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jueves, 9 de marzo de 2006
"El príncipe de Egipto" (1998).
-- "The Prince of Egypt". Estados Unidos. Año 1998.
-- Dirección: Brenda Champan, Steve Hickner, Simon Wells.
-- Actuación: Val Kilmer, Ralph Fiennes, Michelle Pfeiffer, Sandra Bullock, Jeff Goldblum, Danny Glover, Patrick Stewart, Helen Mirren, Steve Martin, Martin Short, Ofra Haza, Eden Riegel.
-- Guión: Philip LaZebnik, con material adicional de Nicholas Meyer.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.
-- "El príncipe de Egipto" en IMDb.
-- "El príncipe de Egipto" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
Un hato de esclavos es azotado en el Antiguo Egipto, y reza al Señor, mientras una madre deposita a su bebé en las aguas, para salvarlo de una matanza egipcia. El bebé va a dar al Palacio del Faraón y es criado como hermano del joven Ramsés. Pero cuando descubra su origen (un poco en plan Lisa Simpson refiriéndose a su tío el industrial del automóvil: "tenía éxito, fama y fortuna, hasta que descubrió que es un Simpson"), escapará a Madián y se casará con una pastora. Como matar egipcios y traicionar a la afectuosa familia adoptiva es algo que place a los ojos del Señor, Dios se le aparece en una zarza escondida en lo más alto de la montaña, para conservar el efecto teatral, y lo envía a poner Egipto de cabeza con plaga tras plaga tras plaga tras plaga. Ramsés, afligido, deja salir de los hebreos esclavos, no fuera a ser cosa que ellos sean yeta, pero después se arrepiente y sale persiguiéndolos. Pero Dios hace maravillas con sus elegidos, así es que abre las aguas del Mar Rojo y deja pasar a los suyos, ahogando a la tropa de Faraón (claro que como Dios es aristócrata, al Faraón que organizó todo el tinglado le permite conservar la vida).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
"El príncipe de Egipto" era una prueba de fuego para la por entonces novel división de animación de Dreamworks, el monstruo corporativo creado por Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg y David Geffen. Y la pasó con creces, haciendo una película que, siendo para público infantil, tenía un planteamiento bastante adulto. Es decir, que no hacía sinónimas las expresiones "película infantil" y "película estúpida". En este filme, Spielberg (o mejor dicho sus marionetas en la dirección) homenajea abiertamente a dos grandes amores suyos: el pueblo judío, por una parte, al que ya había dedicado "La lista de Schindler", y el cine épico antiguo, en particular "Los diez mandamientos" de Cecil B. DeMille, algunas de cuyas soluciones iconográficas y argumentales están copiadas de manera prácticamente literal. Por si fuera poco, su mensaje agresivamente sionista fue un adelantado a los tiempos de "la guerra contra el terró" organizada por George W. Bush.
¿POR QUÉ VERLA?
-- Es una cinta que admite muchas lecturas distintas, todas ellas provechosas. Es una cinta "con mensaje político" (los judíos son los chicos buenos). Es una cinta respetuosamente religiosa. Es la historia de una tragedia familiar de dos hermanos que terminan enfrentados y separados irremisiblemente. Es la historia de un superhéroe nietzscheano elegido por Dios para llevar la salvación a los buenos y justos. Y desde todas estas perspectivas cumple sobradamente (preferencias ideológicas aparte, claro está).
-- Si el destino ha sido aciago con ustedes y no les ha permitido ver esa maravillosa joya del cine épico antiguo que es "Los diez mandamientos" de Cecil B. DeMille, éste es un buen sucedáneo. Como decíamos, la trama es muy similar (aunque en la de DeMille había un personaje adicional, una "chica mala" a la que Ramsés amaba, y que se enamora de Moisés, y que animaba el cotarro).
-- El desarrollo de los personajes es soberbio. Moisés hace lo que hace en nombre de Dios, pero es capaz de alegrarse y sentir afecto por Ramsés, incluso en lo más duro del enfrentamiento, y no se alegra de que su victoria final signifique el fin de su enemigo. Al mismo tiempo, Ramsés es presentado como un personaje en esencia bondadoso, arrastrado casi a su pesar por las preocupaciones del trono que debe defender, y que trata sinceramente de entender por qué Moisés se ha puesto en su contra, y de ganárselo de nuevo a lo que cree es la "causa justa". Es decir, se trata de seres humanos de carne y hueso, con dudas y vacilaciones, y no de colosos semidivinos guiados desde lo alto como marionetas.
-- No es una cinta que se ande con chicas. Los episodios más crudos del Exodo no fueron limados para nada (bueh, quizás un poco lo de las plagas). Aunque quizás eso no sea tan meritorio, si se considera que la crueldad era contra los enemigos de los sionistas, lo que le da a Moisés un poco de "legitimidad a lo Rambo".
-- El trabajo de animación es de primera calidad. Los personajes están trazados en modo caricatura, como es natural, pero los fondos y paisajes son de una naturalidad pasmosa. Se nota que la gente en Dreamworks tenía a la mano los libros de grabados de los egiptólogos del siglo XIX para inspirarse.
-- Si tienen la suerte de ver la versión subtítulada, golpéense con una piedra en el pecho. A diferencia de otras películas de animación, no invitaron a estrellitas glamorosas, sino a actores de verdad a impostar sus voces. Esto, incluso para los grandes secundarios como el Faraón Seti (con el vozarrón de Patrick Stewart, el famoso calvito Capitán Picqard de Star Trek) y los sacerdotes (Steve Martin en un trabajo serio y sin hacer de payaso).
-- La perspectiva histórica: esta película es una muestra del buen quehacer de Dreamworks en sus primeros años, antes de entrar en el declive inexorable que llevó a sus dueños a vender la empresa en 2005, a una década de iniciada la aventura.
IDEAL PARA: Ver una "de monitos" que de verdad emocione.
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