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domingo, 12 de agosto de 2007
"Yo, Robot" (2004).
-- "I, Robot". Estados Unidos. Año 2004.
-- Dirección: Alex Proyas.
-- Actuación: Will Smith, Bridget Moynahan, Alan Tudyk, James Cromwell, Bruce Greenwood, Adrian Ricard, Chi McBride, Jerry Wasserman, Fiona Hogan, Shia LaBeouf.
-- Guión: Jeff Vintar y Akiva Goldsman, vagamente basados en una historia para la pantalla de Jeff Vintar, inspirado en el libro de Isaac Asimov.
-- Banda Sonora: Marco Beltrami.
-- "Yo Robot" en IMDb.
-- "Yo Robot" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Hace tiempo atrás, hubo un accidente automovilístico. El detective Spooner cae al agua en un vehículo, y una niña en otro. Un robot se arroja al agua y rescata al detective Spooner, dejando ahogarse a la chica, basado en un cálculo lógico y racional de probabilidades de supervivencia (lo que demuestra que un robot no será nunca más que un montón de chatarra pseudointeligente, porque miren, el detective Spooner venía interpretado por Will Smith... debió dejar que se ahogara). Años después, en Chicago durante el año 2035, nuestro detective se ha convertido a la religión de la tecnofobia. De pronto, lo llaman para un caso bastante particular. En una gigantesca corporación metragoelmundo, dedicada a los robots, uno de sus más destacados investigadores ha fallecido, en apariencia después de haber hecho un recorrido directo desde varios pisos más arriba, sin usar las escaleras o el ascensor. Podría pasar por un suicidio, salvo por varios detalles. Por un lado, la oficina estaba completamente cerrada, pero no hay registro de lo ocurrido en el interior. Además, aparece un robot bastante peculiar, dentro de la propia oficina (¿y...? Los robots no pueden matar gente, les está prohibido por su programación). Además, el vejete no tenía la fuerza para atravesar el vidrio. Y para hacerlo más misterioso, dejó un holograma en el cual encarga específicamente a Spooner que investigue el caso. A la luz de todos los antecedentes, Spooner empieza a investigar al robot, guiado por su paranoia tecnofóbica, a pesar de que todo el mundo le insiste que eso es imposible, que los robots no matan gente, que se tome unas vacaciones, etcétera. Pero Spooner es porfiado (Will Smith, ¿recuerdan?), y ayudado por la bellísima doctora Susan Calvin, empezará a investigar a Sonny, el robot, y llegará a una desconcertante verdad, una que podría estar relacionada con la más gigantesca entrega de robots a lo largo de la historia, una que está próxima, que pondrá un robot cada cinco humanos en el planeta, y que podría ser quizás parte del más dantesco de los planes maestros para...
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
¿Cómo demonios una peli como ésta puede ser tan buena y tan mala al mismo tiempo? Veamos, la historia es la siguiente. Por allá en los '40s, fueron promulgadas las llamadas Tres Leyes de la Robótica. Su autor fue Isaac Asimov, aunque según éste confiesa, la autoría le correspondía a John Campbell. Las Tres Leyes son: 1.- Un robot no podrá dañar a un ser humano, o permitir que por su inacción éste sea dañado; 2.- Un robot siempre obedecerá las órdenes dadas por un ser humano, salvo que entren en conflicto con la Primera Ley; y 3.- Un robot siempre se autoprotegerá, salvo que sea autoprotección entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley. Parecen perfectas, ¿verdad? Pues bien, Asimov se hizo el pino escribiendo cuentos e incluso novelas en donde demuestra cómo estas leyes, en apariencia perfectas, no pueden funcionar en la vida real, bien sea porque el ser humano se las arregla para meter las patas con los robots, bien sea porque los propios robots se ven enfrentados a situaciones en apariencia imposibles, bien sea por ambición o codicia humana que lleva a utilizar a los robots inocentemente en un sentido u otro... Algunos de esos relatos fueron compendiados en su libro "Yo, robot", y desde entonces ése libro es considerado como el non plus ultra de las obras literarias que versan sobre robots. Intentos de adaptarlos hubo varios, incluyendo un guión del ubicuo Harlan Ellison en vida de Asimov, pero el asunto no llegó a prosperar; además, el propio Asimov era enemigo de la adaptación de sus propias obras al cine, previendo (y con razón) que los tiburones de Hollywood, ávidos de lucro e ignorantes del más banal de los conceptos de "calidad artística", harían pedazos sus obras (no se equivocó). Pero apenas se murió Asimov, su querida esposa Janet se encargó de liberar los derechos sobre las obras. Sobre algunas, por lo menos. Paralelamente, a los Estudios Fox llegó un guión llamado "Hardwire", un misterio policial con algo del feeling Asimov sobre las tres leyes, y que Disney había tratado de adaptar con Bryan Singer de director (sí, Hollywood es un mundo loco; aquello hubiera sido interesante de ver). Como la Fox después adquirió los derechos de "Yo, Robot", decidió reconfigurar el guión para que se pareciera a la obra asimoviana, al menos en parte. El guión pasó por varias manos, hasta que cayó en esas cosas con forma de aserradora mecánica que el guionista Akiva Goldsman se atreve a llamar "mis manos", y... Pues bien... Hemos repasado en otras ocasiones el currículum de Akiva "Descuartizador" Goldsman en Cine 9009, pero es buen lugar hacerlo aquí otra vez: perpetró los guiones de "Batman eternamente", "Batman y Robin", "Perdidos en el espacio", "Una mente brillante" y "El Código Da Vinci". Lo pondré así: es una guionizada por Goldsman y protagonizada por Will Smith. Ya saben en qué gastarán su dinero, si la arriendan en DVD.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Está dirigida por Alex Proyas. OK, no es el mejor Proyas ni de vista. No esperen algo visualmente golpeador como "El cuervo", o un concepto brillante como "Dark City" (la peli a la cual "Matrix" le copió todo, para noticia de quienes todavía creen en el Hada Madrina). Pero su enfoque de mostrar un 2035 futurista, pero no excesivamente diferente en lo visual a nuestro tiempo (la película es de 2004), es una excelente decisión, habida cuenta de que el mundo no ha evolucionado estéticamente demasiado en los últimos treinta años, y por tanto no debiera hacerlo en lo sucesivo (para mí, la última gran revolución estética en materia de vestimenta fue el abandono del corset en las mujeres, del traje sastre en los hombres, y la aparición del bikini, y todo el resto no son sino variaciones sobre el mismo tema). Además, la película tiene pulso narrativo, como no sean en aquellas situaciones en las que Will Smith aparece haciendo el chulo, o peor aún, el Matrix, y que exigen toneladas de suspensión de la incredulidad (y yo tengo una dosis bastante limitada, gracias).
-- Al contrario de lo que muchos criticaron en su día, "Yo, Robot" sí incorpora varios conceptos de Asimov, y los trata bastante bien. Si excluimos la parte hollywoodense de mostrar tiros y explosiones (algo que no aparecía en las obras asimovianas, que prefería acercamientos más intelectuales, pero que en el cine es necesario, porque de otra manera el común de la gente, que suele ser estúpida y las filigranas intelectuales se les escapa, no habrían ido a verla), resulta que tenemos las Tres Leyes de la Robótica, a la doctora Susan Calvin (deslavada por culpa de un guión débil en ese sentido, pero está), a Multivac (no de nombre, pero bajo la forma más atractiva y no tan cuarentera de VIKI), ¡es desarrollada la teoría de la Ley Cero! (aunque sin ese nombre), y todo el misterio policíaco se resuelve con una serie de pistas hábilmente enlazadas entre sí. Por otra parte, a despecho de los iconódulos de toda la vida, la verdad es que Asimov no era exactamente un gran escritor, y él mismo tenía a bien reconocerlo (lean sus "Memorias" o sus trabajos sobre la historia de la Ciencia Ficción, si no lo creen); Asimov era más fuerte planteando conceptos y tramas interesantes, que bajando a la arena de escribir un relato con fuerza y estilo. Así, pues, estando presentes las ideas de Asimov, o algunas de ellas por lo menos, la peli es todo lo asimoviana que podría haber sido.
-- Toda la teoría fílmica se sustenta en crear, en primer lugar, un villano carismático, y en segundo, un prota con el cual la platea pueda empatizar. Pero siempre hay excepciones milagrosas. Esta es una peli en donde el prota es insufrible, porque en vez de ponerse en plan asimoviano (¡por suerte no se llama Elijah Bailey!), insiste en ser él, el mismo de toda la vida, Will Smith himself. Pero por suerte, no le cae bien a nadie. James Cromwell, como el científico muerto, no tiene que interactuar con él, así es que puede pasar olímpicamente de Smith (¿habrá preferido morirse antes que tratar con el Príncipe del Rap...?). En cuanto a Bridget Moynahan, compone una Doctora Susan Calvin bastante deslavada en relación a la heroína del libro original (en parte porque aquí está de "acompañante del héroe"), pero la señorita Moynahan hace lo que puede con lo que tiene, y en ese sentido está bien... además que es casi orgásmico cuando Smith trata de hacerse el chulo con ella, y ella le clava una mirada de "¿eres así de imbécil porque te hace sentir más sexy, o estás haciendo horas extras en el Departamento de Imbecilidad Aplicada?". Chi McBride, por su parte, aporta su cuerpote para componer el típico oficial de policía de escritorio, y con su dosis de sentido común compensa al chulo Smith. Y Bruce Greenwood compone por su parte a un empresario estilo Bill Gates que está demasiado preocupado por la marcha de sus asuntos para dejarse empapelar por el señor Smith. ¡Hasta Sonny se las arregla para lucir menos animatrónico y más humano que el señor Smith, y...! Sí, a pesar de que su pasada "soy demasiado humano para ser robot" es cargante, termina por ganarse nuestro cariño porque es más inteligente que todo el resto del elenco junto (¿qué habrían hecho Spooner y Calvin sin Sonny para salvar el día...?). Pensándolo bien, el señor Proyas fue inteligente: si no podía prescindir de Smith, entonces lo rodeó de gente que le iba a hacer el vacío, y con eso neutralizó su chulería. Hombre inteligente, digo yo.
-- Por favor, miren para otra parte con ese vergonzoso final con Will Smith haciendo el Matrix, y que destruye bastante de lo que con tanto esfuerzo habían construido los realizadores hasta el minuto.
IDEAL PARA: Ver una adaptación bastante decente de las ideas de Isaac Asimov durante las tres cuartas partes del metraje (la cuarta parte restante es Will Smith haciendo el chulo).
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