11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 30 de noviembre de 2008

"Red de mentiras" (2008).


-- "Body of Lies". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Ridley Scott.
-- Actuación: Leonardo DiCaprio, Russell Crowe, Mark Strong, Golshifteh Farahani, Oscar Isaac, Ali Suliman, Alon Abutbul, Vince Colosimo, Simon McBurney, Mehdi Nebbou, Michael Gaston, Kais Nashif, Jamil Khoury, Lubna Azabal, Ghali Benlafkih.
-- Guión: William Monahan, basado en la novela de David Ignatius.
-- Banda Sonora: Marc Streitenfeld.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Los illah-illah-illahllah están otra vez insurrectos. Anclados en su atávica superchería musulmana y anticapitalista (ya saben: Estados Unidos el Gran Satán y esas cosas), incapaces de aceptar que Cristo Nuestro Señor es el Verdadero Dios y que ha dicho "God bless America!", los muhayidines o como se llamen, están listos para enseñarle a todo el mundo que No Hay Más Dios Que Alá, Y Mahoma Es Su Profeta. De manera que ahí van los buenos chicos con armadura de kevlar a liquidar a los terroristas. En mala hora, porque cuando dicen que están dispuestos a sacrificarse, lo dicen en serio (piénselo bien, ¿no se mataría usted si es que le prometieran después que va a tener 72 huríes siempre vírgenes para desvirgar en el Cielo...?). En el Medio Oriente, un chico bueno (léase capitalista viviendo en el Medio Oriente, y trabajando para la CIA) descubre una posible fuente de información, pero es muy complicado sacarla a flote. La operación entera se va al carajo de la manera más espectacular posible (automóviles, helicópteros, explosiones... la parafernalia de costumbre, que esto es Irak y no la heladería de la esquina), y nuestro agente es extraído desde Irak para hacer un poco de limpieza y aquí no ha pasao ná. La única manera de atrapar a nuestro nuevo jihadista que se mueve en las sombras, es activando la conexión jordana. El problema es que el tipo encargado de la seguridad allá, el M jordano para que nos entendamos, no es que mire bajo el agua, que eso sería poco, sino un pez nadando y respirando toda ella. Frente a eso, los americanos no tendrán otra opción sino hacer eso que si pueden evitarlo lo evitan, o sea, TRANSAR, que aquí el Big Stick no funciona demasiado que digamos. Nuestro chico estrella viene recomendado desde arriba de la CIA, pero el jerifalte es muy poco grato al jefe de inteligencia de Jordania. Pero el chico listo le cae bien. Con todo, desde la CIA se mueven las cosas de manera a veces un poco torcidas, y no todo sale como debería salir. Y el jihadista, todavía tan lejos de la bandera estadounidense como al inicio. ¿Conseguirá nuestro chico guaperas pararle pies al terrorismo internacional, derrotar a los malvados fundamentalistas religiosos, y de paso conquistar el corazón de la bella jordana que se lo quiere secuestrar...? (Sí, es una peli de espías y agentes encubiertos y traiciones, pero también hay chica linda, para no deshonrar la noble tradición hollywoodense de "love & war"...).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hubo una época en que el oro azul fluía por el Tigris y el Eufrates, y grandes y portentosas ciudades como Babilonia o Nínive crecieron para ser sinónimos de grandeza, exotismo, lujuria y peplum. Luego, los canales se secaron, y el Medio Oriente pasó a ser el muladar por todos ahora conocido. Hasta que vino el oro negro y los occidentales aprendieron cómo meterlo en los motores para hacerlos funcionar. Pero nunca faltan los exaltados que, miren ustedes, pretenden seguir viviendo sus vidas en paz y libertad, siguiendo su propia religión, en vez de hacerse cristianos y estadounidenses y comer en McDonald's. Y ser terrorista contra el Estado en 1776 era buena cosa, pero por alguna razón, en 2001 pasó a ser malo... El cine se ha hecho entonces su América con pelis sobre nosotros los buenoides occidentales versus los malvados islámicos (vamos, seguro que no todos ellos son malas personas dispuestas a volarse por un me miraste feo, infiel). A pura memoria recuerdo "El hombre de la lente mortal", "El árabe", "Syriana", "Contra el enemigo", "Juego de poder", "Fuerza Delta", "Team América" (bueno, ahí el malo era coreano, pero eso de distinguir entre terroristas es como distinguir entre las siliconas de 150 candidatas a Miss Universo). Y ya sé que mezclé peras con manzanas, pero esa exhuberante variedad de géneros, desde el tratamiento más serio hasta el divertimento más schwarzenneggeresco, permite entender la magnitud del fenómeno. Aprovechando la resaca de pelis sobre Irak ("La conspiración", "Leones por corderos"...), Ridley Scott decidió darnos su propia visión del fenómeno. Y es que como buen british, papi Scott ya había querido dar mensaje, porque ser británicos importa la defensa de la Civilización con mayúsculas, y cómo no voy a dar mensaje, había querido dar mensaje, decía, con "La caída del Halcón Negro" y "Cruzada". El mensaje es fácil. América KK, tolerancia cultural buena. Occidentales manipuladores y agrios, orientales freedomfighters a la fuerza. Así nos va.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Para que no digan que la defiendo y después la encuentren KK, o que la defenestro y digan después que no era tan mala, lo diré en forma interrogativa y sucinta. ¿Magistral? No. ¿Buena? Sí. Esta peli no nos cuenta nada que otras pelis sobre Irak o el Medio Oriente ya no hayan referido. En particular se me viene a la mente la notable "Syriana", que aborda más o menos los mismos tópicos, desde un ángulo mucho más creíble, y por qué no decirlo, comprometido. El problema de esta peli es simple. Tiene una partida de caballo de carrera, pasan cosas a una velocidad de vértigo, tenemos más de alguna ocasión para sorprendernos sobre cuán joputas pueden ser los tipos de inteligencia, y de pronto, por un giro cretino de guión, que venía preparándose casi desde el comienzo de la cinta, el asunto remata en nuestro antihéroe sacrificándose por algo más grande que él mismo, y cargándose en un periquete de paso la caracterización de tipo sucio y trepa que venía desarrollando desde el minuto uno del film (bueno, desde el minuto tres, que la primera escena corresponde a un raid antiterrorista en Manchester... Morrissey estaría orgulloso). No diré cuál es ese giro, pero sabemos que dirige Ridley Scott porque es una salida argumental tan facilona como la de "Cruzada". Si me entienden. O sea, menuda mierda de peli. Y pues, no, tampoco. Porque el cine 2000s de Ridley Scott puede verse como un continuo ejercicio de estilo, jugueteando con el peplum ("Gladiador"), el psycho-thriller ("Hannibal"), el cine bélico ("La caída del Halcón Negro"), la épica pseudo-TLOTR ("Cruzada"), la comedia romántica ("Un buen año") y el cine gangsteril ("Gángster americano"), y ahora se atreve con el thriller políticointernacional setentero. Y al igual que las otras relecturas, esta visión scottiana sigue teniendo peso específico. Está bien dirigida y bien filmada, y los momentos de tensión tienen verdadera tensión. Justo cuando nos estábamos acostumbrando a ver hamburguesa de musulmán torturado gracias a "24", Scott nos demuestra que todavía se puede choquear a la audiencia con sangre y dolor corporal ("El juego del miedo" y secuelas exceptuados, por supuesto). Hay moralina y mensaje, por supuesto, pero esto tampoco lo remarcan hasta un extremo odioso, y eso se agradece. Russell Crowe, actor que le enciende velitas a Ridley Scott por catapultarlo con "Gladiador" y sostenerlo con "Un buen año" y "Gángster americano", hace un secundario de lujo como un pijecillo burócrata que aprendió de lo más bien a limpiarse el culo solito, y Leonardo Di Caprio confirma una vez más que el bajón post-"Titanic" y sus intentos de quedar como el chulito de la peli están quedando atrás para reclamar el lugar que antes de su infausto cruce con James Cameron parecía estar predestinado a ocupar. Otro tanto cabe decir de Marc Streitenfeld, que ya había colaborado con Scott en el soundtrack de "Un buen año" y "Gángster americano", y que si bien se echa de menos a Hans Zimmer (el compositor que reemplazó a Vangelis como "scottiano de toda la vida"), se las arregla para crear una banda sonora muy marchosa, que crea buena ambientación para lo que sucede en pantalla. Y a pesar de su desmayo final y una subhistoria romántica que nada tiene que hacer con el resto de la trama, la peli sigue siendo sólida y dura, un ejemplo de la contundencia con la que Ridley Scott suele rodar. Y si la peli no es tan excepcional como sus promesas promocionales ("¡Descubra, ahora sí, la sórdida realidad del espionaje en el mundo islámico, con la crudeza que nadie lo contó antes!"), tampoco saldrán defraudados de la misma. Aunque no alcance a batir la calidad de "Syriana", pero en fin, también a todo hay quien gane...

-- Un aspecto interesante de esta peli, que comparte con "El buen pastor", es su enfoque de la dinámica profesional de los espías. Al igual que los abogados que deben despellejarse en el tribunal uno al otro, y fuera de la secretaría se saludan con toda la fraternidad del mundo, los espías tienden a olvidar sus lealtades para con sus patrones (los Gobiernos, y a las últimas, en teoría al menos, la nación soberana toda), y a crear sus propias atmósferas y nichos de trabajo. Al final, todo se reduce a la defensa de unos intereses más o menos abstractos, para empleadores siempre no muy bien definidos, manejando toneladas de información que quién sabe si cierta o falsa, con métodos no demasiado diferentes a los utilizados por las amenazas que supuestamente deben conjurar. Estamos aquí por tanto en las antípodas de James Bond, con un 007 luchando al lado de valores muy definidos (la libertad, la democracia, el british way of life) y en contra de supervillanos también muy definidos (bueno, algo menos en "Quantum of Solace", pero no mucho, no sea cosa que el público deje de considerar a Bond como "the good guy"). No es casualidad que los pretorianos que debían proteger al Emperador de Roma, terminaban derrocando y entronizando a éstos a su antojo, así como la guardia selyuk del Califa abasida, los strelzi del Zar o los jenízaros del Sultán, y no debe ser casualidad que un director de la CIA consiga no sólo escalar hasta la Presidencia de los Estados Unidos, sino también después entronizar a su propio hijo en el mismo sillón (léase George Bush y su hijo el monguito George W.). Esa atmósfera de agencias de espionaje creciendo como tumores cancerosos y creándose su propio mundo de mentirijillas está bastante bien rescatada en la peli, y al poco rato ya no importa para qué diablos se persigue tal o cual objetivo: hoy día hay que aliarse con unos para apuñalar a otros, y al día siguiente es al revés. Y en una de las tantas, te apuñalan a tí. O no. Porque hay un agente secreto que ha sobrevivido 22 pelis, y dudo que en esta franquicia lleguen a "Red de mentiras 22: Quantum of Islam", ¿no...?

IDEAL PARA: Ver el enésimo cuento sobre los musulmanes terroristas y los chicos del mundo occidental libre, y por una vez en la vida, bien contado.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 27 de noviembre de 2008

"Miami Vice" (2006).


-- "Miami Vice". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Michael Mann.
-- Actuación: Colin Farrell, Jamie Foxx, Li Gong, Naomie Harris, Ciarán Hinds, Justin Theroux, Barry Shabaka Henley, Luis Tosar, John Ortiz, Elizabeth Rodriguez, Domenick Lombardozzi, Eddie Marsan, Isaach De Bankolé, John Hawkes, Tom Towles.
-- Guión: Michael Mann, basado en la serie de TV creada por Anthony Yerkovich.
-- Banda Sonora: John Murphy.

-- "Miami Vice" en IMDb.
-- "Miami Vice" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Mientras en un bar, un grupo de alegres parroquianos elegant style de Miami bailan "Numb" de esa banda mil-canciones-una-base-electrónica llamada Linkin Park, en la trastienda se cuecen cosas turbias. Es una trampa con mujeres de valor caro y moral barata, con los dos incombustibles detectives Sonny Crockett y Ricardo Tubbs a cargo. Pero de pronto una llamada abierta de un sopl... perdón, un informante (joer, si ahora hasta las prostis reclaman que las llamen "trabajadoras sexuales", así ya no se puede denigrar a nadie...), muy amiguete de Crockett y Tubbs, revela que algo está pasando en otro lado. Y como ellos serán los chicos de la ley, pero para hacer el bien a veces hay que transar con el mal, pues bien, a proteger al chico malo, que yo rasco tu espalda, tu rascas la mía, y entre los dos rascamos la de alguien más. Pero como los protas del asunto son Crockett y Tubbs, sin sidekicks, pues bien, las cosas salen mal para el informante, quien se muere rapidito y deja el asunto abierto para que los polis investiguen y haya peli. Lo que todos se preguntan es: bueno, lo mataron los de supremacía blanca, pero los de supremacía blanca son pobres diablos que viven en remolques y sin dinero, y gastan su tiempo planeando patéticos atentados contra Barack Obama, así es que cómo rayos tienen tanta inteligencia (léase inteligencia de "obtener información", no de CI, aunque para el caso...). Tras mirar un poco, descubren que todo tiene que ver con una posible y no detectada red de narcotráfico (otra más) que parte desde Sudamérica. La única posibilidad de acceder a ellos es hacerse pasar por muleros y pasar la droga a la frontera interior de los Estados Unidos de América. Las cosas, pues que se complicarán un poquito puis, porque resulta que la mano derecha del jefe que maneja el chilongo es nada menos que una chica, pos que tiene unos como rasgos así como indiecitos, ves, pero que la actriz es china por los cuatro costados... Y el corazoncito de Crockett pondrá su corazón en su pecera para hacer burbujas de amor por donde quiera y pasar la noche en vela y todo eso... Ya se sabe, donde hay mujeres de por medio, los machos viriles terminan metidos en problemas. Bueno, si fuera de otro modo, no habría peli. Así es que, a no quejarse, ¿eh? O mejor, por los resultados, quejémosnos.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los ya lejanos, y desgraciadamente demasiado resucitados '80s, hubo una serie de TV de polis que la rompió. Nació, según se dice, del siguiente modo: estaba de moda MTV, y le mandaron a un ejecutivo un memo diciendo "MTV cops". Seguramente eso explica por qué la serie de TV, a pesar de poner cabeza abajo a una generación entera de telespectadores, nunca me calentó excesivamente la cabeza, ni en los glamorosos y pastelosos '80s, ni en las sucesivas reposiciones de las Tardes de Nostalgia y cosas así. Porque, aparte del asunto taquillero y de ver a Don Johnson haciendo el chulo en una locación nada más chula como Miami (más o menos top desde que Brian de Palma dirigiera a Al Pacino en "Caracortada"), la serie era absolutamente insubstancial. Bueno, nunca la seguí con tanta regularidad como para seguirla hasta los infiernos en que, según me dicen y si no estoy mal informado, James Brown apareció disfrazado de villano extraterrestre para un episodio o algo así (¿habrán copiado de aquí la idea para "Depredador 2"...? Bueno, si James Bond se miamivizó en "Licencia para matar"...). El caso es que Michael Mann, quien produjo alguna que otra temporada de la serie, y se dio gusto de rodar la miamivicesca "Cazador de hombres" (la olvidada y más o menos olvidable adaptación de la novela de Thomas Harris en donde aparece por primera vez Hannibal Lecter, recordemos, y que fue remakeada en "Dragón rojo", ahora sí con Anthony Hopkins), por el 2004 se cubría de laureles con la estupenda "Colateral", y alguien le dijo entonces, "hey, Mike, Miami Vice again?". El otro va y dice, "pues, no sé, quizás"... Y le replican "oye, si hasta los finlandeses de Children of Bodom citaron a Miami Vice, es que el asunto quema, hombre". Y el otro va y pesca. Quién sabe por qué. Porque si había una serie de televisión prototípicamente ochentera, y por lo tanto que iba a resbalar pesado al ser adaptada en los 2000s, era justamente "Miami Vice". Es lo que tiene basar una serie en los trapos y la música ondera, que deja de ser ondero y pasa a ser retro y ya no sabes qué hacer con eso...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Toda adaptación para el cine de una serie de TV presenta un hondo dilema existencial: ¿hacemos la peli tan fiel como se pueda a la serie de TV, aunque ésta sea añeja y por lo tanto todo lo que era cool y molaba ahora se vea campy o kitsch, o bien la actualizamos y se la vendemos al público como the next best thing, aunque con eso matemos el espíritu original que la hizo grande en primer lugar...? Si la serie tiene conceptos e ideas originales de peso, la traslación no debería ser tan difícil, porque es cuestión de adaptar las ideas y botar el peso muerto. Pero si la serie es puro flamour, entonces no hay forma de evitar caer en lo campy o en la desnaturalización. Enfrentado al dilema, Michael Mann lo tuvo claro. Será una peli de acción (aunque sea porque Michael Mann es lo que mejor sabe hacer), y vamos a meter hartas cosas molonas, pero del 2000 (sí, hay gente que todavía en 2006 pensaba que Linkin Park era molón...). Y el resultado es muy término medio. Es decir, el apartado técnico es sólido como una casa, y el tratamiento de la peli es, en líneas generales, mucho más realista que la hightech/glamour/bullet-time/CGI violencia del cine postMátrix. Y estas cosas, que la hacen funcionar muy bien desde el punto de vista técnico, la hacen también indeciblemente aburrida. Porque la trama es lineal a más no poder. Los protas descubren una red de narcos, tienen que infiltrarla, y viene entonces la pugna sórdida. Todo va del punto A al punto B, y nunca hay una sensación de mayor vuelo narrativo. En su afán de ser cool, esta peli se toma demasiado en serio. Si le sumamos la horrorosa actuación de Colin Farrell (cuesta acordarse que apenas tres años antes era el nuevo chico maravilla de Hollywood con pelis como "Enlace mortal" o su desquiciado secundario en "Daredevil"), la poco carismática presencia de Gong Li, el desaprovechado Jamie Foxx (¿este tipo fue "Ray"...? ¿¿¿ÉL???), y unos villanos latinacas y white supremacy más bien mortecinos y sin mucha fibra, entonces no tenemos la sensación de estar viendo algo grande. No quiero decir que la peli es mala. No lo es. Aunque sea por el punch que le imprime Michael Mann a las escenas de acción y violencia, cuyo rudo y brutal naturalismo es marca de fábrica para el señor Mann, y que aquí está siempre presente. Pero en fin, "Colateral" era una peli libre, con una premisa también libre, y con eso ganaba muchos enteros, mientras que en "Miami Vice" tiene que ajustarse a los parámetros de una serie de TV fenecida long time ago, y estas falencias como que arrastran a la peli consigo. O sea, no es mala, incluso puede ser un pasarratos bastante aceptable, pero termina por ser banal y completamente prescindible. En veinte años más será reivindicada por los nostálgicos del 2000 que ahora están naciendo o yendo a Kindergarden, del mismo modo en que por el 2006 muchos blogs reivindicaban pelis horrorosas de los '80s simplemente por el Efecto Nostalgia. O peor aún, siendo una peli competente desde el punto de vista técnico, se rodará un nuevo remake del que se dirá "ahora sí, éste es el Miami Vice que nos merecemos", del mismo modo como se aprovechan de "Batman inicia" y "El caballero oscuro" para putearse en el "Batman" y "Batman regresa" de Burton. Un destino triste para una peli que tenía elementos para ser algo más que pura repostería fílmica.

IDEAL PARA: Fanáticos de la serie original, de Colin Farrell, o de Michael Mann.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Comentario en Extracine.com.
-- (Ir a la página) Comentario en Moonfleet.
-- (Ir a la página) Comentario en Videodrome.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinencuentro.
-- (Ir a la página) Comentario en Panfleto Negro.
-- (Ir a la página) Comentario en El Trastero.
-- (Ir a la página) Comentario en La Off-Off-Crítica.
-- (Ir a la página) Comentario en Cineismo.
-- (Ir a la página) Comentario en Civilcinema.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinefreaks.
-- (Ir a la página) Comentario en Silencio: Se Rueda.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 23 de noviembre de 2008

"La otra Bolena" (2008).


-- "The Other Boleyn Girl". Inglaterra / Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Justin Chadwick.
-- Actuación: Natalie Portman, Scarlett Johansson, Eric Bana, Jim Sturgess, Mark Rylance, Kristin Scott Thomas, David Morrissey, Benedict Cumberbatch, Oliver Coleman, Ana Torrent, Eddie Redmayne, Tom Cox, Michael Smiley, Montserrat Roig de Puig, Juno Temple.
-- Guión: Peter Morgan, basado en la novela de Phillipa Gregory.
-- Banda Sonora: Paul Cantelon.

-- "La otra Bolena" en IMDb.
-- "La otra Bolena" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Corona de Inglaterra atraviesa por convulsiones. Corren rumores de que el rey Enrique VIII está encontrando demasiado frío el lecho de su esposa, la muy latina Catalina de Aragón (Ana Torrent, cómo ha envejecido, por Bastet...). Los nobles ya están en la pista de largada para ver quién le hará el Bed&Breakfast, que quien sea la put... perdón, la escort del rey, obtendrá dinero, poder, regalos, prebendas, instalar a sus familiares en la Corte... Que más tira un par de las que sin las cuales no hay paraíso, que un par de carretas. Uno de esos nobles con espíritu de papá corazón tiene entonces la idea genial: "¿y por qué no le presentamos a mi hija?". "¿Tu hija, mi sobrina, a la cama de Enriquillo? ¿No se iba a casar?". "No, no, no, ésa es la chica buena, la Scarlett Johansson, la tontabalba de cuero dinámico, pero es demasiado centradita, no, ésa no sirve. Digo mi otra hija". "¡Ah, la Natalie Portman! Pero me han dicho que es media salvajona, la chica...". "Bueno, justamente por eso, pues, querido hermano...". Así es que organizan todo el sarao para que Enrique se aparezca por la casa de los Bolena y se entreviste con Ana la hermana mayor y con María la hermana menor. Se supone que Ana debía gustarle al rey, pero chachán, el corazón tiene razones que la razón no conoce, y además por mucho que uno ordene el pene se manda solo, así es que cuando Enrique se lleva a las chicas Bolena a la corte, es María la que termina embraguetada con el rey barbazul. Gran chasco de Ana, que quería ella probar brazo de reina, o de rey mejor dicho, y empieza a hacer gurrugurru contra su hermana María. Creo que a estas alturas ya no me están siguiendo, así es que lo pondré así: Eric Bana se tira a Scarlett Johansson (tiene más tetas, qué caray) y Natalie Portman se queda haciendo gárgaras. Pero, ¿creen que la maquiavélica Ana se dejará quitar del camino así como así por la angelical María? YOU LOSE. STAGE 2... FIGHT!!! Ana ahora va con toda la barra de energía lista para patear el trasero de María, y no se detendrá hasta el FINISH HER!!! FATALITY...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Enrique VIII debe ser el monarca más famoso de Inglaterra. Bueno, con la excepción de Isabel II, que hasta tiene peli propia en vida, cual es "La reina". Aunque por otra parte en la época de Enrique el Cortacabezas no había cine. Ni Shakespeare nacía. Pero bueno. El caso es que Enrique VIII y sus seis esposas crió fama y se echó a morir: ¡Todo el mundo le acusa de haber matado a todas sus esposas, cuando en realidad sólo mató a dos! (Catalina de Aragón: divorcio; Ana Bolena: DECAPITACIÓN; Jane Seymour: muerta de parto; Ana de Cleves: repudio; Catherine Howard: DECAPITACIÓN; Catalina Parr: sobrevivió; ¿lo ven? Sólo mandó matar a dos...). Enrique VIII tuvo incluso el inmenso honor de haber sido tomado como personaje en la serie televisiva de "La hechizada", haciéndoselas pasar canutas a la pobre Samantha. En fin. El caso es que el monarca ha sido interpretado un actorazo de la talla de Charles Laughton ("La vida privada de Enrique VIII"), por no mencionar a Robert Shaw ("Un hombre de dos reinos") o Richard Burton ("Ana de los mil días"). La ecuación de toda la vida, vamos, que a todos nos gusta las historias de amor y poder. Incluso hasta para un metrosexual como Jonathan Rhys Meyers hubo lugar, en "Los Tudors". Y si hay agua en el molino, abrevemos más, así es que así como así, salida desde quién sabe donde, una tal Phillipa Gregory escribió una novela sobre la otra chica Bolena, la que no se casó con Enrique (pero que sí tuvo ñuquiñuqui con él). Y van... Y como la novela tuvo éxito entre las lectoras romantívoras, pues que de golpe y porrazo nos echaron encima la peli. Consolémosnos. Podría haber sido peor. Si los Hermanos Weinstein hubieran intentado labrar fortuna en la Inglaterra Isabelina... ¡Un momento! ¡Lo hicieron! ¡Ellos produjeron "Shakespeare apasionado"!

¿POR QUÉ VERLA?

-- No puedo partir diciendo que esta peli es buena y que por favorcito se hagan un servicio yendo a verla al cine. No pasará nada si no la ven. No se acabará el mundo ni habrá Armagedón. Pero tampoco es tan terriblemente mala como se ha predicado de ella en algunas partes. Vamos por lo básico. La historia del rise and fall de Ana Bolena tiene mucho pathos porque trata del conflicto titánico de Enrique VIII contra la Iglesia Católica, y eso ha quedado muy bien registrado para la historia en esa brillante pieza de joyería narrativa que era "Un hombre de dos reinos". Y de esa clase de comparaciones con un cine más serio y con ideas, esta peli no puede salir sino mal parada. Pero si por otra parte consideramos a esta peli como un entretenimiento pseudohollywoodense más, al menos debemos conceder que cumple bien con esto. Lo que tenemos entre las manos es, ni más ni menos, que un culebrón venezolano al uso. Todos hemos visto esas teleseries cuates en que dos hermanas de familia pobre, una buena y una mala, se pelean por el amor del galán, que es un joven millonario que blahblahblah. Esto es lo mismo. Sólo que en dos horas en vez de 200 capítulos. Las dos jóvenes y el galán se conocen, y vienen las vueltas y revueltas del romance. Incluso el título de "La otra Bolena" ni siquiera se sostiene, porque ¿quién es la otra Bolena, al final del día? ¿María, la chica buena (buenorra, es la Johansson, ¿no?) que termina encamada con su augusto señor, pero que es desechada y cambiada por Ana? ¿O Ana, que se transforma poco a poco en la abominación de la desolación, en la villana oficial del cuento? Difìcil decidirlo, porque el guión parte privilegiando a la jovencita y después se queda con la bruja. Pero la peli en ningún minuto trata de que este folletineo isabelino sea algo grandioso o sea un legado cultural para las próximas generaciones (al revés de "Shakespeare apasionado", que era la misma cosa culebronesca, pero con muchas más ínfulas, y por lo mismo mucho más tediosa sin necesariamente tener más ideas o contenido). Todo está hecho para ser llevado del punto A al punto B, y si bien es frívolo e insubstancial, no deja nunca de ser entretenido. Bien conscientes estos tipos de que en aguas más profundas naufragan, apenas los diálogos de ponen demasiado pesados y amenaza con convertirse en una discusión ético-filosófica vana, cortan todo y a otra escena más liviana (no es que esté mal irse en profundidades, y ahí está la mencionada "Un hombre de dos reinos" para probarlo, pero es muy delicado hacerlo bien, y estos tipos, juiciosamente, en vez de arriesgarse al desastre prefieren el mal menor de ir de visita a Filosofilandia sin entrar). No quedará la impresión de ver una gran peli al final de todo, pero sí por lo menos tenemos una de esas pelis "de toda la vida", con buenos bien buenos, malos bien malos, y una caterva de malos entendidos y bajas pasiones a gusto (por bajas pasiones quiero decir: adulterio, violación, incesto, insinuaciones de parafilias...). Diversión garantizada, o le devolvemos su dinero (metafóricamente hablando, claro está, después no quiero que demanden a su buen amigo el General Gato por esto...).

-- Natalie Portman. Joven estrellita en "El perfecto asesino" y "Marcianos al ataque", y a punto de ser condenada a quedar clavada en un rol después de "La amenaza fantasma" y secuelas, esta chica se las ha arreglado para sobrevivir a flote de una manera u otra, de manera casi fantasmal, sin tener que desnudarse mucho (bueno, también está su estriptís en "Closer: Llevados por el deseo"). Irónicamente, en esta peli menor y casi de serie B, al estilo de las producciones históricas de la BBC de los '70s, pero en descafeinado, Natalie Portman se manda uno de sus mejores roles. Ver a su Ana Bolena ambiciosa, trepadora, viperina, egocéntrica y manipuladora, es odiarla. Su personaje está tan cargado de matices, y los interpreta tan bien, que simplemente arrolla por delante con todo el resto del elenco, incluyendo a Scarlett Johansson, que hace su papel tipo de minorra balbuceante (bueno, eso se agradece, qué caray) y se pasea por toda la peli con cara de no enterarse de nada (y van...), a un Eric Bana que si bien tiene el porte para interpretar a un monarca, no tiene en cambio la fuerza para llevar la réplica de este torbellino de pasiones (debe ser el Enrique VIII más Zen que he visto jamás), y al resto del elenco, en el que vemos a Kristin Scott Thomas como mamá Bolena, plantándole réplica a su maridito en plan "yo inventé el feminismo en el siglo XVI", aunque aquí esté un poco de bajas (¿Scott Thomas, mami de la Johansson y de la Portman? ¿Scott Thomas, la secundaria de lujo de "Cuatro bodas y un funeral", la exquisita MILF de "Juegos del destino", la del glorioso desnudo en "El paciente inglés"...? ¿Tanto así pasa el tiempo...?), a Ana Torrent en un papel casi de cameo como Catalina de Aragón, al que le saca bastante partido considerando que sobre el papel, sus diálogos son de puro culebrón (básicamente está para chulear en un par de escenas a las Bolenas... y el chuleo sale bien, qué decir, si falta el puro CHACHÁN de las teleseries mexicanas para completarla), y a Juno Temple upgradeada desde chica violada en "Expiación, deseo y pecado" a viborita de palacio aquí (a ese paso llegará a ser la bruja del cuento...).

IDEAL PARA: Quienes deseen ver una actuación magistral de Natalie Portman, además de babearse con Scarlett Johansson... (y no, lo siento, el poco sexo que hay está grabado con la cámada desenfocada).

P.D. En Chile fue estrenada como "La otra". Pero he preferido el título argentino porque al menos contiene el apellido "Bolena", como corresponde.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Comentario en Sobre El Mundo Del Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en Donde La Viste.
-- (Ir a la página) Comentario en Fosfenos.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinesfera.
-- (Ir a la página) Comentario en Libros, Viajes, Películas, Música, etc.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

-- Escena del matrimonio de María Bolena [en inglés, sin subtítulos]. -- Escena del nacimiento del hijo bastardo de María Bolena, con Ana Bolena revolviendo el cotarro para quedarse con Enrique (¡¡¡QUÉ MALVAAAAAADAAAAAA...!!!) [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 20 de noviembre de 2008

"Un hombre de dos reinos" (1966).


-- "A Man for All Seasons". Inglaterra. Año 1966.
-- Dirección: Fred Zinnemann.
-- Actuación: Paul Scofield, Wendy Hiller, Leo McKern, Robert Shaw, Orson Welles, Susannah York, Nigel Davenport, John Hurt, Corin Redgrave, Colin Blakely, Cyril Luckham, Jack Gwillim, Thomas Heathcote, Yootha Joyce, Anthony Nicholls.
-- Guión: Robert Bolt, basado en su propia obra teatral.
-- Banda Sonora: Georges Delerue.

-- "Un hombre de dos reinos" en IMDb.
-- "Un hombre de dos reinos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Las cosas están candentes en Inglaterra. En la Era PreShakesperiana, reina omnipotentemente el chulo Enrique VIII. Ya sabemos, Mr. CutHeads. Enrique VIII está impaciente porque Catalina de Aragón, su legítima esposa por dispensa de la Iglesia Católica (era esposa de su ahora finao hermano) no le ha dado hijos varones. Además, está más que califa con una cortesana llamada Ana Bolena, y ha convertido su asuntillo de sábanas en una cuestión de Estado. Por tanto... Zero tolerance must be shown against all traitors!!! Run the traitors against the wall!!! Tomás Moro, un tipo demasiado principesco para abandonar el poder, y demasiado correctito para profitarse de éste, está en la encrucijada. ¿Apoyará a su viejo amigo Enrique VIII, o más bien obedecerá a su conciencia y se negará a prestarle juramento? Todos le dicen: "Tomasito, Tomasito, pues doble el espinazito y preste juramento". Pero él, es que no, es que si juro en falso y después me voy ante el Tribunal de Dios, pues qué va a decir... El que sepa un poco más de Historia Universal, sabe en qué termina el asunto. Para el que no, me limitaré a decir que el argumento de esta peli sigue con bastante fidelidad lo que sucedió entre Enrique VIII y Tomás Moro, por allá a inicios del siglo XVI. Para lo que eso importa, claro está, porque lo advierto desde ya, esta peli no tiene efectos especiales, y no aparece ningún ninja haciendo el sayayín, así es que no sé quién de la New Generation querrá verla, pero es bien histórica, eso sí...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hubo una cierta tendencia entre los intelectuales del siglo XX, a crear una tonelada de obras del género "individuo vs. sistema", en donde el individuo representa la libertad de elección y es muy positivo y chupi, mientras que el sistema (cualquiera sea el sistema) es malvado y totalitario y listo. Me refiero a cosas tan dispares como, por ejemplo, "1984" de George Orwell, o las obras de teatro de Bertolt Brecht. El tema ha perdido fuelle en el XXI, a favor del sistema, por supuesto, porque la sociedad ha evolucionado de una manera muy curiosa: los capitalistas aprendieron que el individualismo era apreciado, y por lo tanto lo agarraron, etiquetaron, envasaron y estandarizaron, y ahora todos pueden darse el lujo de "ser libres" sin pagar el costo de serlo (ya sabes: pensar por tí mismo, tener emociones por tí mismo, preocuparte de otros prójimos que quieren ser libres...), y que optan por la solución módica y retail de integrar libremente alguna tribu urbana en la que, por supuesto, sus pares les dirán cómo tiene que vestirse y qué pelis debe ver (pero es libre para ingresar o salir, eso sí). Pero en esa época, querer ser libre era otra cosa, era en verdad hacerse responsable de uno mismo y de las opciones personales (qué caray, ya me puse sartreano, rayos...). Dentro de esa óptica se inscribe esta peli, "Un hombre de dos reinos", que toma el episodio histórico de la objeción personal de Tomás Moro (basada en sus principios católicos) contra Enrique VIII que ha abjurado del Catolicismo y se ha proclamado CEO de su propia Iglesia, it's good to be King, y que pretende imponer el Cielo o el Infierno por decreto, como un Zeus Tonante cualquiera. El creador de esta obra (la teatral y el screenplay para la pantalla) es Robert Bolt, un dramaturgo que ya tenía currículum en esto de las obras del género "individuo vs. sistema". Este es el punto más alto de su carrera. Y en verdad que es un punto alto. La peli luce añeja, tanto por sus planteamientos morales como por su puesta en escena, que probablemente ya era pasada de moda en sus días, pero aún así, sigue siendo una pieza sólida y potente.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos porque, de manera muy inusual, es una recreación bastante fiel a la realidad histórica. Desconozco si la historia es así, literalmente y casi diálogo por diálogo, pero sí capta más que bien la problemática de aquel tiempo, entre los protestantes que criticaban a la Iglesia Católica y no veían con malos ojos el salirse de ella, pero siguiendo en eso del Cristianismo, y los católicos que preferían obedecer a su conciencia, aunque para ello tuvieran que ir a dar al cadalso (aunque ahora sin leones, afortunadamente, que en dieciséis siglos algo había evolucionado el mundo). Están presentes, y bien retratados, no sólo Moro y Enrique VIII, sino también los omnipresentes Wolsey y Cromwell, así como el Arzobispo Cranmer. El desarrollo de la trama no se arredra tampoco en entrar en los meandros de la política de la época, un poco simplificado por supuesto, pero aún así con bases sólidas. Esta peli puede enseñar bastante más sobre la Reforma Protestante, que muchos tomos de aburridas investigaciones repletas de pedantería académica.

-- Es también una peli muy fiel al Zeitgeist intelectualoide post Segunda Guerra Mundial. Recordemos que en 1945, las fuerzas de la libertad y la democracia habían triunfado sobre la malvada Alemania Nazi, y por ende, en consecuencia, Heidegger pasó un tanto de moda, en beneficio de los pensadores champañizquierdistas (Habermas, Marcuse...), y en particular del Existencialismo a la Sartre, que Jean Paul Sartre era heideggeriano, pero no en versión renanonazi como el alemán sino en la versión comunista de café vienés que se estilaba en Francia desde la Belle Epoque. Todo ese espíritu rebeldemente individualista, crítico y refractario a la sociedad de masas, y por ende muy "antisistema", signifique esto último lo que signifique entonces y ahora, encaja muy bien en esta peli en donde el héroe es un intelectual (¡era que no!), en lucha no sólo contra la autoridad de Enrique VIII, sino también contra esos odiosos filisteos que, habiendo optado por la saludable opción de salvar sus cuellos del hacha del verdugo, prefieren abjurar de su conciencia y hacerle genuflexiones al deicida coronado. Por supuesto que en los '60s estaban también los hippies, el amor libre, The Doors y James Bond, pero los intelectualetas izquierdistoides en su torre de marfil jamás se enteraron de ello (bueno, salvo por ese libro de 1965 en donde trataron de destripar filosóficamente las novelas y pelis de James Bond, cuando me acuerde del título les cuento), y si lo hicieron, fue para sentir viva repugnancia. Esa es la atmósfera que late detrás de esta peli, y la luce muy bien. Quizás por eso luce un tanto avejentada, incluso para su época (salvando la resolución de la imagen y otros detalles técnicos, lo más bien podría haber sido rodada diez años antes, y nadie se habría dado cuenta).

-- El guión. Es soberbio. Es brillante. Fiel a su herencia y extracción teatral, esta peli enfatiza en grado supremo los diálogos por sobre toda otra cosa. Casi no hay acción. Todo transcurre en habitaciones encerradas, y todo el suspenso sale de los intercambios de diálogos. ¡Y qué intercambios! Tomás Moro era abogado y erudito, y eso se ve más que bien en sus diálogos, filosos como navajas. También sus oponentes tienen perlas de diálogos. Generalmente, adaptar obras de teatro al cine trae consigo el peso de tener que desmohosar una obra que está hecha para ser condensada en un puñado de pocas escenas sobre un escenario sin muchos medios, y eso que en el teatro uno lo acepta de manera natural, en el cine luce pobre y sin vida. Se esforzaron porque, a pesar de ser una peli muy teatral, se viera también cinematográfica, y eso se agradece. Pero esto, sin detrimento de la parte dialogada, que es el planteamiento principal del conflicto.

-- Fred Zinnemann. El hombre tras pelis como "A la hora señalada", "De aquí a la eternidad" o "El día del chacal" muestra aquí una vez más por qué es un grande del cine. Quizás no es lo que llamaríamos un "director de autor", pero sí que sabe sacar el máximo potencial cinematográfico. En este caso, Zinnemann opta por dejar transcurrir las escenas de diálogos sin ningún escollo, pero de tarde en tarde, intercala algunas ominosas gárgolas góticas, muy simbólicas de lo que en verdad está ocurriendo. Su narración es parca, adusta, a ratos muy poco amistosa con los sentimientos del espectador. En manos de un director menos inspirado, podríamos considerar esto como una muestra de poca creatividad. Pero viendo la obra misma, es obvia la opción de Zinnemann. Para este hombre, lo importante es la historia, los personajes y los diálogos. Todo lo demás es irrelevante. De ahí su montaje a ratos tan crispante en la sobriedad. Una opción arriesgada, pero que debido al rico trasfondo de la peli, muestra al final de lo que es capaz.

-- La puesta en escena es notable. No estamos aquí frente a una gran superproducción hollywoodense con grandes decorados de cartón piedra, fingiendo un Renacimiento que, estilo "Diana de Francia" o similares, nunca fue sino en la calenturienta mente de los escenógrafos y diseñadores de vestuario. Todo está rodado en locaciones, las habitaciones son oscuras y frías como de seguro lo eran en la época (no debemos olvidar que cualquier época anterior a la nuestra era notoriamente más pobre en recursos, y cosas como "Corazón de caballero" no pasan de ser pura mitología costuril), y todo es espartano a decir basta, incluyendo los ropajes, que no lucen como si los productores tuvieran contrato con Dolce & Gabbana. Debe ser una de las pelis de look más fielmente históricorrenacentistas que se ha rodado jamás.

-- Sería casi insultante mencionar las actuaciones, como si uno pudiera impunemente entronizarse incluso desde más arriba. Paul Scofield es un brillante Tomás Moro, que no cae en el estereotipo del iluminado maniático, sino que en todo minuto se comporta como un ser humano normal y corriente, puesto en su situación únicamente porque tiene un cargo de conciencia, sin que esto lo convierta en el Mesías que vendrá a salvar el mundo. A su lado Wendy Hiller como su esposa, a ratos pareciera que destiñe, pero en la escena del cadalso entendemos más que bien las frustraciones y rabietas que pasa porque le tocó el esposo que le tocó. Leo McKern en su rol de Cromwell, está insuperable como el maquiavélico villano invitado. Robert Shaw hace poquitas apariciones como Enrique VIII, pero está muy equilibrado, como tipo jactancioso y mimadito, que trata a todo y a todos como si fueran sus juguetes personales. El gran Orson Welles hace una aparición de cortesía como Wolsey, y en sus escasos minutos está grande como la vida, como siempre (en esos años empezaba a aumentar de peso, así es que "grande como la vida" puede leerse en más de un sentido; nos referimos, por supuesto, al sentido actoral y no al gastroenterológico). Susannah York (sí, la que una década después será la mamacita de Christopher Reeves en "Superman") actúa como la hija de Tomás Moro, con enorme carisma, pero sin pasarse a robar la peli. Y para no extenderme más (aunque siendo injusto con el resto del elenco), digamos que el secundario que John Hurt hace aquí, lo catapultó después a la fama (¡John Hurt, hombre! ¡"Expreso de medianoche", "Alien", "El hombre elefante", "1984", "Hellboy"...!).

IDEAL PARA: Ver una peli sin duda un tanto añeja para la sensibilidad del XXI, pero que es un estupendo ejemplo de las alturas a las que puede llegar el cine cuando un buen director encuentra un buen elenco y un guión con profundidad.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "UN HOMBRE DE DOS REINOS".

-- (Ir a la página). Comentario en Panorama Católico Internacional.
-- (Ir a la página). Comentario en Cine Forever.

VIDEOS.

-- Trailer original del año 1966 [en inglés, sin subtítulos]:

-- Inicio de la peli [en inglés, sin subtítulos]: -- Un trepa trata inútilmente de consagraciarse con Moro. Este le despide, y el otro se va contrariado. La familia le pide a Moro que lo arreste, y éste lo excusa diciendo que no ha violado la ley. Cuando la familia le dice que no importa, que si hay que romper la ley para atrapar al Demonio entonces se rompe y se acabó, Tomás Moro defiende la obligación de acatar la ley, aunque eso signifique dejar escapar al Demonio [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 16 de noviembre de 2008

"Quantum of Solace" (2008).


-- "Quantum of Solace". Inglaterra / Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Marc Forster.
-- Actuación: Daniel Craig, Olga Kurylenko, Mathieu Amalric, Judi Dench, Giancarlo Giannini, Gemma Arterton, Jeffrey Wright, David Harbour, Jesper Christensen, Anatole Taubman, Rory Kinnear, Tim Pigott-Smith, Joaquín Cosio, Fernando Guillén Cuervo, Jesús Ochoa.
-- Guión: Paul Haggis, y Neal Purvis y Robert Wade.
-- Banda Sonora: David Arnold.

-- "Quantum of Solace" en IMDb.
-- "Quantum of Solace" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Italia. Un grupo de personajes está haciendo torta de automóviles. Le vemos la cara a uno de ellos: es el siempre seriote 007. Después de hacer pulpa con varios product placements, descubrimos que ha secuestrado a un tal Mr. White (sí, ya lo conocen, había aparecido en el penúltimo fotograma de la peli anterior). Ahí el tipo le canta a 007 y a M que no saben el follón en que se están metiendo, tenemos gente en todas partes... Literalmente en todas partes, porque al tal Mr. White, por ineficiente, le confieren la pensión en fondos vitalicios La Bala Feliz, no vuelva nunca por su cheque porque se lo enviamos a domicilio. Y ahí tenemos otra vez a 007 haciendo el mono sobre los techos de Siena, en Italia. Bueno, resulta que en la pelea, el tipo que podía ser interrogado adopta la irritante conducta de agarrar un tiro de Bond, y ya sabemos que los muertos ni hablan ni toman café. Pero investigando no-se-bien-qué-cosa (acostúmbrense, el script está lleno de esos saltos fantasmagóricos en la veleidosa niebla de Guionlandia), dan con una pista que lleva a 007 hacia Haití. Y como ya se está haciendo costumbre, resulta que el desgraciao opta también por defenderse, miren qué más, así es que Bond, qué caray, vamos haciéndole el negocio a las funerarias... Pero esta vez, al menos, no se va con las manos vacías. Porque aparece una chica salida medio de la nada, diciéndole que se suba (para cuando se explique esto en el guión, ustedes se preguntarán que cómo tanta la coincidencia... Bueno, es James Bond, a él le llueven las chicas hermosas, así es que no pregunten). La chica en cuestión, descubre Bond, está liada con un poderoso empresario llamado Dominic Greene. De esta manera, 007 consigue llegar hasta la pista que lo pondrá en el camino de Quantum, un poderoso gremio transnacional conformado por los millonarios más chulos del planeta, y que a diferencia de la antigua SPECTRE (bueno, esto es un reboot, en esta continuidad no existe SPECTRE), no es que quieran infiltrarse en el mundo, es que ya lo han hecho y seguirán haciéndolo. Y así es como sigue el mundo, y James Bond en él...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La saga de James Bond, hoy día parte del panorama fílmico mundial, ha atravesado por varias crisis que la han tenido al borde de la cancelación: la primera retirada de Sean Connery, las primeras pelis de Roger Moore, la cuasi extinción de la franquicia con el fiasco de "Licencia para matar"... Después de "Otro día para morir", parecía que una vez más el futuro de 007 en el cine quedaba en entredicho. Por una parte, con la visible excepción de "Goldeneye", las pelis de Brosnan ("El mañana nunca muere", "El mundo no es suficiente" y "Otro día para morir") se habían ido estrambotizando cada vez más, y parecía haber poco más que contar sobre 007 que no fuera una repetición de lo mismo (incluso más, si después de todo, las pelis Bond son todas clónicas unas con otras...). Además, vino el baile de si Pierce Brosnan volvía por una quinta, si no volvía, si contratamos a un nuevo Bond, si contratamos un americano, un negro, un paralítico... Y así llegamos a "Casino Royale", en donde se jugaron el todo por el todo apostando al desconocido Daniel Craig, rebuteando la franquicia para hacer el 007: Day One, extirpando elementos asociados con la stravaganza como Moneypenny o Q, y colgándose al éxito de "24" para hacer de 007 un sucedáneo de Jack Bauer, pero en finolis (o colgándose, podríamos también decir, de la saga de Jason Bourne, que por su parte también se cuelga de "24" lo suyo, así es que por directa o por atajo, todos los caminos llevan a Roma...). La apuesta del reboot "the following takes place between the start of this movie and the end of this movie" resultó un éxito, en particular por la ecuación formada por Daniel Craig (todos los que denostaron a Craig antes de verlo como Bond, tuvieron que tragarse sus amargas palabras e indigestarse con ellas) y Martin Campbell, quién ya había hecho una vez el milagro de resucitar a Bond, con "GoldenEye", y que sabiamente se había apartado de la dirección a continuación, y aquí, doblemente sabio, repitió la misma operación dando el mismo paso hacia el lado. Subieron a Marc Forster a la dirección, quién se había hecho sus pinitos poniendo en cuatro patitas a Halle Berry en "Cambio de vida", aburguesando a Johnny Depp en "Encontrando el País de Nunca Jamás", y ahorquillando bien ahorquillado al pesadote de Will Ferrer en "Más extraño que la ficción", para que con toda esa relativa sapiencia fílmica (no es el más grande currículum de todos los tiempos, pero está mejor que Lee Tamahori, si me preguntan) algo hiciera con Bond. Y la sacaron rapidito, como hecha con churros, volviendo a la noble tradición de tener entrega nueva de una franquicia cada dos años (esto de los "X-Men" y secuelas que malacostumbraron a los estudios a nueva entrega cada tres años... ¡Si antes las hacían incluso de un año a otro y nadie se quejaba!). Bueno, así nos va.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una peli Bond. Una peli Bond más. No va a pasar a la historia ni como la mejor de todas ni como la peor. Se les ocurrió que, ya que estamos mostrando a un 007 más humano, más con matices, más de-a-de-veritas, nada mejor que poner una historia de venganzas. Y es que éstos no aprenden nada de la historia. Ya 007 había tenido historias de vendetta cobrado lo suyo de Blofeld en "Los diamantes son eternos" (por matarle a la señora) y de un narcotraficante de tres al cuarto en "Licencia para matar" (por usar a su amiguete Félix Leiter como canapé de tiburón, malparidos...). De hecho, esta peli podría ser un remake de "Licencia para matar" en toda forma: en ambas pelis 007 se intenta vengar, en ambas pelis su venganza lo lleva a convertirse en un renegado, en ambas pelis beben de las aguas de una serie de TV exitosa de su tiempo ("Miami Vice" en la primera y "24" en la que estamos comentando), en ambas hay un villano sudaca, en ambas la batalla final es en el continente de los espaldas mojadas (la ficticia República de Ithsmus en "Licencia para matar" y Bolivia acá)... Lo que es un mal precedente, si me preguntan. Porque puestos a hacer un autoremake, ¿por qué no hacerlo con "El satánico Doctor No" o "Goldfinger", que son de las pelis Bond buenas, en vez de una que es considerada por regla general como aquella que estuvo a punto de hundir como una plomada la franquicia para siempre...? En "Casino Royale" había un intento de subirse al carro de "24", en particular en la secuencia africana del comienzo (y ahora viene "24: Redención", ambientada en Africa, si es que estos tipos ya no saben quién se clonó con quién...), pero estaba contenida por la ambientación caribeña y eslava que le daba el toque chic que Jack Bauer no tiene. En cambio acá, la saga ha alcanzado el cúlmen de la jackbauerización, con escenarios sucios y sórdidos, que uno difícilmente asociaría con una peli Bond. Pero en fin, qué importa, igual tenemos una Bond diferente, y si el argumento es bueno... Bueno, ése es un gran "y si", si me preguntan. Porque el argumento es un latazo. Todo está arreglado de la manera más floja posible, si hasta pareciera que hubiera sido escrito por capítulos para así no liarse tomándose la molestia de escribir OTRO guión para el videojuego ("STAGE 1: Secuestra a Mr. White", "STAGE 2: Persigue al traidor", "STAGE 3: Persigue al contacto del traidor", "STAGE 4: Persigue a la chica"... "Do you want to save? Y/N"). A cierta altura de la peli uno puede preguntarse cómo Quantum llegó a ser tan superpoderosa e invisible, si lacayos suyos como Dominic Greene son tan fácilmente superados por un solo hombre, por muy masho man 007 que éste sea... Y ya promediando las dos horas de filme, pues como que los guionistas se van acordando de que deben terminar la peli para que la gente abandone el cine e ingrese la siguiente remesa de entradas vendidas, así es que apañan un final todo apurado, que perfectamente podía haber sucedido media hora antes sin detrimento de nada. Pero en fin, a cambio de un guión débil tendremos adrenalina para rato porque al menos tendremos lo que promete toda Bond al uso, que es espectacularidad al límite en las escenas de acción... Y vieran ustedes que no, porque si bien la peli está filmada muy correctamente (casi de manera adocenada) en las escenas de conversa, las escenas de acción están filmadas con esa nerviosa cámara en mano estilo "Transformers" o "Cloverfield" que no te dejan entender nada de lo que pasa, de modo que cuando empiezan los tiros, las persecusiones o las carreras de autos, puedes perfectamente desconectar el cerebro hasta que el saltimbanqueo termine y puedas mirar quién ganó... (bueno, Bond, por supuesto, qué esperaban, si tiene que salir vivo para que hagan una Bond 23...). Y para terminar de lastrarla, no se despega nunca de su carácter de secuela, pero al menos le ponen un énfasis supremo en la venganza... sólo para que al final (no reventaré el final, pero es que debo ser leal con mis lectores y advertirles algo que sea...) la tan mentada y traída venganza quede en algo que... mmmmmm... pues bien... Mejores venganzas las planificaba Edmundo Dantés, si me preguntan. ¿Es, en resumen, una mala peli? Probablemente no, si conseguimos abstraernos del hype multimedia alrededor ("¡El regreso de Daniel Craig, el Bond al que aprendiste a amar, como 007!"), e incluso podríamos considerarla como una correcta peli de acción. Pero "Casino Royale" dejó la vara demasiado alta, y "Quantum of Solace" se apega demasiado a ser secuela como para poder adquirir personalidad propia, y esto la convierte en un estreno perfectamente prescindible. O para esperar en DVD, tanto más da.

-- Judi Dench y Daniel Craig. A estas alturas del partido, con su sexto rol como jefaza de Bond, Judi Dench es casi una chica Bond por derecho propio, y nunca antes quedó esto tan visible como aquí, en donde es una especie de supermamá dura sin ser demasiado brutal, y comprensiva sin ser demasiado cercana. Daniel Craig sigue siendo el James Bond del siglo XXI, o de inicios del mismo por lo menos, y en realidad no se echa de menos a Pierce Brosnan en el papel (no es que seamos malagradecidos, si Pierce Brosnan nos regaló un estupendo Bond también, pero su metrosexualidad iba más con los '90s que con el mundo post 9-11). La química entre ambos es insuperable, y las escenas en que están juntos son estupendas. Olga Kurylenko, pues qué decir, lo intenta y se esfuerza de verdad, más que otras chicas Bond al uso, pero no lo consigue (a este paso vamos a decir que la M de Judi Dench es por MILF...). A cambio, Mathieu Amalric, por mucho que intente defender su interpretación, debe ser uno de los villanos Bond más penosos en años, y hay como una sensación de que derrotarlo al final no será una epifanía fílmica sino un mero trámite (no contaré el final, de todas maneras). ¡Si hasta Giancarlo Giannini y Jeffrey Wright, que repiten de "Casino Royale", se los ve aburridos en sus papeles! Y ni mencionemos a David Arnold, que dijo haberse preocupado al máximo con el soundtrack de la peli y haberlo pulido todo lo que pudo, y francamente, eso como que no se nota mucho. Para la próxima no te esfuerces demasiado y sé más espontáneo, Arnold, y ya ves cómo nos va mejor a todos...

-- Tiene su miga de interés que la trama gire en torno a una organización multinacional, el conglomerado Quantum, que maneja el mundo desde las sombras como un Skull & Bones cualquiera. El mundo de 007, con su elegancia y glamour, siempre ha tenido poco que hacer con la realidad realística, y cuando lo intenta debe hacerlo desde un ángulo superlativo ("Sólo para tus ojos"), o poner la realidad como un mero mcguffin ("El hombre de la pistola de oro"). Quantum, por el contrario, se siente como una organización muy real. Hay también un tratamiento bastante ambiguo respecto del tema ecológico, considerando que el villano utiliza la ecología como una coartada para sus propósitos de dominación mundial (a un chileno al uso le costaría no acordarse de Douglas Tompkins... ¿la estarán emprendiendo contra él?). Por su parte, hay en los diálogos más que meros guiños a la manera en que la política mundial es manejada por los intereses económicos de los superpoderosos, algo que en las pelis Bond tiende a saltarse porque se asume que el MI-6 y el propio James Bond son el representante de lo bueno y lo chulo sin contemporizaciones, y miren ustedes cómo ahora son las altas esferas británicas los que están metidos hasta las patas en mierd... perdón, en "abono" político con tal de salvaguardar los intereses patrios y corporativos (¿y es que hay diferencia entre ambos, en estos tiempos...?). Los tipos que hacen pelis Bond no se caracterizan por su pensamiento político progre-liberal, y uno puede preguntarse legítimamente qué clase de ideas estarán tratando de meternos de contrabando... Aunque por otra parte, hacer alusiones sutiles a Estados Unidos como una nación corrupta de pies a cabeza no es muy políticamente presentable... Bueno, quizás sea la gran ventaja de haberle dado un tratamiento un poco más realista a "Quantum of Solace" que otras pelis Bond. Aunque siempre queda la sensación de qué me habrán querido decir...

OTRAS PÁGINAS SOBRE "QUANTUM OF SOLACE".

-- (Ir a la página) Comentario en El Rancahuaso.
-- (Ir a la página) Comentario en Imagen en Negativo.
-- (Ir a la página) Comentario en El Crítico Reno.
-- (Ir a la página) Comentario en Dot Pod.
-- (Ir a la página) Comentario en Cinesfera.cl.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 13 de noviembre de 2008

"¡Mamma Mia!" (2008).


-- "Mamma Mia!". Inglaterra / Estados Unidos / Alemania.
-- Dirección: Phyllida Lloyd.
-- Actuación: Meryl Streep, Amanda Seyfried, Pierce Brosnan, Colin Firth, Stellan Skarsgård, Dominic Cooper, Julie Walters, Christine Baranski.
-- Guión: Catherine Johnson, basado en su propia obra musical.
-- Banda Sonora: Benny Andersson.

-- "¡Mamma Mia!" en IMDb.
-- "¡Mamma Mia!" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Grecia. No la Grecia antigua de filósofos y guerreros machos-pero-no-tanto. Esta vez se trata de la Grecia folclórica y de postal que suelen retratar las pelis de Hollywood. Una chica veinteañera está a punto de casarse, pero las cosas no van a ser tan simples. Porque verán, ella tiene un vacío en su vida, hay algo que falta... ¿Un padre, quizás...? (Ya lo ven, pasa el tiempo, ellas se van emancipando, pero los machos recios siguen siendo necesarios en la vida de una mujer). El problema es que su madre, pues bien... hmmmmmm... seamos finos. Su madre fue una zorra. Colilarga. De rabo parado. Buen gollete para el sacacorchos. Bueno, ya me entienden (qué quieren, no siempre me resulta ser finolis)... Resulta que esta zorruna se acostó con tres hombres, y el espermatozoide de uno de ellos resultó en la chica en cuestión. Y como nadie sabe, pues bien, la individua (la hija, claro, que la madre ni ahí con el tema), ni corta ni perezosa, decide invitarlos a los tres a su boda. Para ver quién le va a decir eso de "Yo soy tu padre", aunque sea a costa de sacarle canas verdes a su venerable madre (Meryl Streep, ¿OK?). Los tres estarán forraos en plata y tendrán la vida resuelta, pero el llamado de las feromonas es más fuerte, y emprenden la peregrinación a la Cuna de la Democracia, para ver si tienen repaso a la afilada de hace puerrocientos años atrás. El matrimonio será al día siguiente, pero la casa de monos ya está armada hoy, porque el lío que se armará con el baile de quién puede ser y quién no (y consecuentemente, quién entregará a la bella qué bella es, en el altar, el día de la boda) sembrará el caos. ¿Terminarán acaso de caer las bellas ruinas griegas con esta revoltosa panda de occidentales...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Durante siglos y generaciones vinieron a nuestra tierra de infinitos espacios y soles de luz interior, músicos como Palestrina, como Mozart, como Schubert, como Prokofiev, para preparar el advenimiento de aquel cuarteto cuyo nombre no debe ser jamás pronunciado, que por siempre han sido, son y serán, pero que habrás de conocerlos como... ¡¡¡ABBA!!! ("Papá", en arameo) (Bueno, en realidad ABBA es la sigla de sus cuatro integrantes, pero la etimología pseudobíblica en tiempos de la preparación de "Angeles y demonios", la secuela de "El Código da Vinci", tiene más agarre). ¿En qué estaba? ¡Oh, sí! En ABBA. Bueno, como todos sabemos, ABBA es la más mejol banda pop de la Historia, y sigue siendo brillante aunque se la hayan apropiado egoístamente para sí los ya-sabemos-quiénes, que no se puede decir su nombre en voz alta so pena de que los políticamente correctos se te echen encima. Bueno, pero sigamos reivindicando a esta banda cuyas letras simples y efectivas, y melodías ultrarreconocibles en lo mascachicles, deberían ser recobradas como legado de toda la Humanidad, también heterosexual así como homosexual (o sea, si tienen a un lado los singles de ABBA y al otro los de Madonna, no hay mucho donde perderse sobre quién es bigger and the best...). En fin, en 1999 se estrenó un musical llamado "Mamma Mia!", y que iba de canciones de ABBA enganchadas como cuentas de un collar, una detrás de otra, ametrallando a quemarropa, sobre una trama simple y sencilla. Bueno, también el común de los guiones de Opera son un latazo, así es que no se me pongan exquisitos ni displiscentes. De ahí a pensar en el salto al cine, no había mucho que pensar. O sí. Después de todo, hacer un musical para el cine todavía puede ser una apuesta arriesgada, y no nos referimos tanto al público (que puede darles masivamente la espalda) o a la crítica (que puede alabarla o destazarla), sino a ese algo más indefinible que es la calidad fílmica de una peli. Pero considerando que los últimos diez años nos han regalado (o metido a saco, a según) cosas como "Evita", "Moulin Rouge", "Bailarina en la oscuridad", "Chicago", "El Fantasma de la Opera", "Soñadoras", "Sweeney Todd"... ¿Por qué no tentar suerte? Y se atrevieron. Dieron el salto. Y he aquí los resultados.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta es una de esas pelis que vuelve a poner sobre el tapete el viejo brete de qué hace buena a una peli. ¿Es "¡Mamma Mía!", apegándose a la racionalidad y la lógica, una buena peli? Técnicamente sí, al menos por los escenarios griegos (de verdad griegos y no grabados en España o México), pero más allá, difícil sería decir de esta peli que es revolucionaria, ni siquiera que tiene algo interesante que contar. ¿Y si lo decimos con el corazoncito...? Sí, indiscutiblemente, es una gozada. Bueno, digamos sólo que esta peli tiene magia. Porque veamos, el argumento de la historia, más que simple, es simplón, y no vale la pena detenerse mucho en él (no lo explotan demasiado, y no había mucho que explotar tampoco, no si no se quiere caer en el culebrón venezolano de niños perdidos, identidades cambiadas, etcétera). Pero es que oigan, justamente es su carácter liviano e insubstancial, lo que la hace una delicia. Y no me vengan con profundidades ni cosas así, miren que cosas como "Un americano en París" o "Cantando bajo la lluvia" tampoco eran precisamente modelos de profundidad temática, y la trama era apenas un débil pretexto para escenificar lo que interesaba, que eran los bailes y las canciones. En fin, acá no tenemos mucho baile (las coreografías están en ese limbo entre Magneto, Locomía y Zapato Veloz), pero a cambio tenemos las canciones de ABBA. ¿Y saben qué? Funciona. Funciona muy bien. Funciona más que notablemente bien. Es una peli liviana, pero en ningún momento trata de pasarse de revoluciones o hacerse más pesada o pretenciosa: se queda en el divertimento puro, se asume como tal, y descarga toda la artillería respectiva para que el espectador pedante o sabidillo termine enfrentando su "Waterloo" y después de un "Mamma mia!" (y acaso "SOS"), acabe por no lamentar su "Money, Money, Money", y después de admitir que "The Winner Takes It All", al final termine gritando "Gimme! Gimme! Gimme!" (esperemos que gimme más peli, y no gimme a man after midnight...).

-- Bueno, ABBA. O sea, ABBA. Ya saben... ¡¡¡ABBA, SEÑORES, ABBA!!! Como decíamos, ABBA es la quintaesencia de lo que debe ser la buena música pop, algo feeling fine, algo que no te deprima demasiado, pero que al mismo tiempo pueda tener garra y nervio y cierta profundidad temática. O sea, no vamos a comparar las estupendas composiciones abbaescas con el triste material de Madonna (en serio, más allá de los videoclips, ¿se han puesto a escuchar sus CDs enteros, de verdad...?), por no hablar de Britney y las send the clones de rigor. En realidad, la peli puede ser vista como una especie de ABBA Gold de casi dos horas de duración, y funciona de lo más bien. También las interpretaciones son estupendas, y las canciones van con cada minuto (bueno, salvo Pierce Brosnan, que a veces se le va la ducha cuando tiene que hacer sus gorgoritos, y ahí se encargan de amplificarle el volumen al fondo musical en el mix para que no se note tanto... y se nota igual, lástima). El fanático de ABBA sin lugar a dudas que no saldrá decepcionado, y el que no conozca a ABBA (probablemente algún menor de 15-20, debido a la resonancia planetaria que tuvo ABBA en sus buenos días), puede ser una más que estupenda oportunidad de adentrarse en el fascinante mundo musical de esta banda.

-- Las interpretaciones son por todo lo alto. O sea, los personajes, no es que sean la gran cosa como personajes (seguimos aquí el modelo de personaje que tiene la vida comprada, todos muy ricos y sin preocupaciones financieras, para que todos sus dramones sean única y puramente de amor), pero se nota que todo el mundo se lo pasó caipiroska rodando la peli, y esa buena vibra se transmite. De la majestuosa Meryl Streep es poco lo que se puede decir a estas alturas del partido, claro está, y hacerle el peso podía ser una tarea titánica (dicen que su interpretación de "The Winner Takes It All" la terminó en una sola toma, y dicha secuencia es intensa y hasta desgarradora). Pero Pierce Brosnan asume el reto con su bonhomía de siempre, y si bien su voz algo apagada no le acompaña demasiado para las canciones más potentes, como galán de la Streep sale más que bien librado del paso. Pero la gran revelación es, por supuesto, la a partir de ahora llamada "grande", la gran Amanda Seyfried. De currículum no muy lucido y yendo de peli en peli por cara bonita y comediante no mala, pero repertorio más bien limitado (fue una de las Plásticas en "Chicas pesadas", bajo la férula de Rachel McAdams), acá se luce por todo lo alto, alternándose entre lo sexy (esa secuencia con trajebaño de una sola pieza, ay, mamá...), lo cálida, y lo dramática (la secuencia con Meryl Streep en que se preparan para la boda, también es uno de los puntos fuertes de la peli... y estaba frente a Meryl, ahí es nada). Frente a este triángulo, el resto está un poco en segunda fila, aunque Colin Firth, Stellan Skarsgård y Christine Baranski (MILF!, MILF!, MILF!, MILF!, MILF!), actores con solera haciendo pelis, cumplen eficientemente con sus cometidos.

-- Escenas memorables. Meryl Streep cantando "Mamma Mia!", y especialmente "The Winner Takes It All". Amanda Seyfried cantando "Lay All Your Love On Me" (¡venga, dónde firmo!). El dueto de Meryl Streep y Pierce Brosnan para "SOS", quizás un poco flaco musicalmente pero que exhuda sinceridad dramática. Las escenas en el cobertizo de las cabras (bueno, sin cabras, pero los personajes dicen que ahí se alojan las cabras, así es que es seguramente el cobertizo de las cabras, si a fin de cuentas ellos están más informados que uno). "Money, Money, Money", que por definición es casi una pieza con personalidad propia dentro de la peli. Y la desopilante secuencia de créditos finales, con la Streep, la Walters y la Baranski, y Brosnan, Firth y Skarsgård vestidos a la homoerótica moda setentera e interpretando temas de ABBA sobre el dancefloor.

IDEAL PARA: Fanáticos de ABBA, fanáticos de los musicales, y en general para los que anden buscando una peli feeling-fine.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "¡MAMMA MIA!".

-- (Ir a la página) Comentario en Cine en Rancagua.
-- (Ir a la página) Comentario en Orsan (¿o es Cinema Bohemio? Chi lo sá...).
-- (Ir a la página) Comentario en Ctrl+Z.
-- (Ir a la página) Comentario en Ideas de Babel.
-- (Ir a la página) Comentario de Patricia Sierra.
-- (Ir a la página) Comentario en La Voz de Cristián.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [doblado al español, sí, es un ultraje tratándose de un musical, pero así es como es...].



-- Meryl Streep y sus amiguis interpretando "Money, Money, Money" [en inglés, sin subtítulos].



-- Amanda Seyfried y Dominic Cooper interpretando "Lay All Your Love On Me" [en inglés, sin subtítulos].



-- Meryl Streep y Pierce Brosnan interpretando... bueno, Meryl Streep interpretando y Pierce Brosnan tratando de interpretar "SOS" [en inglés, sin subtítulos].



-- Meryl Streep interpretando "The Winner Takes It All" [en inglés, sin subtítulos].



martes, 11 de noviembre de 2008

ENCUESTA CINE 9009: ¿Es el cine de Latinoamérica un aporte?

En Octubre le preguntamos a nuestros lectores lo siguiente: "¿Es el cine de Latinoamérica un aporte?". Como de costumbre ofrecimos tres opciones "positivas" y tres "negativas", más el consabido "NS/NR". Votaron 27 personas, y los resultados fueron los siguientes:

-- Sí, es un cine digno y sólido a nivel mundial - 6 votos (22%).
-- Refleja bien la realidad latinoamericana - 1 voto (3%).
-- Lo está siendo, poco a poco mejora - 10 votos (37%).
-- Ha ido cambiando para peor - 2 votos (7%).
-- Pocas pelis buenas y demasiadas malas - 5 votos (18%).
-- Demasiado vedetismo de los "artistas visuales" - 1 voto (3%).
-- No sé, el cine latinoamericano nunca me ha interesado - 2 votos (7%).

Veamos. Los votos "positivos" en total suman 17 (las tres primeras opciones), más del doble que los "negativos", que suman 8. Sin duda, los lectores de Cine 9009 le dan un voto de confianza al cine de Latinoamérica. Aunque siempre cabe la posibilidad de que haya gente tan poco interesada en el cine latinoamericano, que ni se haya tomado la molestia de votar en la encuesta, y por tanto esos 2 votos de la opción final "NS/NR" deberían ser en realidad más. Quién sabe. Pero es bueno saber que los nuevos realizadores de Latinoamérica tienen una posibilidad real de competir. Ahora, claro, tienen que aprovecharla para bien. Aunque por otra parte, como todo en la vida. Sigan en nuestra sintonía...

domingo, 9 de noviembre de 2008

"Tony Manero" (2008).


-- "Tony Manero". Chile. Año 2008.
-- Dirección: Pablo Larraín.
-- Actuación: Alfredo Castro, Amparo Noguera, Héctor Morales, Paola Lattus, Elsa Poblete.
-- Guión: Alfredo Castro, Mateo Iribarren y Pablo Larraín.
-- Banda Sonora: Miguel Hormazábal (sólo departamento de sonido, esta peli no tiene música incidental propiamente tal).

-- "Tony Manero" en IMDb.
-- "Tony Manero" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Son los finales de los '70s. La onda disco sacude al mundo, y mientras en los Yueséi estos recintos son frecuentados por los Johnnie Travoltas, en Chile son el refugio natural de los, ehm, "agentes de la ley y el orden". En el programa de TV de "El Festival de la Una" (¡Hola, hola, hola, hola qué tal...! ¡FESTIVAL!), un pobre desgraciao que anda con su chaquetita trata de meterse al concurso del doble de Tony Manero. Pero le sale mal el tiro, porque esa semana era el concurso del doble de Chuck Norris. Chasqueado, se manda a cambiar a su casa. O lo que podríamos decir que es su casa. Porque, veamos, vive en un tugurio regentao por una señora que, por lo que se ve, le arrienda pieza, y que está tratando de montar un pub con un espectáculo rasca a defecar, pero que como los parroquianos no son finolis y toman... no diré vino en caja porque en esa época aún no salía, pero sí vinacho tipo grapa, pues bien, tampoco es que sea para tanto. Nuestro buen Raúl Peralta está así a cargo de montar el espectáculo, pero se le ha puesto en la cabeza que tiene que ser como en la Fiebre ésa del Sábado por la noche, igualito a Travolta, y si no es Travolta no es bueno. Por algo nuestro sujeto de derechos va al rotativo, paga con monedas de peso de las antiguas, de las grandotas (esto de la devaluación del peso, Bastet mía...), y se ve la peli hasta recitar los diálogos de memoria en inglés. Hmmmmmm... No, eso no quedó bien escrito, debo ser fiel a lo que vi. Vamos de nuevo: se ve la peli hasta balbucear un pseudomacarrónico que pretende ser Inglish, llamado también "inglés como lo oigo y como se me para", a la sssssshilena, y se la llora entera. En medio de tanta cosa, descubre lo que le falta al espectáculo para ser de verdad: el suelo hecho de esos vidriecitos de disco que tanto hicieron por John Travolta, y le salvaron los videoclips a las sobrevaloradas canciones noventeras de Pulp. Pero conseguir esos vidriecitos no es fácil en un país subdesarrollao y sudaca como Chile. Y ya que todo Chile está sumándose a la moda de hacer desaparecer al vecino, pues bien, entre tanta cosa rara que pasa por allá... ¿por qué no empezar también a hacer desaparecer gente, y así ir escalando posiciones en la vida hasta convertirse en el Unico, el Magno, el Emulo Chileno de John Travolta...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hace tiempo atrás posteábamos en Cine 9009 sobre "Fuga", el mamarr... perdón, la opera prima de Pablo Larraín, peli de la que dudaba por principio, pero que fui a ver convencido por una amiga que quería verla (la perdoné después de eso, pero tuvo que drogarme con un turro de hierba gatera y comprarle cojín nuevo a mi mullida camita como compensación). Después de ver el hype que se desató en Chile sobre "Fuga", que hizo a muchos sospechar que el apellido Larraín quizás algo había tenido que ver con eso (hay que ver cómo endiosaron a esa peli en el diario La Tercera), el anuncio de que iba a rodar una peli sobre un wannabe que quería ser Tony Manero en una época tan sobajeada por el cine contestatario chileno como la dictadura militar, era como para tener miedo. Pero vuestro seguro servidor el General Gato es gato valiente (no diré gato de campo, porque correspondo más bien al prototipo de gato de chalet, pero gato valiente a fin de cuentas), y decidió darle una nueva oportunidad. Ayudó, por supuesto, que en torno a "Tony Manero" el hype multimedia fue mucho menor, lo que quiere decir que nadie quería quemarse en exceso por la peli sucesora de un guatazo tan espectacular como "Fuga". Y ayudó más aún que la exhibieran a precio rebajado en el Cine Arte de Viña del Mar, en función especial que contó con la brevísima participación de Pablo Larraín himself hablando sobre su peli (y, fíjense, al contrario de lo que hubiera podido parecer viendo "Fuga", el hombre no es nada de tonto). Y qué decir, el hombre confiesa haber explorado cosas nuevas, haberse cuestionado y tratar de mejorar las cosas, y el resultado está a la vista. En un país como Chile, plagado de ladillas intelectualoides que tratan de hacer la mímica verbal del "Sein und Zeit" de Heidegger para dárselas de filósofos hablando del "contexto-chileno-en-sí" o del "ser-en-Chile", y que aprovechan la brutal ignorancia generalizada del chileno para maravillarlos con juegos de birbiloque intelectual, tener tal voluntad de autosuperación es algo como para aplaudir. "Tony Manero" es una peli muy distinta de "Fuga", mucho mejor, mucho más madura, y que, bueno, no puede evitar algunos clichés propios del cine cultureta chileno (eso del personaje alienado en un Chile alienado, eso de cargar las tintas en un socionaturalismo ezque-AnicetoHevia), pero que a cambio, al menos los trabaja bien, con gracia y dignidad... Y ya me pasé a la parte del por qué verla, así es que sigamos al siguiente párrafo, más mejol...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Como decíamos, en esta peli vemos por fin el potencial que puede tener Pablo Larraín para desarrollar una buena idea y contar una buena historia. No sería raro que en algunos años más, después de que salga "Tony Manero" en DVD, terminaran vendiendo "Tony Manero - Special Edition" con un disco bonus track que contuviera "Fuga", y con el reclamo publicitario de "además de Tony Manero, vea la primera película del director, dos por el precio de uno" (habría que decir "1,5 por el precio de uno", en realidad). Pero volvamos a "Tony Manero" en sí. La historia está contada con enorme simpleza y economía de recursos narrativos, y aunque su argumento es enormemente retorcido, se deja ver bien de principio a fin sin que decaiga en ningún minuto. Y eso que, bien vista, en realidad es una peli casi episódica, en que no hay ninguna trama bien definida, y que lo mismo podría haber empezado o terminado en donde lo hace, que en cualquier otra parte de la biografía de nuestro personaje ficticio. Todo un logro de guión y montaje.

-- La reconstrucción de época. Es que realmente el esfuerzo por recrear lo que fue el Chile 1978-1979-1980 roza la grandilocuencia. Vemos automóviles viejos, autobuses de la época y pintados con la pintura de la época (incluso con ese irónico guiño economicista del cartel que dice "TARIFA: 11 PESOS", cuando hoy en día en el Gran Valparaíso ya se ha empinado rato hace sobre los 500...), monedas de peso antiguas, de las grandotas, cuando tener un peso cabal era motivo de orgullo (no como ahora, que la gente llega a donar los pesos modernos en el supermercado, ante la repugnancia de llevarse esos aluminitos de mierda que ni siquiera tintinean en el bolsillo), música de aquel tiempo, un cine entero recreado más o menos como era la época (y con un notable trabajo de cámara para resaltar lo de época y esconder las otras cosas... ¡y además en la caja tienen un afiche de "Aguirre: La ira de Dios"!), las calles sin graffitis (Pablo Larraín confesó que eso fue una ayudita de una empresa de pintura que se avino a repintar paredes para usarlas de escenarios), la ropa y los peinados... En reconstrucción de época, esta peli deja chica a "Machuca", y eso que ahí ya hacían un trabajo de órdago. Tengo una teoría personal (o gatunal, mejor dicho): creo que Pablo Larraín es un tipo meticuloso y obsesivo hasta lo psiquiátrico, y que esa misma meticulosidad que tanto hizo por hundir a "Fuga" lastrando una historia de por sí imposible con una atmósfera de pomposidad altisonante, acá al tratarse de una peli histórica la levanta y rescata, ayudando poderosamente a construir una otra realidad histórica en la que sumergirse (el síndrome James Ivory, que podrían decirle).

-- Alfredo Castro. Otra acertada decisión de Pablo Larraín fue desprenderse de Benjamín Vicuña, cuyo mejor mérito actoral ha sido haberle interpretado el cuento del tío a Carolina Pampita Ardohain para dejarla preñada de dos cachorros (¿eran dos? nosé-nomeacuerdo-nomeinteresa), y tomar de prota a Alfredo Castro, secundario de lujo en "Fuga", y la razón misma por la que esa peli no se había convertido en una hecatombe absoluta. Alfredo Castro trabaja a su personaje como un psicópata sin emociones ni sentimientos, un sujeto de tipo "quiero esto y lo tomo", que no manifiesta emoción ni culpa alguna en matar. Su retrato de psicópata está por supuesto en las antípodas de las Slasher Movies hollywoodenses, y es mucho más fiel y apegado a la realidad sobre cómo son estos individuos en verdad. Ver a Alfredo Castro en esta peli en realidad mete cuco, porque nunca se sabe con qué saldrá después (y créanme, realmente no se sabe).

-- Se ha dicho de esta peli que constituye una especie de parábola política, que la violencia del wannabe interpretado por Alfredo Castro es en realidad una metáfora de la violencia de la dictadura militar, etcétera. Creo que esta lectura está tratando de ver cosas que no están ahí. Es cierto que la dictadura es un elemento omnipresente de la peli, aunque apenas la veamos en directo (una escena con unos de Investigaciones, otra con un camión de soldados, y otra con agentes de la CNI, ninguna de ellas excesivamente significativas en la trama general de la peli). Siempre habrá sectores inclinados al rojo sangre que tratarán maniáticamente de ver todas las pelis como discursos antidictatoriales, y no siempre es así. No se puede decir que esta peli tome partido a favor o en contra de la dictadura (de hecho, hay personajes que defienden a la dictadura, y que no se puede decir que sean personajes negativos, como por ejemplo la montepiada que aparece al principio). Pero sí creo que interpreta muy bien el presente. Pasaron en Chile los tiempos del toque de queda y de las restricciones a la libertad de prensa, OK (hasta nuevo aviso por lo menos), pero nuestra sociedad sigue igual de violenta que siempre. Ahora los violentistas no ponen amongelatina en postes de luz, sino que andan por los supermercados echando los carritos de compra sobre quién se les ponga por delante, pasándose las luces rojas sin asco, estacionándose en los lugares reservados para inválidos, gloriándose de tener a la mina bien sujeta (y si con cornamenta, mejor), metiéndole mano a la secretaria, dejando de pagar los alimentos para el cabro chico, o demandándolos aunque no se necesiten y simplemente porque el tipo "se fue con otra", estafando al Fisco con los impuestos o explotando inmisericordemente a los trabajadores con contratos de trabajo "de palabra", contratando créditos que después se tendrá la "viveza" de tratar de no pagar para tener algo tan superfluo como el último modelo de TV del mes, forzando a los agnósticos y ateos a seguir leyes de inspiración católica porque todos deberían creer que los carpinteros resucitan y se van al cielo, repitiendo el sacrosanto dogma de que todo hombre que se atreva a levantar cabeza es un femicida en potencia, timbrando documentos para el público en general un día no y otro día tampoco y venga al tercer día si es que quiero hacerle el trámite, malcorrigiendo pruebas a los estudiantes y poniéndoles notas a capricho, botándose a choritos con los profesores y acuchillándolos en su caso, ninguneando a los escritores y artistas que sean mejores que uno para que no levanten cabeza y ser uno la estrellita, y cosas así. En "Tony Manero" vemos a un personaje violento que no llama la atención porque la sociedad chilena está en un contexto de violencia (no importa quién la provoca, la violencia sigue siendo violencia), y en el Chile del 2008, los epígonos de Tony Manero tampoco llaman demasiado la atención por eso, precisamente, porque la sociedad chilena sigue siendo igual de violenta (una violencia más atomizada, quizás, pero violencia a fin de cuentas).

-- Esta peli funciona también como una especie de cuento de hadas a la inversa. Hace algunos años atrás recuerdo nítidamente, en uno de esos programas de "making off", que le preguntaron a George Lucas sobre el secreto del éxito, de cómo había llegado a sacar adelante "La guerra de las galaxias" y cómo se había forrado en pasta (bueno, eso último no, pero iba implícito, claro está, si el programa era yanketa a fin de cuentas), y Lucas, con la mirada perdida en el horizonte, dijo sibilinamente toda aquella caterva de mentiras Disney de que si crees en tus sueños éstos se harán realidad. Todo tan lindo como esas pelis yanketas que siguen la archiclásica fórmula del underdog devenido en wannabe, y wannabe después devenido en winner, estilo "Rocky" (bueno, "Rocky" al menos lo hacía con gracia, pero otras...). Bien, "Tony Manero" es casi una parodia (involuntaria, probablemente, pero parodia a fin de cuentas) de todo ese planteamiento. En la peli, el único tipo que tiene sueños de verdad es nuestro prota, y resulta que los tiene porque es un psicópata amoral y una bomba de tiempo latente para la sociedad (¿latente? No tanto, si contamos la cantidad de muertitos que va dejando a su paso...), y sus sueños ni siquiera se tratan de ser un triunfador en la vida que llegue hasta la cúspide del éxito, la fama y la fortuna, sino simplemente el tener algo tan frívolo e insubstancial como el reconocimiento de que él es el Tony Manero chileno. Los demás, los tipos que no tienen sueños o que los compaginan con el día a día y se conforman, ésos son los tipos normales que de una manera u otra se las arreglan, con su esfuerzo, para salir adelante e indirectamente en contribuir a la sociedad. Esta peli guarda así más que un notable paralelo con "Psicópata americano", también peli sobre un psicópata en medio de una sociedad psicopática, pero ésta yanki y en medio de yuppies ochenteros, mientras que "Tony Manero", como buen producto del Hemisferio Subdesarrollado del planeta, tiene una ambientación de barriada pobre y de vino bigoteado y pancito con pebre. Pero por debajo de estas diferencias de ambientación, la ironía es la misma: algunos psicópatas no sólo no reciben atroces castigos estilo Jason Vorhees al final de la peli, sino que además, sus propias condiciones y cualidades personales, y en definitiva su falta de moral, los convierten en triunfadores dentro de la carrera de la vida. Es casi un sarcasmo, por supuesto, que nuestro héroe haya elegido como modelo a imitar y emular, al personaje de Tony Manero de la peli "Fiebre de Sábado por la noche", que aunque hoy en día es recordada casi como una peli camp, con todos sus bailecitos disco y su atmósfera de suelo de luces cuadriculadas, en su época podía leerse también como una aguda crítica social contra esa juventud descarriada y que en realidad no iba a ninguna parte, y que en el único lugar en donde podían llegar a ser alguien, era en algo tan insubstancial como ser el mejor bailarín en la disco durante los fines de semana. Y es muy probable que eso no sea casual. Después de todo, Raúl Peralta no sólo es un émulo de Tony Manero, sino que es un narcisita wannabe igual que Tony Manero, o podríamos decir, un Tony Manero sangrientamente pasado de roscas. Bueno, la juventud actual muchas veces es como Tony Manero, y Raúl Peralta es como quizás hubiera sido Tony Manero, si hubiera crecido en el Tercer Mundo.

IDEAL PARA: Ver una inteligente parábola sobre la violencia de la sociedad actual, y una completa tomadura de pelo contra el discurso del American Dream.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "TONY MANERO".

-- (Ir a la página) Comentario en Inoportuna.
-- (Ir a la página) Comentario en El Quinto Infierno.
-- (Ir a la página) Pseudocomentario cultureta "Qué Intelectual Escribo" sobre la peli.
-- (Ir a la página) Comentario en El Otro Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en POTQ.cl.
-- (Ir a la página) Comentario de Carlos Correa Acuña.
-- (Ir a la página) Comentario en El Bluff.
-- (Ir a la página) Comentario en Algunos Vicios Secretos.

VIDEOS.

Seguidores