Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
Páginas
▼
jueves, 29 de marzo de 2007
"La noche de la iguana" (1964).
-- "The Night of the Iguana". Estados Unidos. Año 1964.
-- Dirección: John Huston.
-- Actuación: Richard Burton, Ava Gardner, Deborah Kerr, Sue Lyon, Skip Ward, Grayson Hall, Cyril Delevanti, Mary Boylan.
-- Guión: Anthony Veiller y John Huston, basados en la obra teatral de Tennessee Williams.
-- Banda Sonora: Benjamin Frankel.
-- "La noche de la iguana" en IMDb.
-- "La noche de la iguana" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Estados Unidos. Un reverendo protestante inicia un calmado sermón, pero apenas la congregación empieza a hacer algunos disimulados mohines, pierde la paciencia y comienza a fulminarles en la cara que no vienen a escuchar el servicio religioso, sino a verle la cara a un hombre con apetitos corporales, etcétera. Para aliviar sus penas, emprende el camino de las agencias de turismo, como guía. En México, mientras guía a un grupo de veteranas que necesitan de la estrechez moral como de una droga, una chica menor de edad comienza a dejarle caer insinuaciones de aquellas que han dado reputación a las chicas de ser tentación del demonio desde los más tempranos tiempos de la Historia. La chica hace lo imposible por encamarse con el reverendo, atraída por la posibilidad de corromper aquello que es sagrado, pero por supuesto que cuando los descubren, ella finge que es el reverendo quien la acosa a ella. El reverendo no discurre mejor idea que refugiar a todo el grupo en un hotel distinto al previsto en la ruta, para así evitar que una de las señoras se contacte telefónicamente con su hermano, un juez criminal de Texas. Allí, el reverendo se encuentra con una amiga (¿amiga, dije?) que es pura sensualidad, y que vive en pecado con dos mozuelos del servicio doméstico que deben faenársela bien, porque de servicio doméstico, ellos nada. Y aparecen un par de viajantes de gorra que son un poeta y su nieta retratista, que van a ponerle condimento a toda la situación.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
El dramaturgo Tennessee Williams, uno de los más importantes de Estados Unidos, se hizo famoso por sus obras en las cuales personajes enturbiados por sus pasiones luchaban por liberarse de los rígidos convencionalismos sociales a su alrededor. Y como estos rígidos convencionalismos giraban, por supuesto, en torno al sexo, pues bien, Hollywood descubrió que era una operación interesante adaptar sus obras a la pantalla grande, cosa que sucedió con "Un tranvía llamado deseo" y "La gata sobre el tejado caliente". Es decir, eran películas con temática sexual, pero de tratamiento lo suficientemente reprimido como para no encolerizar a las audiencias más liberales que, en definitiva, iban a ver la película no por ser una de Williams, sino por el morbo de ver pasiones desatadas en pantalla. "La noche de la iguana" se inscribe dentro de esta línea, y para que no queden dudas al respecto, el gran cebo publicitario era poner a la por entonces jovencísima (apenas 18) Sue Lyon en el rol de menor de edad; la Lyon ya había actuado como perturbador objeto de deseo en la "Lolita" de Stanley Kubrick, dos años antes, con escándalo. Al decir verdad, esta película no ha envejecido en lo absoluto, en particular por la maestría fílmica de Huston, aunque el material de base es, por decirlo suavemente, un tanto insípido. Los primeros dos tercios de la película traen lo bueno, es decir, lo mórbido de ver a un reverendo siendo acosado por una colegiala, pero en el tercio final todo se decanta en una conversación pseudometafísica que, oiga, para las tablas quedará bien, pero esto es cine, así es que déjense de payasadas, ¿bien?
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una de John Huston. No me cansaré de insistir que Huston es uno de los directores más sólidos en la historia de Hollywood, aunque a mi gusto sus películas tienden a ser demasiado cerebrales, y por tanto, resultan a la postre algo frías. No es casualidad que Huston se mueva como pez en el agua dentro de los cánones del policial ("El halcón maltés", "Mientras la ciudad duerme"), pero que quede un poco corto fuera de ahí ("La Biblia", y para públicos más "jóvenes", recordemos "El honor de los Prizzi"). En "La noche de la iguana" vemos algo de esto: la parte morbosa del choque entre el reverendo y la congregación por el tema de la chica, queda muy bien, pero el traco final en clave pseudofilosófica sobre la condición existencial humana, pues bien, se vuelve algo cansina. Pero no sigamos criticándolo demasiado, porque después de todo... ¡miren ustedes, consiguió sacarle una actuación decente a Richard Burton!
-- Las chicas. Ava Gardner, en su rol de dueña del hotelucho a medio caerse en que transcurre la casi totalidad de la acción, exhuda sensualidad por los cuatro costados. Y eso, en una época en la cual algo tan simple como montar un beso excesivamente caliente en pantalla era todo un problema. Sue Lyon, repitiendo en parte su rol de "Lolita", también está en su sabroso punto. Deborah Kerr desluce un tanto y se ve bastante desangelada, aunque eso no debería ser una sorpresa viniendo de ella.
-- El tema de la película es también un festín para psicólogos y analistas de la condición humana moderna, del ser humano arrojado al mundo y siendo un extraño para todo el resto de la Creación, y etcétera. Heidegger y Sartre hubieran hecho fiesta con el trecho final de la película. Todo eso luce envejecido en nuestra era y cultura cyberpunk, por supuesto, pero por lo mismo, conserva un innegable valor arqueológico.
-- El otro tema de la película, el de la chica jovencita seduciendo a un vejete, es también por desgracia muy actual. Seamos honestos, el auge de la guerra contra la pedofilia y todas esas cosas no es porque se haya tomado conciencia de un mal y se tome las armas para ganar, sino porque el sexo con menores de edad es algo tan común y deseable en nuestra cultura, que los moralistas de rigor están más preocupados que nunca. Hoy en día, el mundo está plagado de Sue Lyons, y ponerle dique a eso es casi imposible (porque en el fondo la gente quiere, y además porque excita aún más el morbo el que sea algo prohibido).
IDEAL PARA: Amantes del teatro contemporáneo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario