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domingo, 10 de febrero de 2008

"Acuérdate de mi" (2003).


-- "Ricordati di me". Italia / Francia / Inglaterra. Año 2003.
-- Dirección: Gabriele Muccino.
-- Actuación: Fabrizio Bentivoglio, Laura Morante, Nicoletta Romanoff, Monica Bellucci, Silvio Muccino, Gabriele Lavia, Enrico Silvestrin, Silvia Cohen, Alberto Gimignani, Amanda Sandrelli, Blas Roca-Rey, Pietro Taricone, Giulia Michelini, Maria Chiara Augenti, Andrea Roncato.
-- Guión: Gabriele Muccino y Heidrun Schleef, basado en una historia del primero.
-- Banda Sonora: Paolo Buonvino.

-- "Acuérdate de mi" en IMDb.
-- "Acuérdate de mi" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Italia. Antaño fue un barrio fascista, luego fue un barrio yuppie, luego decayó y es un barrio... para ellos, nuestros protas. Que son cuatro. Está el padre de familia en un trabajo que no lo llena, que quiere volar, terminar su novela... Está la madre que años atrás sacrificó su promisoria carrera teatral para cazarse, perdón, casarse, e incubar prole. Está la hija mayor, una dieciochera (bueno, en realidad 17, pero casi 18) emperrada en hacerse famosa a como dé lugar, incluyendo encamarse con figurines de la TV para hacerse un lugar en el hueco mundo de los estelares con baile. Y está el otro hijo, que es... bueno, es... bien, cómo decirlo, es... En realidad, básicamente no es. No es nada, no es nadie, creo que me hago entender sin necesidad de insistir en el punto. Pues bien, resulta que nuestros cuatro personajes que comparten una misma familia casi como por milagro (y es que apenas interactúan unos con otros) emprenden cada uno sus respectivas búsquedas personales. El chico anda obsesionado con una chica que tuvo a bien darle un piquito alguna vez, y la quiere a ella y sólo a ella, aunque ella no quiere porque él no es lo suficientemente cool (lo que a su edad, en ese tiempo, significaba ser comunacho sin onda). La chica, por su parte, acude a un casting, y aunque no queda, consigue incrustarse como astilla en el ojo de un tipejo de la TV, con el que activa el servomotor abrepiernas para obtener la corriente eléctrica que la pondrá en imagen catódica por toda Italia. La madre, por su parte, tiene una impensada oportunidad de retomar su carrera dramática, y descubre cuánto había dejado de lado. Y el padre, por su parte, se reencuentra con un antiguo amor, con el que se embarca en una renaciente pasión volcánica y neumática que lo llevará a poner en crisis toda la delicada estabilidad familiar y podría hacer saltar la peli por los aires...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '60s, el cine europeo era sinónimo de B/N (y filtros monocromáticos más tarde), imágenes-secuencia de 20/25 minutos de duración, diálogos de absurda recarga filosófica, personajes alienados y abundante material mamario para la cámara. Afortunadamente, aunque una parte importante de la producción cinematográfica europea sigue por esos mismos aberrantes y herbertmarcusianos canales, otro importante grupo de cineastas se ha apartado de todas esas convenciones para tratar un tipo de cine más amigable con el público, entendiendo de una vez por todas que "serio" o "de calidad" no significa solemne o aburrido. Aunque podrían haber conservado la última costumbre, la del tema mamario, que a nadie le hacía daño, pero en fin, no siempre se gana...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una gran película sobre el tema de la desintegración familiar. Sin ser discursiva ni pedante, o acabar el asunto en moralina. Simplemente se trata de cuatro personajes que viven cada uno su propio mundo particular. Tomar la opción de contar cuatro historias paralelas, encajarlas en un miembro distinto de cada familia, y conseguir que las cuatro historias importen y pesen lo mismo, es fazaña no menor. Aquí consiguen el prodigio. La peli tiene un feeling muy natural y muy moderno (o casi, porque vemos adolescentes en el 2003, pero no usan I-Pod, no escuchan MP3 y no chatean por Internet, pero en fin...), sin caer en la imitación barata del drama yanki contentaDisney de toda la vida. El gran mérito es que consigue que nos interese como espectadores las vidas de los cuatro integrantes de la familia, a pesar de que en estricto rigor, los cuatro son miserables y patéticos perdedores, de la clase que en verdad, con miradita honesta al corazón, nadie quiere realmente ser. Y eso, sin juzgarlos, absolverlos por su lado humano debajo de la podredumbre moral, o condenarlos por el crimen de pecar contra Jehová (Paul Thomas Anderson podría haber aprendido algo de aquí antes de rodar la sobrevalorada "Magnolia", si ésta hubiera sido posterior). Simplemente contando la historia en neutro, y dejar que el espectador decida. Eso es respetar la inteligencia del espectador.

-- Los cuatro personajes son buenas representaciones de cuatro estereotipos sociales burguesoides por desgracia muy comunes hoy en día, y de los cuales, por mejor, hablaremos por separado. El padre es el tipo que antaño tuvo grandes sueños e ilusiones, pero que no sólo es un derrotado por la vida (ya sabes: la familia, los hijos, la política, los impuestos...), sino que además se derrota a sí mismo, siendo un gran y perpetuo coitus interruptus ambulante, ya que no es capaz de concretar nada con su amante (a la que por otra parte, vaya uno a saber si la quiere por ella, o simplemente por escapismo de su asfixiante medio ambiente), y tampoco puede escribir el capítulo final de su largamente inacabada novela. Lo interpreta Fabrizio Bentivoglio, y está la mar de bien, más allá de lo odioso y anodino que resulta su personaje. Por cierto, Monica Bellucci aparece a cuenta de él (ella es la amante), pero no se hagan ilusiones; ya no es como en "Drácula", que mostraba cuero sin empacho; ahora es famosilla y hace esta clase de roles que, pues bien... acá está de adorno y como reclamo publicitario para el afiche. Nada más.

-- La madre es su correlato femenino, que sacrificó una carrera actoral para servir a la familia en la casa, y después tiene la cara de gritarle (no decirle, gritarle, que ella es de la clase histericona) a su marido que todo el sacrificio es por culpa DE ÉL (como si ella hubiera dado el paso de la Gran Renuncia con una .44 en la nuca), y que a pesar de no remorderle el temita de los romances extramaritales cuando son propios, no tiene empacho en hacerle la casa el Infierno de Putas a su marido cuando éste toma igual camino. La actriz a cargo es Laura Morante, a quien, después de verla como frustrada esposa de pianista en la posterior "Lo mejor de nuestras vidas", empiezo a preguntarme si es una actriz que interpreta papeles de histérica, o una histérica metida a actriz. Bueh, quizás actúe con el útero, después de todo.

-- La hija "permuto vagina por TV" es interpretada por Nicoletta Romanoff. Como no la he visto en otros roles, me pregunto: ¿realmente es una gran actriz, o es una chiquilla hueca interpretándose a sí misma? Porque la verdad, el tema de la chica tonta para todo lo que no sea abrir las piernas le sale de lo más natural. Verla es tener la viva representación de lo que acá en Chile se conoce como la "Chica Mekano" o la "Chica LUN", la adolescente bien tonificada de músculos, pero que ya ni siquiera resulta interesante de físico de tan anoréxica que está. De hecho, el programa al que arriba como bailarina ("Alí Babá") está calcadito de programas chilenos como el decadente "Morandé con Compañía", o el por la Infinita Misericordia de Dios ya fenecido "MeKano", y en otros países debe haber clones de estas putrefacciones audiovisuales. Y algo de ironía debe haber en que quien llega al programa es ella, abriendo las piernas, y no su mejor amigui, que está harto más buena, si me preguntan.

-- El hijo está interpretado por Silvio Muccino (hermano del director de la peli, por si no notaron la coincidencia de apellidos). Es, con mucho, el personaje más patético de todos. Es un perdedor al que nadie hace caso, y que cuando una chica tiene a bien besarlo, aunque sea para pasar el rato, hace lo imposible por conquistarla, en vez de asumir una actitud viril, mandarla a volar, y construir su propio imperio con materiales más promisorios. Por eso le va como le va, después. Por desgracia existen muchos adolescentes así. Yo los mandaría, como terapia, a ver esta peli, para mostrarles todo lo que no tienen que hacer en esas edad en que las hormonas tratan de imperar.

-- El final. No lo revelaré, pero no es un final con moralina Hollywood. Gracias a Dios.

IDEAL PARA: Tener una visión de la vida familiar como (desgraciadamente) es, y no como debería ser (según el canon Hollywood).

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