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viernes, 26 de mayo de 2006

"En buena compañía" (2004).


-- "In Good Company". Estados Unidos. Año 2004.
-- Dirección: Paul Weitz.
-- Actuación: Dennis Quaid, Topher Grace, Scarlett Johansson, Marg Helgenbergen, Selma Blair, Malcolm McDowell.
-- Guión: Paul Weitz.
-- Banda Sonora: Damien Rice y Stephen Trask.

-- "En buena compañía" en IMDb.
-- "En buena compañía" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Dan Foreman es el ejecutivo medio de cierta edad, en proceso de envejecimiento. Su puesto de trabajo en el departamento de ventas de la revista Sports America parece inamovible, hasta que el magazine es adquirido por un súpermegaconglomerado económico de estética e ideales seminazistoides (¡sinergía!, ¡unión!, esa clase de cosas). En consecuencia, llega al cargo de jefe un imberbe que va derecho a la escalera del éxito de los yuppies (¡oye, los '80s terminaron!). Sucede lo inevitable: el macho viejo con experiencia debe soportar el embate del macho joven ascendente en la manada. El viejo accede a degradarse porque tiene una familia que mantener, pero el joven no es exactamente un tiburón, oh, no, de ninguna manera. El sólo quiere hacer las cosas correctamente, y en el fondo, debajo de capas y capas de timidez, y de más de un poco de joputería de paso, demuestra tener un corazoncito de oro. Primero se aprovecha del vejete, extorsionándolo (o trabajo de asesor, o la calle), pero después descubre que la hija del vejete está de muy buen ver (siendo Scarlett Johansson, quien puede culparlo). Y comienza un romance clandestino. Al papá, maldita la gracia que le hace ver al jovencito invadiendo todas las parcelas de su vida. Así es que se dispone a (¡¡¡CHACHÁN!!!) enseñarle un par de profundas lecciones sobre lo que es la vida, etcétera.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Grandes corporaciones. Están por todas partes. Conocemos sus mecanismos para hacerlas tan rentables: compran una empresa, despiden a la mitad del personal, y hacen trabajar el doble al resto por la misma paga, y el que reviente no importa porque allá afuera hay cincuenta o cien veces la cantidad de trabajadores despedidos, que matarían y se dejarían sodomizar por ese mismo puesto. "En buena compañía" es una visión humanitarista, en formato de comedia post-grunge noventera, sobre este fenómeno social en donde lo nuevo amenaza comerse a lo viejo, y cosas así.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A pesar de lo deprimente de su tema, la película se la juega por un tono de comedia seria que le viene bastante bien. No es un drama (no mucho, por lo menos), ni tampoco es una comedia del absurdo, sino una historia ligera y no demasiado trufada de chistes fáciles. Comedia de situaciones, que las llaman.

-- Dennis Quaid. Este actor envejece y envejece y envejece, y sigue sin darle el palo al gato con un rol que lo catapulte a una fama verdadera. O acaso no quiere, lo que es una opción de vida válida y respetable, por lo demás. Lo que no cabe duda, es que Quaid es uno de los mejores actores de su generación, injustamente postergado, y aquí muestra una vez más su talento y bonhomía para hacer personajes con características positivas y negativas a un tiempo. Le acompaña muy bien Topher Grace, en uno de sus primeros roles importantes en el cine, como el niñato rico y mimado que en realidad anda desorientado por la vida como una vaca en un concierto de cámara. A cambio, Scarlett Johansson no está demasiado lucida, y no pasa del discreto rol de la musa del chico y la niña de los ojos del padre; no es que no esté linda como siempre, sino que el papel de ella es tópico a más no poder, y ella, en esta ocasión al menos, no se esfuerza excesivamente por sacarle partido. No se fijen mucho ni en Selma Blair ni en Malcolm McDowell, cuas fugaces apariciones son casi cameos de ellos interpretándose a sí mismos, o en todo caso, a sus roles estereotipados de siempre.

-- La trama tiene su gracia, aunque en verdad se nos venden dos historias por el precio de una (la lucha intracorporativa de los machos alfa, y el romance del jefe joven con la hija del empleado viejo). Ambas no juntan ni pegan mucho, pero componen un cuadro divertido, y resuelto de manera no diremos enérgica, pero sí eficiente.

-- Tiene moralina, pero no se revuelca en ella. Lo justo y preciso para que entendamos el mensaje entre líneas, sin atosigarnos con un discurso pedagógico sobre las virtudes del humanitarismo vs. la lacra social de las megacorporaciones.

IDEAL PARA: Ver una comedia corporativa con actores carismáticos en el reparto.

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