) dándole a la chica, que por supuesto resulta no ser una chica sino un travesti. El asunto es darle a una banda de pirados, perdón, de piradas, que se travisten de mujerzuelas para asaltar bancos. Pero en todo el asuntillo, algo sale mal. Resulta que Jean Reno acaba golpeando accidentalmente al hijo del que no debía. Concretamente, al hijo del superior inspector prefecto prefectoso de la policía, o lo que sea su cargo. Así es que por mucho que haya resuelto el caso, el bureau manda, y cuando surge una oportunidad, se deshacen de él. ¿Qué oportunidad es ésta? Resulta que nuestro buen Jean Reno ha pasado 20 años (19, corrige él) melancólico por una relación del pasado, hasta el punto que ni siquiera es capaz de echarse entre pecho y espalda a nada menos que Carole Bouquet, femme MILF de mucho muy buen ver que además está coladita por él (ex-chica Bond, ¿OK?). Y la chica de la relación del pasado era japonesa. Y llega la noticia de que la chica está muerta y lo ha nombrado heredero universal de todos sus bienes (que, vamos, no es que sean tantos tampoco). Y ahí tienen al bueno de Jean Reno embarcado a Japón. Listo para reencontrarse con su pasado. Para descubrir que tiene una hija medio punk lolita (Ryoko Hirosue, hecha una cría). Y por supuesto, meterse en un lío en donde hará lo que mejor sabe hacer, o sea, golpear y disparar primero y preguntar después. Domoto arigato, miseru Reno.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Luc Besson revolucionó la cinematografía francesa. Un cine esterilizado por el potente bactericida de Cahiers du Cinema, que nadaba en la intrascendencia más absoluta (salvo para los culturetas de siempre, pero ésos qué saben), recibió un chute de adrenalina a la vena. Pero andando el tiempo, el hiperkinético Besson descubrió que como director iba a estar contando las historias de a una, y con eso no se hacía mucha industria que digamos (después de todo el cine francés no entra en el mercado par excellence que es Estados Unidos, como no sea vía remake, como la desastrosa "La asesina" es un remake de la bessonesca "Nikita"). Así es que, para hacerse con el resto del mundo, aunque sea direct-to-DVD, qué mejor que escribir/producir, y poner a una sarta de paniaguados a dirigir. ¡Vamos, que este tipo es una industria cinematográfica por sí mismo! "Un policía francés en Japón" sigue más o menos este patrón: es una peli escrita por Besson, y aunque otro tipo la dirige, tiene el sello de la artesanía Besson. O algo así, por lo menos.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Aunque no es la primera peli del género "Occidente le enseña a Japón como lo hacen los que saben" (ahí están la jamesbondesca "Sólo se vive dos veces" y la referencia no confesa de esta peli que es "Lluvia negra" de Ridley Scott, por no hablar de como Tom Cruise aprende the japanese way para después mostrar que la suya es más macarra y mejol, en "El último samurai"), ésta es... bueno, es la versión lucbessonesca del cuento. Lo que siempre se agradece, porque aunque después de sus éxitos '80-'90s como "Azul profundo", "Nikita", "El perfecto asesino" o "El quinto elemento" se ha dejado estar (eso de privilegiar la cantidad por sobre la calidad...), la verdad es que sus pelis siguen teniendo ese puntillo macarra que las hace tan entrañables. O cómo hacer esas absurdas pelis de Hollywood tomándose con la solfa necesaria. La peli va simple y recta del punto A al punto B, y en ese sentido no puede esperarse que tenga grandes sorpresas argumentales: el poli duro-pero-sensible es puteado por sus superiores, viaja a un país extranjero a descubrirse a sí mismo, se mete en líos, y sale triunfante a punta de chulería. Pero Besson sabe con lo que trabaja y no pretende vender una peli distinta tampoco. Tiene incluso sus idioteces incorporadas (se supone que el prota estuvo en Japón 19 años antes, y nunca supo lo que era el wasabi, por ejemplo). Desde luego que elegir de prota a Jean Reno, aunque igual haga un poco su rol de siempre, es una decisión acertada porque cualquier peli que ande cojeando, Jean Reno con esa eterna cara de estoicismo que se gasta, lo hace creíble. A su lado, Ryoko Hirosue como su hija recién descubierta (no es ningún spoiler esto, se sabe el nexo filial desde que entra el personaje en escena), compone de una manera muy carismática la típica criaturilla adolescente malcriada y rebelde que odia a su padre ausente justamente por eso, por ausente, sólo para que descubramos que por debajo tiene sus sentimientitos ocultos y todo eso. Y por cierto, entrañable el casi-cameo de Carole Bouquet, aún de muy buen ver en aquellos años ("Sólo para tus ojos"). En resumen, no es la peli que reinvente la rueda ni mucho menos, ni en su género ni como "una de Besson", pero tampoco pretende eso. Simplemente es hora y media de diversión por un tubo. ¿Se olvida fácil después? Probablemente. Quizás hubiera sido más recordable si la comedia estuviera un poco más afinada (se basa más en la farsa que en el gag o el estudio de caracteres) o la acción fuera un poco más trepidante (el gran talón de Aquiles de esta peli). Pero con su artesanía cumple. Entretiene, al menos. Es más de lo que se puede decir del hiperventilado cine hollywoodense.
IDEAL PARA: Ver una de esas noches en que se desea cine sin compromisos.
VIDEOS.
-- Jean Reno haciendo el mongo sobre una de esas infernales cosas bailables que inventaron los japoneses [en francés, sin subtítulos].
-- Jean Reno vuelve a enseñarnos otra vez y de nuevo y una vez más por qué es el p*** amo [en... bueno, sin subtítulos, pero no hacen falta, en serio].
La verdad es que el cine francés hoy está bastante lejos de esa imagen de arte encorsetado para media docena de elegidos que le dio la nouvelle vague y la revista Cahiers de Cinema, que curiosamente, hicieron las películas que hicieron con el propósito de rendir homenaje al lenguaje de Hollywood y sacar a las producciones locales del empaquetamiento en que había caído durante las décadas de 1940 y 1950, la cual muchos calificaban como literatura filmada. Pero lo cierto es que hoy se realizan obras de todo tipo: policiales, animaciones, melodramas, ciencia ficción, comedias y hasta existe una sátira por ahí que trata muy mal a un ex presidente, que no voy a nombrar pero que era un xenófobo hijo de refugiados que hace unas semanas fue echado a patadas del gobierno.
ResponderBorrarAfortunadamente, aunque pareciera ser que el grueso del cine francés que llega por estos lares es ese más artista, más pretencioso, en definitiva más Cannes. Es más bien poco lo que llega más "comercial" desde Francia, en particular si no está detrás Luc Besson como director/productor. En fin...
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