Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
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domingo, 4 de marzo de 2012
"Anónimo" (2011).
-- "Anonymous". Inglaterra / Alemania. Año 2011.
-- Dirección: Roland Emmerich.
-- Actuación: Rhys Ifans, Vanessa Redgrave, Sebastian Armesto, Rafe Spall, David Thewlis, Edward Hogg, Xavier Samuel, Sam Reid, Jamie Campbell Bower, Joely Richardson, Paolo De Vita, Trystan Gravelle, Robert Emms, Tony Way, Julian Bleach.
-- Guión: John Orloff.
-- Banda Sonora: Harald Kloser y Thomas Wanker.
-- "Anonymous" en IMDb.
-- "Anonymous" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Inicios del siglo XXI. Vemos a un personaje presuroso por la call... er... sí, eso escribí. Inicios del siglo XXI. No, no me equivoqué poniendo una X donde debía ir una V: es inicios del siglo XXI y no inicios del siglo XVI. Sí, ya sé que es una sobre Shakespeare, pero... déjenme terminar, vamos. Inicios del siglo XXI, como decía, personaje presuroso por la calle, llega a un teatro... y se pone a declamar: Señoras y señores, bienvenidos. Todos sabemos que Shakespeare es el p*** amo, que Hollywood sería una m***** sin robarle argumentos cuando no adaptarlo literalmente (claro, lleva fiambre más de 70 años, así es que no hay copyright que pagar), y que gracias al lamebotismo militante de una cerrada casta de oxfordianos empeñados en que su ombligo es lo más importante del mundo a punta de estudiarse por años su propio ombligo, Shakespeare es también el más glande y el mejol más mejol mundial de todos los mundialosos escritores, figúrense. Pero... supongamos... ¿y si Shakespeare no hubiera escrito su propia obra? ¿Y si alguien más hubiera...? Ya saben... Si Shakespeare hubiera sido sólo el caribonito del asunto, y la obra hubiera sido creada en realidad por un ghost writer, mejor conocido como "negro" a lo amigo... Salto a... el siglo XXI. Er... perdón, me equivoqué, ahora sí que es con V y no con X. Salto a... el siglo XVI. En este flashback, vemos una persecusión policial, XVI' style, que remata en el incendio del Globe Theatre. Al tipejo en cuestión lo arrestan, y cuando tratan de hacerlo confesar, vamos a... otro flashback. En donde vemos como hay un aristócrata muy pijillo él, Edward de Vere, que hace un gran descubrimiento: el teatro no es sólo teatro, sino que también puede ser... ¡¡¡UN ARMA!!! ¡¡¡POLÍTICA!!! ¡¡¡CON LA QUE HACER POLÍTICOS Y DERRIBAR GOBIERNOS!!! Otro flashback más (sí, es el segundo flashback-dentro-de-un-flashback, y el tercero en total) nos revela que el Eduardito era un niño prodigio, que encandiló a una jovencita Reina Isabel (la buena, no la del siglo XX) con sus poemas infantiles. De regreso en el presente (o sea, en el presente de Edward, no el del incendio, ni menos el de la narración teatral inicial), Edward decide que Ben Jonson es un dramaturgo mediocre, así es que lo elige para que porte SU obra con SU nombre. O sea, las obras de Edward de Vries saldrán bajo el nombre y con la firma de Ben Jonson. Sólo que éste se muestra medio reluctante, ocasión que aprovecha un pelafustán malparido de perro tiñoso con rata de bodega de cervecería llamado William Shakespeare, que hace pasar las obras como suyas. A pesar de que, señores... no sabe leer ni escribir (y sus compañeros en la actuación teatral, sin enterarse de esto último, se ve que en esos años no había Facebook). Todos juntos iniciarán una gran y épica jornada a través de la Inglaterra Isabelina porque están en juego... ¡la sucesión de la corona inglesa! Y además... ¡un romance clandestino de Isabel I con un noble, hace muchos años atrás! Porque eso de Reina Virgen, pues yo tampoco me lo trago, oigan...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Emmerich vs. Shakespeare: The Final Battle. Desde hace mucho tiempo, una peregrina teoría se debate en los círculos académicos. Según algunos, miren ustedes, William Shakespeare... no era en realidad William Shakespeare. O mejor dicho, no escribió sus obras teatrales. El más reputado dramaturgo de todos los tiempos (con perdón de Lope de Vega, pero es que oigan, en Hollywood a quién van a preferir adaptar, al inglés que le entendemos el idioma y además es uno de los nuestros, o al españolete tercermundista ése) en realidad habría sido un impostor, apenas un prestanome para un aristócrata demasiado importante como para figurar con su firma bajo "Romeo y Julieta" o "Hamlet". Aunque tratándose de "Las alegres comadres de Windsor", es comprensible, porque... er... esperen un minuto... er... bueno, me equivoqué, según Wikipedia, "Las alegres comadres de Windsor" no es una obra pornográfica, pero vaya uno a saber qué confiabilidad tenga Wikipedia en eso como en todo. Volviendo a lo nuestro. El caso es que circulaba un guión sobre el tema por Hollywood, hasta que el hombre más improbable se interesó por él: Roland Emmerich. Sí, el tipo detrás de "Moon 44", "Stargate: La puerta del tiempo", "El día de la independencia", "Godzilla", "El patriota", "El día después de mañana", "10.000 AC" y "2012", todas obras conocidas por haber reclutado a la flor y crema de los actores shakesperianos para guiones igualmente shakesperianos. Y como haberla cagado con "El patriota" no era suficiente, ya iba siendo hora de regresar al cine histórico, faltaba más. Y lo hizo. Por la puerta grande. Como todo Emmerich. Y también se despidió. Por la puerta grande. Como no todo Emmerich. Pero admitamos que Emmerich es bombástico incluso hasta en sus fracasos. Eso algo debe valer. Digo yo.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Partamos por las afirmaciones acerca de que esta peli devela una teoría de la conspiración en torno a Shakespeare, y que todos los eruditos están equivocados y que la verdad está aquí. Todo eso es para la promoción, como es la costumbre de Emmerich. A la hora de la verdad, Emmerich recurre a una solución muy ingeniosa: le copia al maestro. A Shakespeare. ¿Recuerdan cuando en las obras teatrales de Shakespeare, varias de ellas parten con un prólogo en que se explica que...? Eh... ¿No lo recuerdan? Pero... ¿Es que han visto alguna obra de Shakespeare alguna vez? ¿Sí? Bueno, voy a hacer como que les creo. El caso es que muchas de estas obras parten con prólogo, y ésta también. Eso es un arma de doble filo. Por un lado, al estar todo englobado dentro de una gigantesca obra teatral, presentada por Derek Jacobi, ahí es nada, entonces todo lo que van a ver no sólo es ficción, sino que además es ficción absolutamente autoconsciente de serlo. Por el otro lado, al usar ese recurso narrativo shakesperiano, entonces... ¡Roland Emmerich se está comparando con Shakespeare! Lo que es risible, si se considera que "Anónimo" es cualquier cosa, incluso hasta una buena peli a ratos, pero... ¿shakesperiana? No, eso sí que no, en definitiva. Salvo que la consideremos shakesperiana como algo que hubiera escrito el palurdo que es el Shakespeare retratado aquí, supuesto de que supiera escribir... ya me empezó a doler la cabeza con tanta recursividad lógica, mejor sigamos.
-- Frente a todo cristo que ha puesto a parir esta peli, yo... no, no diré que la voy a defender. Pero no estaba TAN mal. La premisa inicial es interesante, y la historia tiene su punto, no se crea que no. El problema es que está narrada de una manera tan convolucionada, con saltos hacia atrás y hacia adelante en el tiempo, que se hace complicadísimo seguirla. Si hubiera sido narrada de manera un poco más simple, incluso más teatral, no correríamos el riesgo de que a mitad de peli perdamos casi todo el interés por lo que se nos está refiriendo. Más aún cuando descubrimos que William Shakespeare es un asshole, y además un secundario en su propia peli (bueno, se llama "Anónimo", así es que no es el prota, claro, pero eso sería más aceptable si lo que se nos cuenta en vez tuviera algún suspenso). Además, los que saben de historia saben además cómo acaba la cosa, por mucha licencia histórica que le pongan, y los que no saben historia... bueno, ellos por principio no van a ver esto, así es que tampoco. Pero si te pones a pensar la historia, y te sientas a digerirla, es mucho más interesante de lo que parece. Pero claro, primero hay que opinar que vale la pena pensar la historia, y ese es un paso quizás algo grande cuando uno se ha pasado media peli aburrido esperando que suceda algo espectacular que nunca llega...
-- Uno de los puntos interesantes de la peli, tiene que ver con la idea de que escribir es una especie de vicio. El que nace chicharra muere cantando, y nuestro prota es un poco así. No es una idea terriblemente nueva, pero la peli gana puntos de interés cuando se vuelca hacia ella. Al final, es hasta entendible por qué el pobre de Vries hace un poco todo lo que hace. A ratos, se me hace que a través suyo, Emmerich está tratando de plasmar su propio incontinente proceso creativo, su necesidad de crear aunque otros traten de coartarlo. A de Vries, su condición social, a Emmerich las constantes críticas en contra de sus pelis. Claro, resulta algo graciosa esta lectura de la peli, que homologaría a Emmerich con el creador de "Ricardo III" o "Macbeth", vamos (sea Shakespeare o de Vries, cualquiera de ambos), pero se diga lo que se diga, aunque Emmerich no es un Shakespeare ni por asomo, al menos está más cerca que su compatriota Uwe Boll, que sí que se las da de supercreador y sólo consigue rodar pelis superridículas.
-- El resto de la peli... sí-com-sá. Las actuaciones son tirando a débiles, salvando la papeleta Rhys Ifans como Edward de Vries, y por supuesto Vanessa Redgrave como la Reina Isabel, que no es su mejor rol ni mucho menos, pero es que la Redgrave sería capaz de actuar improvisando en la ducha y sacarse un buen papel, así es que cómo iba a fallar acá. Aún así, Isabel I ha sido interpretada por grandes como Sarah Bernhardt ("Los amores de la reina Isabel", peli muda por supuesto), Bette Davis ("Mi reino por un amor"), Agnes Moorehead ("La historia de la humanidad"), Cate Blanchett ("Elizabeth"), y Judi Dench ("Shakespeare apasionado"), así es que la competencia es muy dura aquí. Simpático el detalle de darle a Joely Richardson el rol de Isabel joven (para los no enterados: Vanessa Redgrave y Joely Richardson son madre e hija en la vida real). El resto de los actores cumple con el horario, pero poco más. La banda sonora tiende a ser debiluchilla. En lo que sí la peli se salva, es en la recreación de época, sumergiéndonos de verdad en lo que más o menos debió ser el Londres del XVI, con una iconografía más bien oscura y deprimente, lejos de enfoques más románticos como el de, volvemos a, "Shakespeare apasionado". Algo es algo.
IDEAL PARA: Ver algo que se salga un poco de lo ordinario, aunque con mucha paciencia.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].
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