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domingo, 11 de noviembre de 2007

"B-Happy" (2003).


-- "B-Happy". Chile. Año 2003.
-- Dirección: Gonzalo Justiniano.
-- Actuación: Manuela Martelli, Eduardo Barril, Lorene Prieto, Felipe Ríos, Ricardo Fernández, Gloria Laso, Sergio Hernández, José Martín, Juan Pablo Sáez, Gabriela Hernández, Juan Falcón, Consuelo Edwards, Carmen Gloria Bresky.
-- Guión: Fernando Aragón, Sergio Gómez, Gonzalo Justiniano y Daniela Lillo.
-- Banda Sonora: Cuti Aste.

-- "B-Happy" en IMDb.
-- "B-Happy" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Katty no le tiene miedo a nada. Aunque su vida está lejos de ser un lecho de rosas. La chica tiene catorce años, vive en el campo (no el campo idílico y rousseauniano lejos de la ciudad, sino ése pobre y medio moribundo en un pueblo de mala muerte), asiste a un "liceo con número" (eufemismo chileno que describe a los liceos fiscales, en contraste con los "colegios con nombre y apellido", de preferencia nombres y apellidos ingleses, para la élite aristocrática conocida también como "pijes", "cuiquerío" o "pelolais"). Su madre le tiene un día muy especial, de viaje a Valparaíso, en donde visitarán a su padre preso (que especial, ¿no?). El padre sale de tomar el sol con traje a rayas, y vuelve con su familia, pero... ¿intenciones de enmendarse? Poco y ná, porque hombre botarate como él no se ha botao otro en esta tierra de Dió. De manera que Katty ahora tiene su piño de complicaciones. Por un lado está su madre, que es buena para retarla y cagarle la siquis. Por el otro está su hermano, metido en pasos medio raros. Ni hablar de su padre, que al poco está siendo olfateado por los ratis, a ver en qué nuevo hecho con connotaciones delictivas anda metido. O el chico que la pretende, al que tampoco mucho caso, porque para qué. La jornada de Katty acaba de empezar, y nadie sino el guionista sabe dónde terminará...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Gonzalo Justiniano es un director irregular. Sería grande, y en verdad sabe contar una historia, pero está lastrado por esas viejas concepciones del pasado, según las cuales el cine chileno debe servir como vehículo para explorar la esencia de la chilenidad, la cual se encuentra expresada en la vida de los seres tranquilos, marginales y miserables... Eso uno se lo aguantaba a Aldo Francia ("Valparaíso mi amor", "Ya no basta con rezar") porque eran los '60s, venía toda la influencia de la Nouvelle Vague (y más lejitos el Neorrealismo estilo "Ladrón de bicicletas"), y camarada, el cine tiene que ser comprometido con los valores sagrados del Comunismo, chico, qué chévere... Pero pues oiga usted, ya estamos en el 2000, y seguimos pegados con la misma tonterita... Porque aquí vamos otra vez, con la enésima historia de vidas mínimas y marginales, estilo "El delincuente" o "Hijo de ladrón" de Manuel Rojas. Por algo en el cine no la vio ni el cortaboletos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una de las buenas películas de Gonzalo Justiniano. Su trayectoria ha tenido altas y bajas (más bajas que altas, en realidad). Este es uno de sus puntos álgidos; el otro sería "Amnesia" (de "Sussi", "Caluga o menta", y en particular la horripilante "Tuve un sueño contigo", mejor ni acordarse). A sabiendas de que tenía una historia casi episódica, una historia sin historia en realidad, prefirió recurrir a escenas cortas y fugaces, y con eso le confiere gran agilidad a un relato que, en realidad, no puede ser más estereotipado. Si usted nunca ha visto una peli sobre la marginalidad social chilena (puede ser, si usted es extranjero), "B-Happy" es un buen punto de partida. Pero si usted ya ha visto cosas como "Taxi para tres", o antiguallas como "El Chacal de Nahueltoro", por ejemplo, entonces no hay nada más que ahondar. Porque en realidad, el tema del cine y la marginalidad urbana o rural quedó prácticamente agotado en Chile con "Valparaíso mi amor", y desde ahí ninguna otra película ha sumado nada (ni tampoco "B-Happy").

-- Las actuaciones son decentes a buenas, sin descollar. Entre los seniors, se llevan la palma Sergio Hernández y Gloria Laso. Eduardo Barril, que interpreta al padre de Katty, recurre a los tics y manierismos que le son propios hace tanto tiempo, y siendo el buen actor que es, se desperdicia de una manera lamentable. Lorene Prieto también está bien. Entre la hornada joven, Carmen Gloria Bresky como "la Pulga", en una aparición bastante fugaz, se roba la peli.

-- Manuela Martelli. Fue su película debut, y habla muy bien de su talento, el hecho de que a pesar de no haberla visto nadie aquí, su carrera actoral no quedó sepultada, sino que siguió remontando hasta convertirse para el 2000 en lo que Patricia Rivadeneira y Marcela Osorio fueron para los '80s, o Tamara Acosta para los '90s (es decir, el bombón sexy que actúa). Y ya aquí aparece muy apetecible. Esto se llama chantaje emocional, porque cómo no te va a gustar la peli, después de ver a Manuela Martelli poniendo cara de estoicismo ante todas las putadas que le gasta la vida (porque hay que ver cómo le pasan putadas).

-- Vamos ahora a por el tetómetro. Primera peli de Manuela Martelli, y primera en que muestra topless. Y la verdad es que se ve de lo más desarrolladita (tenía 19 años en esa época). También Lorene Prieto se atreve, en coito por la carretera de Detroit y con senos al aire. Aunque entre las dos nos quedamos con la Martelli, con sus senos mucho mejor formados, y además porque es más joven. A mi no me digan, esto es una peli chilena, y peli chilena sin gomas al aire no tiene gracia.

-- Grande la escena en que la directora de la Correccional de Menores se lleva su merecido. Grande la Pulga, que consigue el milagro.

IDEAL PARA: Fanáticos de la secuela de filmes chilenos sobre el alma y la identidad chilenas, y fanáticos de Manuela Martelli (sí, soy uno, ¿y qué?).

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