11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 29 de julio de 2007

"Scoop" (2006).


-- "Scoop". Estados Unidos / Inglaterra. Año 2006.
-- Dirección: Woody Allen.
-- Actuación: Scarlett Johansson, Woody Allen, Hugh Jackman, Ian McShane. Estados Unidos / Inglaterra. Año 2006.
-- Guión: Woody Allen.
-- Banda Sonora: Edvard Grieg, Johann Strauss hijo, Piotr Ilich Tchaikovski...

-- "Scoop" en IMDb.
-- "Scoop" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Despidamos con un sentido pésame a nuestro buen amigo Joe, el periodista, el métomentodo, el que nunca dejaba escapar una historia, el que ahora no contará su mejor reportaje... El que está de pasajero en la barca con un tipo de capucha que no muestra la cara y que por más señas usa una ostensible guadaña. Entre conversación y conversación, descubre una insólita novedad: hay un tipejo de la upper class que en realidad parece estar relacionado con los crímenes de un tal Asesino del Tarot... De manera que el periodista se hace el timberlake y como que no quiere, se arroja al agua para regresar al mundo de los vivos... o a algo parecido. Contacta así a una despistada periodista que, a su vez, alguna vez intentó estudiar odontología, que en vez de obtener a un entrevistado obtiene que el entrevistado se la faene a ella... y que ahora está en la caja de los misterios misteriosos con un mago arriba de un escenario. Así, la periodista se entera de la gran primicia, y arrastra consigo al mago para descubrir la verdad. Este no quiere y no quiere, pero al último, consiguen fraguar un plan para conocer al tipo denunciado de manera tan arcangélica como asesino en serie. El plan, por supuesto, empieza a torcerse, porque lo que iba a ser inicialmente un puro encuentro, termina en el mago fingiendo ser el padre de la chica y un magnate yanki, y con la chica enamorándose cada vez más del sujeto en cuestión...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hay cineastas que producen una película cada diez años y se obsesionan con que salga perfecta y catedralicia (léase Stanley Kubrick). Lógicamente, algunos de sus filmes son monumentales, y otros en cambio son monumentales bodrios. Hay otros, en cambio, que recurren al sistema de la guerrilla y filman lo que sea, con tal de estar en la cartelera todos los años, y con este sistema de guerrilla le dan alguna vez el palo al gato, y otras veces no; Woody Allen es de estos últimos. Su cita del 2006 fue esta película sobre magos (otra más, porque ése fue el año de "El ilusionista" y "El gran truco", en la última de las cuales también actuaba la Johansson). Se dice que Woody Allen, impresionadísimo con la perfomance de Scarlett Johansson en "Match Point", se decidió a escribir una película entera para el lucimiento de ella. Y ella debería agradecérselo. Porque la película en sí misma importa poco; su argumento es cretino y su desarrollo avanza como la respiración de un asmático, pero Scarlett... ¡oh, Scarlett...!

¿POR QUÉ VERLA?

--Scarlett Johansson. Ya lo dijimos, y lo repetimos de nuevo. Actuando para Woody Allen, Scarlett Johansson parece haberse encontrado a sí misma. Había actuado un excelente papel en "La joven de la perla" y tenía garra en la por otra parte sobrevalorada "Perdidos en Tokio", pero de alguna manera, por alguna razón, había ido quedándose en el camino... Todos recordamos como en "La isla" delegó aquello de "actuar" en el par de duraznos más cercano (la tienda de ropa deportiva debería estar agradecida), algo que también habíamos observado en "En buena compañía", y ni eso en "El gran truco". Con "Match Point" empezó el despegue, y aquí está, por fin, a sus anchas, haciendo un rol que requiere un poco más de esfuerzo que posar como florero. Su papel, por cierto, es más o menos la versión femenina del clásico chico tímido, nervioso e inseguro que el propio Woody interpretara hace chupetecientas décadas atrás (y que ahora ya no está en condiciones cronológicas de protagonizar). Por el desempeño de la Johansson, es notorio que el papel fue escrito para ella... y también porque Woody aprovecha de incrustar en el guión, entre brisa y calma chica, alguna escena con ella en traje de baño (lo hizo, el viejo zorro, y por eso te damos gracias, Woody)...

-- Démosle también crédito a Hugh Jackman, quien aquí se redime de haber interpretado a Wolverine. Porque la verdad sea dicha, es que desde "X-Men" que al pobre Jackman lo llaman para hacer de Wolverine, y si trata de cambiar el interruptor probablemente le dicen "sí, eso está bien, pero ¿podrías hacer tu personaje un poquito más Wolverine?". Aquí lo dejan actuar en paz, y qué creen, resulta que tenía un mayor registro actoral del que le habíamos visto, después de todo. Algo de lo cual ya dudábamos, porque actuar a Wolverine fue una cosa (y le salió estupendamente bien el papel, por cierto), y otra muy distinta es ir clonando a Wolverine de película en película. Bien por Jackman, que al fin puede mostrar de qué está hecho, más allá del cliché.

-- Del resto, qué decir... Pues bien... Es entretenida. Ligera. Liviana. Está hecha como un divertimento, y si van a buscar al Woody Allen más pesado, reflexivo o denso, olvídenlo. Es simplemente "una más de Woody". Así es que más vale verla con humor, y obtener un par de risas de ello (que se obtienen), en vez de buscarle la quinta pata al gato.

-- El final. Si hubiera sido una producción hollywoodense, capaz que el asesino hubiera sido la periodista y el mago, en una inesperada y retorcida vuelta de tuerca final que contradice la mitad de las pistas arrojadas en el filme. En cambio aquí el final es, quizás algo previsible, pero en todo caso más inteligente que las pelis de asesino al uso.

IDEAL PARA: Verla distendidamente y disfrutarla (me refiero a la película, no a la Johansson, aunque una cosa no excluye la otra)...

"Match Point" (2005).


-- "Match Point". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: Woody Allen.
-- Actuación: Jonathan Rhys Meyers, Scarlett Johansson, Emily Mortimer, Matthew Good, Brian Cox, Penelope Wilton, Alexander Armstrong, Paul Kaye.
-- Guión: Woody Allen.
-- Banda Sonora: Coll Anderson como editor de efectos sonoros.

-- "Match Point" en IMDb.
-- "Match Point" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A veces, la gente tiene miedo de admitir que progresar y salir adelante en la vida, tiene que ver no tanto con el esfuerzo personal, sino con la suerte. Estás jugando un tranquilo partido de tenis, la pelota va y viene, y de pronto la pelota golpea la red, asciende, y puede caer... del lado tuyo, pierdes, del lado contrario ganas... Un instructor de tenis obtiene un interesante primer alumno: un tipo estirado y con ese toque perdonavidas que tienen los de la alta. A ese afortunado accidente se suma otro: ambos gustan de la ópera. Cuando el adinerado invita al instructor a la ópera, conoce a la hermana, y ¡ups!, otro accidente más, ella se interesa en él. Como el tenista parece un buen chico, la familia tiene a bien introducirlo poco a poco en su seno: le dan trabajo, le envían a un curso de administración de empresas (pagado por la empresa misma, por supuesto), y van tejiendo en torno a él una maraña de compromisos que sólo pueden rematar en el matrimonio. O eso debería ser, porque en el camino aparece la prometida del amiguete y futuro cuñado, una aspirante a actriz que, y es que viene con el físico y los labios húmedos de Scarlett Johansson, lo vuelve rematadamente loco. Este cuadrado amoroso sólo puede decantar en una salida suprema: jugar y jugar, hasta que la pelota toque la red, y...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Woody Allen es el amigo de todos los niños que juegan al pequeñoburgués intelectual. Lo divertido del caso es que lo adoran y miman a pesar de que en película tras película tras película se ríe a carcajadas de esa casta de intelectuales pedantes que van a la ópera más porque los amiguetes disfrutan de la ópera (o eso debería parecer) que por verdadera devoción al arte de Wagner y Verdi; una muestra más de que esta gente dizqueintelectual enganchada a los conciertos de Sting y Brian Adams transmitidos por A&E Mundo tienen más de pose que de intelecto. Y eso se nota en la evolución de su cine: en los '70s iba de provocateur haciendo películas de humor grueso y efectivo, como "Bananas", "Robó, huyó y lo pescaron", "Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo pero jamás se atrevió a preguntar", más algún clásico de géneros tan raros para la intelectualidad de la época, como la Ciencia Ficción ("El dormilón"). Y ahora ha terminado haciendo divertimentos burgueses como "Melinda y Melinda" y todo lo demás, que siendo en sí buenos filmes, no tienen ese brillo del primer Allen, el alocado y desatado. ¿Es que acaso Allen se siente vendiéndole el alma al diablo? Después de ver una película tan magnífica como "Match Point", da para pensar que sí. Y es que filmar una película con prota de villano, como bien lo sabía George Lucas al realizar el Episodio III, sirve para exorcisar todas las culpas interiores por haber convertido la rebeldía en una marca patentada, y haber convertido la innovación en tadición, todo por el vil negocio, o peor aún, por mantener una careta de afectada respetabilidad...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es la película más magnífica que Woody Allen ha filmado en años. Es tensa, repleta de buenos personajes, diálogos inteligentes, y una atención a los detalles increíble. Es una película, para que nos entendamos, en donde los personajes son finamente delineados a partir de gestos finísimos, de expresiones, de lo que se dice tanto como lo que se calla.

-- El sustrato de la historia es riquísimo. Se trata del clásico relato del pacto con el demonio, que ya era viejo no digamos en los tiempos del "Fausto" de Goethe, sino en "El asno de oro" del romano Apuleyo. Woody Allen algo debe saber del tema: es vox populi que para seguir produciendo una película anual, a finales de los '90s, debió firmar un contrato draconiano con Steven Spielberg y Dreamworks: ellos iban a producirle tres películas, pero tenían que ser comedias, nada demasiado pesado ni intelectual, o sea, nada en lo que Woody Allen pudiera lucir su talento metaacadémico. El prota de esta película hace lo mismo, por pura y simple ambición, hasta terminar tan enmarañado, que cuesta pensar de qué otra desquiciada manera podría haber intentado resolver su, ejem, problema.

-- Las actuaciones. Scarlett Johansson se luce una vez más, probando que a diferencia de sus contemporáneas, es más que una cara bonita. Jonathan Rhys Meyers es puro acero interpretando al sinvergüenza del protagonista (había tenido roles más secundarios en "Alexander" y "Misión Imposible III", nada mal para alguien que comenzó su carrera como asesino de un héroe irlandés en "Michael Collins")... Emily Mortimer, a quien vimos tiempo hace en "La Pantera Rosa", despliega una vez más su encanto particular, demostrando que tener treinta en Hollywood no es ni de lejos el fin del mundo (si, y éste es un gran "si", si tienes talento).

-- Los diálogos. Ya lo dijimos, pero insistamos: estos diálogos son puro Woody Allen. Pero no el Allen payasesco, metalingüístico y autorreferente, sino el Allen que cuando se pone a trabajar y deja de hacer el clown, saca lo mejor de sus personajes.

IDEAL PARA: Ver la versión Allen [oséase, semiautorreferente] del pacto con el demonio.

jueves, 26 de julio de 2007

"Rodríguez, el hijo de la rebeldía" (2007)


"Rodríguez, el hijo de la rebeldía". Dirigida por Cristián Galaz. Protagonizada por Benjamín Vicuña, María Elena Swett, Alejandro Trejo, Erto Pantoja, Mariana Loyola, Juan Pablo Ogalde, Carmen Disa Gutiérrez, César Caillet, Julio Milostich, Daniel Muñoz, Ignacio Achurra, Pablo Valledor, Diego Casanueva, Alfredo Allende, Gabriel Sepúlveda, Pedro Vicuña, Felipe Castro, Cristián Quezada. Chile. Año 2007.

¿De qué se trata?
Son los tenebrosos y góticos tiempos de la Colonia, una época en la que los malvadísimos realistas oprimían a la República. Manuel Rodríguez alega circunstancias extraordinarias para que le den un título sin pagar los 350 pesos de rigor (lo que son los tiempos, hoy en día ésos no bastan ni para un pasaje en bus). Con mucha sensatez, pero con ademanes de villano, el malvadísimo rector le dice que él no hace las reglas, que las reglas vienen de la Corona, y Rodríguez, en vez de someterse como buen ciudadano, dice EL SISTEMA ENTERO ESTÁ MAL. Así es que se mete a anarko reberrrde y ayuda a su compinche José Miguel Carrera a derrocar al gobierno e instaurar el suyo propio. Las cosas salen todo lo mal que podrían, porque los realistas envían un ejército para hacer entrar en vereda a esos buscapleitos, y pronto los patriotas tienen que empujarse del culo hacia el otro lado de Los Andes para salvar el pellejo, mientras que Chile cae en manos del sanguinario y amariconado tirano Casimiro Marcó del Pont. En Mendoza, O'Higgins y San Martín hacen lo imposible por incrustar espías dentro de territorio chileno, pero los eficientes Talaveras, cuales stormtroopers de Star Wars, los envían en bolsas para el otro lado. Ha llegado entonces el tiempo de soluciones extraordinarias. Ha llegado el tiempo de la audacia. Ha llegado el tiempo de los héroes. Ha llegado el tiempo de... ¡VICUÑ...! Perdón... ¡de Rodríguez!

El espíritu de los tiempos.
Don Manuel Rodríguez Erdoiza ha sido desde siempre un tipo conflictivo para la historiografía nacional. Resulta que el tipo era abogado, o sea, no era "uno del pueblo", pero era demasiado compadrote con fonderos y chinganeras "de la baja". Todo esto le llevó a ser el mejor espía y guerrillero de la historia chilena, pero también alguien que no es precisamente un modelo para seguir, para las clases pudientes. De hecho, no es casualidad que cuando se impuso la dictadura militar de Augusto Pinochet, los rebeldes que le plantaron cara tomaron como inspiración al guerrillero para autonombrarse Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Desde siempre, se ha ensalzado el valor de hacendados como O'Higgins, de hijitos de papi como Carrera o de burgomaestres como Portales, y Rodríguez ha quedado un poco de lado en los círculos oficiales, aunque en los corrillos populares aún se canta eso de "dicen que es Manuel su nombre y que se lo llevan camino a Til Til, el gobernador no quiere ver por la cañada su porte gentil"... Además, la idea del guerrillero daba bastante acción para un telefilme. Por todas estas razones, pasar por encima de Rodríguez hubiera sido innombrable para los productores de "Héroes, el rating tiene su p...", perdón, de "Héroes, la gloria tiene su precio". Pero por otra parte, ¿cómo adaptarlo sin ofender a la sensibilidad católica de los amos y patronos del Canal 13? La respuesta: pongamos al chico lindo Vicuña, hagamos un guión que lime todo lo que tuvo de guerrillero, y para contentar a las masas, hagámoslo un rebelde idealista. El resultado... Cómo decirlo... Quizás la mejor palabra sea "esforzado".

¿Por qué verla?
- Entretiene. Tiene cierto ritmo y agilidad. Es más de lo que se puede decir de "Carrera, el príncipe de los caminos". Por cierto, ésta de Rodríguez también viene dirigida por Cristián Galaz, aquí un poco más encima de la pelota que cuando le tocó enfrentarse al biopic de Carrera (y es que trabajar con Benjamín Vicuña parece haber sido más fácil que trabajar con Diego "Cara de Poste" Valenzuela). Por el aspecto negativo, nos escamotearon justamente las mejores partes de Manuel Rodríguez, a saber, aquéllas en las que como guerrillero se dedicaba a fastidiar a los Talaveras, la inclemente guardia pretoriana de los gobernadores españoles de Chile. Uno puede preguntarse si lo hicieron para no verse obligados a presentar a Rodríguez en actos de rebeldía abierta contra la autoridad establecida (ya dijimos que detrás de "Héroes, la gloria tiene su precio" se encuentra la Iglesia Católica, quintaesencia del autoritarismo dogmático e irracional), o simplemente porque querían ahorrar presupuesto; por cierto que ambas son muy malas razones de cara al espectador.
- El reparto actoral está decente, aunque sin nota sobresaliente. Benjamín Vicuña compone más o menos el mismo papel de siempre, de pijo durosensible, pero le queda un poco mejor que su olvidable paso por "Fuga". María Elena Swett compone el rol de chica linda aristócrata con bastante convicción, y se roba la cámara cada vez que aparece (aunque su dentadura perfectamente blanca y sin pizca de sarro no se ve demasiado decimonónica, que digamos). Pero sin lugar a dudas es Daniel Muñoz quien, una vez más como el serpentino General San Martín, se roba la película componiendo a un tipo calculador, maquiavélico y político, una mezcla de Talleyrand, Metternich y Otto von Bismarck refinado al máximo (ya lo habíamos visto cenándose al resto del equipo actoral en dicho rol, en "O'Higgins, vivir para merecer su nombre" y secundariamente en "Carrera, el príncipe de los caminos"). Erto Pantoja compone un Bandido Neira entrañable hasta el tórax, y de verdad duele cuando es traicionado por la Logia Lautarina y tanto él como sus hombres son pasaportados por el poder establecido, después de haberse quebrado el brazo luchando por la libertad y la justicia (una constante en la historia chilena, y es de caballeros reconocer que el país sigue igual el día de hoy). Alejandro Trejo como el padre de Benjamín Vicuña hace lo que puede, algo lamentable tratándose de un grande del escenario chileno como él, aunque bien pudiera ser que no le ayudara demasiado que la mayor parte de sus escenas fueran con Benjamín Vicuña, con quien no parecía haber demasiada complicidad actoral. Mariana Loyola presta su maciza anatomía para componer a una chinganera popular que le sale bien, aunque sin maestría (eso de "me cago en tu puta madre" no sonó tampoco demasiado decimonónico, si me preguntan). Julio Milostich, por su parte, entrega una perfomance bastante anodina como O'Higgins, algo sorprendente considerando que gracias a su hercúleo esfuerzo es que "O'Higgins, vivir para merecer su nombre" se había podido salvar; aquí, en cambio, parece el típico "villano N° 2", cuyo único objetivo es putear al jovencito. Y tiene malicia el poner a Felipe Castro, antiguamente conocido como "la Elvira", en el rol del afeminado y colipato Gobernador Marcó del Pont...
- De recreación histórica, más bien poco, y no es mucho lo que añade a los dos biopics anteriores del ciclo. Los malos malosos siguen siendo la Logia Lautarina, siguen saltándose en solfa el vergonzoso papel que la Iglesia Católica jugó en aquellos tiempos como defensora del realismo y por tanto traidora a la Patria, convierten la guerrilla de Rodríguez en algo anodino a punta de restarle episodios hasta el punto que no se comprende por qué diablos debería admirársele tanto como personaje histórico, se farrean varias ocasiones para escenas de acción y tensión dramática (si los talaveras son villanos tan emblemáticos contra el héroe cuya gloria tiene su precio, ¿por qué no vimos en escena el fusilamiento del malvadísimo San Bruno?), hay una aproximación quizás demasiado tímida al mundo popular de la época (complejo típico e histórico de los poltrones tras las producciones del Canal 13), se nota en exceso la mano de las chicas de vestuario (lo inmaculado de la vestimenta de la gente de la época, según la peli, sólo empalidece frente a la dentadura perfecta de la señorita Swett, lo que revela que si eres de la alta en el siglo XIX tienes acceso al mejor barbero sacamuelas del pueblo), y etcétera. Si van a verla, mejor háganlo como una ficción libremente basada en los hechos reales, y quizás les siente mejor.

IDEAL PARA: Ver una versión más o menos correcta según el punto de vista, aunque bastante descafeinada, de Manuel Rodríguez.

domingo, 22 de julio de 2007

"Daredevil" (2003).


-- "Daredevil". Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: Mark Steven Johnson.
-- Actuación: Ben Affleck, Jennifer Garner, Colin Farrell, Michael Clarke Duncan, Jon Favreau, Scott Terra, Ellen Pompeo, Joe Pantoliano, Leland Orser, Lennie Loftin, Erick Avari, Derrick O'Connor, Paul Ben-Victor, David Keith.
-- Guión: Mark Steven Johnson.
-- Banda Sonora: Graeme Revell.

-- "Daredevil" en IMDb.
-- "Daredevil" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A veces la vida te golpea duro. Te enceguece. Te hace rabiar. Y si eres Daredevil, todo eso puede pasarte en sentido literal. Había una vez un chico, sepultado en lo más pestilente de las cloacas sociales de Nueva York (la Cocina del Infierno, por más señas), que era hijo de un boxeador y malvivía hasta que su vida cambió, pero para peor (vida puñetera, que le llaman): le llueve encima un buen tarrún de desechos tóxicos, y en la más rancia tradición marvelita, el pelele, lejos de terminar muerto y carcomido, adquiere superpoderes. Vale, pierde la vista, pero se le aguzan todos los otros sentidos, adquiere una especie de radar estilo Batfink, etcétera. Pasa el tiempo, y el nene crece hasta convertirse en Daredevil, la prueba manifiesta de que la justicia es ciega. Andando el tiempo, Daredevil se las apaña para hacerse conocer por una bellísima chica (bueh, no tan bella, pero en aquellos años Jennifer Garner era pura tonicidad muscular, y con eso compensa), sin saber que se está metiendo nada menos que con Elektra Natchios, la hija de un poderoso mafioso que está en la mira de Kingpin, el rey del hampa neoyorkina. De este modo Daredevil y Kingpin, ubicados en lados opuestos del espectro de la justicia, están a punto de tener un enfrentamiento demoledor y decisivo... Por cierto, también aparece un simpático irlandés que mata personas arrojando cosas al aire, y que se llama Bullseye.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

De alguna manera, Daredevil siempre se las había arreglado para ser el pariente pobre de los superhéroes Marvel. En primera surgió después que los grandes (los Cuatro Fantásticos, el Hombre Araña, Hulk), y en segunda, su sello personal no podía evitar hacerle parecer una especie de Spiderman de rebajas. Porque consideren lo horripilante que es trabajar con este personaje y darle un sello distintivo: estamos hablando de un superhéroe que es ciego, pero que esa ceguera no lo complica en nada porque tiene sus otros sentidos... y esperan que nos lo tomemos en serio. (Para quienes deseen conocer en detalle cómo infiernos resolvieron semejante intríngulis, recomiendo la lectura del blog Miscomis, en donde hay un folletín en sepetecientas partes sobre la historia, evolución, desarrollo, pasión, milagros y etcétera de Daredevil a lo largo del tiempo). Bueh, estuvo también Frank Miller, pero con él y sus epígonos, Daredevil pasó de ser un Spiderman cutre a ser un Batman cutre. Así no se puede. Pero como ya habíamos visto a Fox y Marvel Comics forrarse con "X-Men" y "Spiderman", pues bien, era el turno de arrojar a la parrilla cuanto superhéroe Marvel estuviera a la mano, fuera bueno, mediocre o malo, para explotar al máximo la gallina de los huevos de oro. Salió entonces este filme, que fue aclamado universalmente como una putada por contemporizadores y zelotas, por no ser fiel al cómic en esto o en aquello, por ser carente de ideas, por Ben Affleck... De manera probablemente injusta, como pasaremos a ver (bueno, lo de Ben Affleck si es delito, pero es que digámoslo desde ya, el hombre en sí mismo es un delito ambulante).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es entretenida. Es llevadera. Tiene un argumento enormemente embrollado, para meter nada menos que todo el origen del héroe, su encuentro con Kingpin, su romance con Elektra y su enfrentamiento mortal con Bullseye, y aunque atropellado, el guión supera la prueba. ¿Qué más quieren, demonios? ¿Un ladrillazo? Putean a "Batman" y "Batman regresa" por ser pelis demasiado intelectuales, y ahora que tienen una pieza de pura diversión, pues tampoco les gusta... ¿Desde cuándo las películas se hacen para darle el gusto a las cogitaciones masturbánticas de los bloggers, horda de tarados...?

-- Algunas secuencias aportan de sí. La curiosa relación de Daredevil con la religión, la escena romántica en la azotea (con llovizna de cortesía), la referencia algo impostada a "El cuervo" (en "El Castigador" les seguirá pareciendo buena idea eso de poner el logotipo en llamas en el suelo), el periodista métomentodo y su encuentro final con Daredevil (pequeño ejercicio de cómo decir harto sin decir nada), la primera secuencia en que vemos a Ben Affleck sacándose la máscara de Daredevil... No van a revolucionar la historia del cine, pero están filmadas con oficio y cierto encanto.

-- El elenco cumple con discreción. Ben Affleck compone un Daredevil bastante eficiente, aunque no puede evitar ser demasiado... pues... ya saben, chulo, si es que el pobre no puede despegarse de ser Ben Affleck. Pero a la vista de los resultados, Affleck no era una mala opción (tampoco la mejor, pero es que vamos, si no se trata de Spiderman tampoco). Jennifer Garner cumple con aportar el cuerpo para los devaneos eróticos del héroe, y a ratos incluso actúa. Por su parte, los villanos se roban la peli por todo lo alto: a pesar del pequeño detalle de ser negro (el personaje original es caucásico), Michael Clarke Duncan se festina interpretando a Kingpin, y se ve de verdad como rey del hampa, mientras que Colin Farrell, por ese entonces la new best thing antes de estrellarse con "Alexander" y otros subproductos, se desmadra lo suyo como el asesino Bullseye. Entre los secundarios, David Keith como el padre de Matt Murdock (Daredevil), sin estar especialmente brillante, le inyecta bonhomía a su personaje y lo hace carismático, dentro de lo mortecino que se supone debe ser su rol (básicamente estar puesto ahí para morirse y desatar los traumas psicológicos de Daredevil, sus deseos de redención y todo eso). El resto del elenco está ahí de comparsa (ni digamos la aparición cometaria de una por entonces desconocida Ellen Pompeo como Karen Page, la secre de Daredevil), pero en ningún minuto chirría.

-- A pesar de ser una mera colección de canciones taquilleras pegoteadas para vender el CD en las tiendas de discos, el soundtrack, sin llegar a los extremos conceptuales de "El cuervo" o "Spawn", está por una vez en la vida bien elegido. Poner el tema "Lapdance" para la primera aparición de Kingpin es casi una declaración de principios, y como tema para Elektra, el clásico "Bring me to life" de Evanescence ha ganado enteros con los años (al tiempo que, por su parte, Amy Lee los ha ido perdiendo de manera paralela, pero así es el mundo).

-- El cameo de Stan Lee. No puede ser más ridículo, por Dios Santo... (si no lo han pillado: es el viejito que va leyendo el diario, al que el niño Matt Murdock salva de morir atropellado, atajándolo con su bastón de ciego).

IDEAL PARA: Ver una de superhéroes que se ha sostenido bastante bien en el tiempo, para todo lo que los cretinos puristas de siempre la han denostado.

"Elektra" (2005).


-- "Elektra". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: Rob Bowman.
-- Actuación: Jennifer Garner, Goran Visnjic, Kirsten Pourst, Will Yun Lee, Cary-Hiyoruki Tagawa, Terence Stamp, Natassia Malthe, Bob Sapp, Chris Ackerman, Edson T. Ribeiro, Colin Cunningham.
-- Guión: Zak Penn, Stu Zicherman y Raven Metzner, basados en los personajes de Mark Steven Johnson y Frank Miller.
-- Banda Sonora: Christophe Beck.

-- "Elektra" en IMDb.
-- "Elektra" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Elektra es una chica buena para patear traseros y despachar gentes, y por lo tanto, se gana la vida asesinando personas (hoy por mí, mañana no por ti...). Pero tiene su corazoncito bien guardado. Y es que en el fondo ella no es mala (díganselo a los muertitos en el camino). Lo que pasa es que antiguamente, cuando era niñita, su padre la sobreexigía, y después, pues bien, alguien (o algo, mejor dicho) se despachó a su madre. Por lo que entró a la secta de un grupo de guerreros orientales, que la enseñó y adoctrinó para luchar con otra secta de otros guerreros orientales (las diferencias, tales como que unos son los buenos y otros son los malos, son casi cosméticas, lo que cuenta es que ambos son buenos para darse de piñas). Ahora tiene un trabajito, nada menos que despachar a gente en su retirado lugar de vacaciones, pero esa gente es, ¡ups!, nada menos que un padre con su hija. De manera que a Elektra le traiciona el corazoncito, y decide protegerlos, aunque eso significa revelarles la verdad, que ella es una asesina a sueldo, muy sexy y encuerada. Ahora, Elektra ha asumido una misión mortal, no sabe quiénes la persiguen ni por qué, y está metida hasta el pescuezo en una guerra que, en estricto rigor, no es la suya propia.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después del éxito impresionante de "X-Men", los superhéroes volvieron a estar de moda, con una poquita de ayuda de parte de George W. Bush y su idea de que los buenos americanos van a sacar a los malos de sus madrigueras, y cosas así. Uno de los exitazos del 2003 fue "Daredevil", otra de la franquicia Marvel, y por ende, los productores se decidieron a realizar una secuela. Al final, la famosa secuela acabó en spin-off, con el personaje de Elektra en el protagónico (había sido la secundaria de lujo en la otra peli). Afortunadamente, este filme no tiene mayores conexiones con "Daredevil", fuera de que Elektra Natchios es interpretada en ambos por Jennifer Garner. Y es que "Daredevil" no era el epítome del gran cine, pero al menos era entretenida. "Elektra", en cambio... No diremos que es aburrida, pero sí tiene sus momentos bastante morosos, en los cuales la trama no avanza mucho, y que a ratos parecen estar ahí para rellenar espacio entre batallita y batallita.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Rob Bowman. Si hay una buena razón por la que esta película da la apariencia de ser algo interesante, a pesar de una historia que en definitiva es completamente inane (chica mala pero buena encuentra a gente que proteger, chica mala pero buena protege a su gente, chica mala pero buena afronta batalla final, así de esquemático), es porque Bowman aporta todo su oficio para sacar adelante este producto. Bowman se fogueó dirigiendo varios episodios para series como "MacGyver", "Quantum Leap", "Baywatch", "Viaje a las estrellas: La nueva generación", "Parker Lewis ganador", y saltó al estrellato como director de capítulos de "Expediente X" primero, y la peli de la serie después ("Expediente X: Combate al futuro"), a la que siguió la aceptable y entretenida película "El reinado del fuego". O sea, Bowman es hombre que sabe dar espectáculo, y eso es bien notorio en "Elektra", sacando de allí donde no hay, y dando la impresión de ser una película de mejor categoría de lo que realmente es. Aunque a veces diera la impresión de ser el piloto de alto presupuesto de una nueva serie de TV (¿y por qué no, considerando que la Garner salió de "Alias"?).

-- Las chicas. Jennifer Garner como Elektra está insoportable, porque en el fondo es otra vez Alias, siguiendo el patrón de chicas duras pero sensibles como Dana Scully de "Expediente X" o Buffy Summers de "Buffy la Cazavampiros". Pero la relación que entabla con su protegida, que en verdad es algo así como un demonito rondando, resalta bastante bien. De hecho, Kirsten Prout, con sus tiernos 15 añitos, se roba la película en casi todas sus escenas, con un personaje que no es ni bueno, ni malo.

-- Terence Stamp. Está un poco en piloto automático, pero ponerlo a él como mentor de Elektra tiene su qué. Aunque para todo buen fanático de las pelis de superhéroes, el señor Stamp será siempre el malvadísimo y pseudonazi General Zod de "Superman II"...

-- Sigue siendo mejor que la "Gatúbela" de Halle Berry.

IDEAL PARA: Ver una peli de chica dura pero sensible repartiendo golpes en traje enfundado.

jueves, 19 de julio de 2007

"Shrek Tercero" (2007).


-- "Shrek the Third". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Chris Miller, con codirección de Raman Hui.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Mike Myers, Eddie Murphy, Cameron Diaz, Antonio Banderas, Julie Andrews, John Cleese, Rupert Everett, Eric Idle, Justin Timberlake, Susan Blakeslee, Cody Cameron, Larry King, Christopher Knights, John Krasinski, Ian McShane.
-- Guión: Jeffrey Price, Peter S. Seaman, Chris Miller y Aron Warner, con material adicional de Andrew Adamson, Walt Dohrn, Jon Zack, Howard Michael Gould y Josh Klausner, con diálogos adicionales de Cody Cameron, Robert Porter y David P. Smith, con la consultoría de la historia de Mike de Seve, sobre una historia de Andrew Adamson, basados en los personajes creados por William Steig.
-- Banda Sonora: Harry Gregson-Williams.

-- "Shrek Tercero" en IMDb.
-- "Shrek Tercero" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En un cabaret ya no de mala muerte, sino de muerte peor, vemos al Príncipe Encantador montando una obra teatral para lo que conceptualmente se llama "público difícil" (en lo básico, uno al que le importa un carajo la obra y va a piafarse en el actor). Ha caído así de bajo después de haber sido derrotado por Shrek en la entrega anterior, y por eso sólo piensa en la venganza. Para eso, reune a los villanos de los cuentos de hadas, y dice: ¿QUIEREN SEGUIR SIENDO LOS VILLANOS, LOS PERDEDORES POR SIEMPRE? Y en vez de regalarles "Tus zonas erróneas" de Wayne W. Dyer, los invita a tomar el Reino de Muy Muy Lejano. El cual está sumido en una crisis, porque a Shrek, maldita sea si le hace gracia la vida en palacio, la que se ha ganado después de ir a visitar a los suegritos (es lo que tiene esto de casarse con princesas, que tienes a unos estiradores por papis políticos). Para colmo, el Rey de Reyes termina defunciéndose, y a Shrek no le queda más remedio que asumir la corona... o buscar a otro tonto que quiera hacerse cargo de ella. Y como efectivamente hay otro pariente disponible, parte a buscarlo a una universidad lejana, dejando desatendido su nuevo ganado reino justo a tiempo para que éste sea invadido por las hordas del Príncipe Encantador...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Como aquí no hay mucho espíritu, vayamos rápido. "Shrek" se transformó en la revelación fílmica a comienzos del XXI, por aquello de burlarse de la concepción Disney de los cuentos de hadas. Con tanto éxito, es lógico que viniera una "Shrek 2", que se trató básicamente de explotar la franquicia, sin mayor gracia que ésa. Increíblemente, el elástico dio para una tercera parte, y afírmense, que ya están prometiendo una cuarta, una quinta, y un spin-off con el Gato con Botas... (bueno, esa sí tengo que verla, después de todo es un coleguete del General Gato quien esto escribe)...

¿POR QUÉ VERLA?

-- No digamos por el argumento. Este es básicamente bazofia. Aunque seamos honestos, y digamos que los guionistas se la pusieron difícil, con un pie forzado que implica retomar la trama allí donde había quedado en "Shrek 2", cerrando todos los cabos sueltos que habían quedado abiertos en el camino (Shrek en Californiashire, nueva familia, Príncipe Encantador suelto)... El malvadísimo plan del Príncipe Encantador se reduce a un ataque de fuerza bruta, miren qué ingenioso. El movimiento de resistencia de las féminas se limita a esconderse del Príncipe Encantador. El viajecito de Shrek se limita a pasearse por aquí y por allá. La primera parte de la peli, de todos modos, se aprovecha de que la trama no empieza para darle curso libre a los chistes, y la verdad es que hacen reir. Pero después hay que enrielar la historia, y como no hay tópico al que zaherirse, porque de partir como sátira a los tópicos de los cuentos de hadas Shrek terminó convirtiéndose él mismo en topicazo, pues bien, habrá que inventar sobre la marcha. Y la invención es pobre. Penosa. Sucede que el heredero era Arturo Pendragon, el Rey Arturo de los Caballeros de la Mesa Redonda, y no se les ocurre nada mejor que pintarlo como un chavalete universitario en plan matado, además de meter en el tinglado al Mago Merlín, que no se les ocurre tampoco nada más interesante que hacerlo el prototípico mago despistado, pero ahora en versión indostánica / New Age (¡caray, es que desde "La espada en la piedra" que esto no evoluciona nada!). El Príncipe Encantador no es encantador, pero tampoco particularmente detestable, la morralla de secundarios no pasan de ser eso, secundarios, el Burro aparece sólo para dar la lata (el protagónico se lo roban sus retoños, los burritos con alas y que escupen fuego, y con razón), y sólo mi gran y único amigo el Gato con Botas pareciera tener algún resto de vida, básicamente porque su actitud frappé ante las circunstancias rescata el último resabio de ironía de la peli. ¿Es entretenida? A ratos, incluso es hilarante... pero sólo a ratos. ¿Vale la pena gastarse el dinero? Pues bien... Mmm... Si organizan una colecta el grupete de amigos, quizás deberían arrendarla en DVD entre todos, les alcanza el dinero para la pizza, y al final tan amigos. Y como a más de alguno le gustará para pasar un rato distendido, pues cuál es el problema...

-- El final. Es intimista, y con eso se asegura que, de aparecer una nueva entrega de Shrek, no quedará con pie forzado, y los guionistas tendrán más libertad. Esperemos que la aprovechen bien, ahora que vendieron Dreamworks...

IDEAL PARA: Matar el rato.

domingo, 15 de julio de 2007

"Zodíaco" (2007).


-- "Zodiac". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: David Fincher.
-- Actuación: Jake Gyllenhaal, Mark Ruffalo, Anthony Edwards, Robert Downey Jr., Brian Cox, John Carroll Lynch, Chlöe Sevigny, Ed Setrakian, John Getz, John Terry, Candy Clark, Elias Koteas.
-- Guión: James Vanderbilt, basado en el libro de Robert Graysmith.
-- Banda Sonora: David Shire.

-- "Zodíaco" en IMDb.
-- "Zodíaco" en la Wikipedia en inglés.

ADVERTENCIA: Como el buen lector de Cine 9009 sabe, trato siempre de mandarme la menor cantidad de spoilers posible. Sin embargo, en este caso me va a ser difícil no adelantar algún detalle clave de la historia, incluyendo (en parte) su resolución final. Me siento autorizado para ello, porque la historia está basada en un hecho real, y cualquiera que investigue sobre el Zodíaco sabrá lo que pasó con ese caso, hasta el día de hoy. Pero si al amable lector no le gustan los spoilers, entonces le recomiendo encarecidamente que NO LEA LA SIGUIENTE RESEÑA. Cómodamente instalado en su mullido cojín, les saluda el GENERAL GATO.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una parejita desaparece por la carretera, y no para prenderle velas a un santo o por alguna otra razón religiosa, precisamente. Hay un tenso diálogo en el cual va a pasar y no pasa, va a pasar y no pasa... la chica es joven, pero está casada... De pronto, aparece un vehículo. Se ve que el año es 1969, porque aún no han estrenado clásicos de la infamia psycokiller como aquella de las leyendas urbanas o algunos de los episodios más descerebrados de los archivos X, así es que no intentan correr y se quedan como conejos encandilados, hasta que por su inepcia darwiniana son limpiamente liquidados a bala. En paralelo, hay un pobre diablo que trabaja de caricaturista en un periódico de los importantes, y por pura casualidad se inmiscuye en una reunión de directorio en la cual se ventila algo muy importante: el asesino de la pareja ha enviado una tierna misiva al diario y amenaza con que si no se publica un código cifrado en primera plana, habrá varias otras muertes al azar. El pequeño reptil que dibuja caricaturas empieza a obsesionarse con el tema, se acerca al periodista encargado de la investigación, y empieza a darle algunos nortes, porque el caricaturista ha ido a la biblioteca y se ha zampado unos cuantos manuales de criptografía. Y el periodista empieza a darle tabarra a los suches de la LAPD. Y los polizontes empiezan a cogerse la cabeza con las dos manos, cuando empiezan a llover los muertos, y empiezan a llegar más cartas del asesino, que ahora se ha puesto un nombre: el Zodíaco. La cacería recién empieza. Y será dura. Durísima. Tanto, que recién a comienzos de los '90s podrán por fin darle caza... ¿al hombre correcto...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

No es misterio ni piedra de escándalo para nadie que las naciones civilizadas adoran a sus escritores, sus filósofos y sus intelectuales, y los yankis adoran a sus beisbolistas y a sus asesinos en serie. Desde aquella jornada de 1969 en que empezaron los asesinatos de un cabrón que se hacía llamar el Zodíaco, que el público yanki se volvió en masa al tema. Tanto, que el famoso Zodíaco en cuestión inspiró al asesino Scorpio, que le hacía la vida de tiritas a Harry Callahan en la mítica primera entrega de la serie de Clint Eastwood, "Harry el Sucio". Como de costumbre, el Zodíaco inspiró algunas densas y sesudas investigaciones por parte de algunos ociosos que no saben qué hacer con su tiempo libre, y se dedican a escribir sobre homicidas famosos en vez de contribuir con el progreso de la Humanidad inventando la vacuna contra el SIDA. De ahí salieron dos libros, "Zodíaco" y "Zodíaco desenmascarado", que se supone son la investigación más seria y acabada sobre el tema. La idea de una cinta al respecto interesó a David Fincher, cineasta de escasa pero contundente trayectoria (puedo mencionar aquí TODAS sus películas a la fecha sin que falte espacio: "Alien 3", "Los siete pecados capitales", "Al filo de la muerte", "El club de la pelea" y "La habitación del pánico"). Por suerte. Porque Fincher tenía las cosas claras. Su película iba a ser sobre el Zodíaco, y no un burdo remake de "Harry el Sucio". Iba a ser una peli sin persecusiones automovilísticas ni disparos, y cuyos protagonistas eran un caricaturista y un asesino al que ¡ups! nunca agarraron en la vida real. O sea, iba a tener todos los ingredientes para ser un gran y memorable fiasco, porque ya sabemos lo que la audiencia busca (sí, "Shrek III", "Piratas del Caribe 3", "El juego del miedo 3")... Pero se la jugó. Llegó hasta a cambiarse de estudio cuando le dijeron "OK, hazla, pero hazla cortita, de dos horas y algo más para que el público no se aburra" (al final, dura como tres horas, con otro estudio). El resultado fue un filme bueno, con pulso y garra, lo suficientemente bueno como para que reventara en la taquilla. De perder dinero, no lo perdió. Tampoco lo ganó. Costó 75 millones de dólares y ganó 75 millones de dólares. Y nosotros ganamos uno de los mejores filmes del 2007, que no es poco (entre esto y el festival de terceras partes que ha sido la ida al cine este año)...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es agradable ver como el cine de David Fincher ha ido evolucionando y mutando, sin perder sus rasgos esenciales ni acabar convertido en un maldito mercenario al servicio de los grandes estudios. Poco queda ya del jovencito que buscaba provocar por el puro ánimo de escandalizar, que rodaba "Los siete pecados capitales". "Zodíaco" es una película madura y con buen pulso cinematográfico, y ¡ojo!, sin que esto signifique lo que siempre significa en manos de los críticos burgueses de toda la vida, que alaban las películas "de madurez" cuando están muertas de ideas y planos secuencias. Existen toques muy Fincher, como un sótano con cañerías oxidadas y un cuidado exquisito en la imaginería visual, pero a la vez se ha ido deslastrando de su necesidad de hacer un gran final o una vuelta de tuerca inimaginable. La historia va recta hacia su destino como una puñalada trapera, y corta como el hacha de un carnicero.

-- La estética de la época está recreada con un nivel de detalle asombroso, con minuciosidad casi maniática. Los peinados, los diálogos, los automóviles, los edificios... Incluso se permite el detalle de ir cambiando la calidad de la cinta, desde los tonos amarillentos para las secuencias sesenteras que lo emparentan con el fondo cromático de las primeras Bond de Guy Hamilton ("Goldfinger", "Los diamantes son eternos"), hasta tonos más naturalistas para las secuencias más recientes, deviniendo en la breve secuencia noventera en un filtro débilmente azulino, a estas alturas una marca de fábrica del cine de Fincher (véase, por ejemplo, "Al filo de la muerte"). No es simplemente una película ambientada en la época, sino que se ve y se siente como si se tratara de 1969 (y los setenta, y los ochenta, y los noventa).

-- Tiene un gran pulso narrativo. Y lo consigue a punta de lo bueno, de puro suspenso psicológico, sin truquitos idiotas como esperables inesperadas vueltas de tuerca, o secuencias de pura acción y adrenalina. Todo deviene de un hecho simple: no se sabe dónde va a atacar el Zodíaco la siguiente vez, no se conoce su modus operandi, y nadie está realmente a salvo. Ningún personaje es realmente noble o heroico (tampoco lo contrario), sino que tienen sus vidas y circunstancias peculiares, y su propio interés por cazar al Zodíaco. El detective Toschi es un buen funcionario que se emperra en atraparlo porque le gusta hacer bien su trabajo. El caricaturista es en el fondo un tipo patético y obsesivo que, bien dentro suyo, termina por identificarse con el Zodíaco. El periodista investigador es un egocéntrico alcohólico a quien, dicho desde ya, le importa en verdad un pucho el asunto del Zodíaco, y si trata de atraparlo, no es por afán de justicia ni verdad, sino por dar el golpe noticioso que le permita erigirse al podio en el que se entregan esos bonitos Premios Pulitzer. O sea, el equipo contra el Zodíaco está integrado por personas comunes y corrientes, lejos de la superhumanidad de tipos como Harry Callahan cazando a Scorpio, y eso le da un valor agregado a la peli (la de "Harry el Sucio" también es buena, dicho sea de paso, pero por otras razones, no por éstas).

-- Una de las implicaciones más tenebrosas de la película se refiere al problema de qué demonios hacemos con la gente que supuestamente debe cuidarnos. En las pelis de asesinos psicópatas, es tradición y lugar común que el psychokiller de turno es endemoniadamente inteligente y listo, y su mente implacable desafía por eso al más inteligente de los policías. Aquí, por el contrario, no se dice que el Zodíaco sea particularmente inteligente. De hecho, una de las razones por las cuales la cacería contra él se dilata tanto, no radica en que sea el epítome de la inteligencia hecha carne y sangre entre nosotros los pobres humanos, sino en porque los policías son demasiado amigos de empotingar su culo en su asiento, aún a costa de la investigación policíaca de rigor. El Zodíaco deja muertos en tres o cuatro condados, cada condado investiga el suyo propio, y a ninguno se le ocurre que podrían avanzar aún más si colaboraran entre sí, intercambiando la información entre condado y condado. O peor aún: se les ocurre, pero como cada uno quiere capturar al Zodíaco para sí, escamotean la información, no ocultándola de manera fraudulenta, sino con el manido recurso de "es que nadie preguntó"... (¿Cómo iban a preguntar, si no sabían qué debían preguntar?). Uno puede buenamente preguntarse, con escalofríos... ¿En cuántos casos no habrá ocurrido algo similar? No olvidemos que la peli está basada en hechos reales, y si pudo ocurrir ahí, ¿por qué no en otras partes...?

-- Las actuaciones son simplemente impecables. Jake Gyllenhaal, quien se las ha arreglado para hacer papeles en filmes interesantes (bueno, también en "Brockeback Mountain" y "El día después de mañana") siempre ha tenido algo que decir en materias actorales, y aquí no se desmiente, dándole vida al caricaturista que... ejem... en realidad no tiene una vida propia, digámoslo. Mark Ruffalo compone a un detective Toschi que es puras malas pulgas y olfato de sabueso. Incluso hasta Robert Downey Jr., que demostró su talla de actor interpretando nada menos que al prota de "Chaplin" en el biopic de comienzos de los '90s y después se fue por la pendiente del alcohol y las drogas, saca un estupendo rol, mostrando que... seamos crudos, que aún sirve para algo, el pobre. Y Chlöe Sevigny, objeto de los perturbadores deseos de Hilary Swank en "Los chicos no lloran", se roba la película con sus pequeñas apariciones.

-- Esta película debería ser revisitada como material histórico por la posteridad, porque representa muy bien lo que es el espíritu de los tiempos en las postrimerías de la tenebrosa Era Bush. Más que un personaje, el Zodíaco en esta película es una amenaza invisible, que podría atacar en cualquier minuto y a cualquier persona... exactamente igual que la paranoia de Bush y sus halcones frente al terrorismo, paranoia que tan barato se la compraron los yankis cuando descubrieron con el 9-11 que no eran tan invulnerables como ellos suponían. Quizás un poquito antes, hubiera sintonizado aún mejor con el interés del público yanki (y hubiera recaudado más en taquilla). Al final, aunque no pueden agarrar al malo maloso, queda una sensación de que el mal no es invulnerable, que los destructores pueden ser a su vez, sino destruidos, por lo menos contenidos, y esto se refuerza aún más por no ser una horterada al estilo Stallone, sino una peli basada en hechos reales. Es curioso que una película con un final tan ambiguo, sea capaz de depositar semejante nota de esperanza...

IDEAL PARA: Amantes del buen cine, degustadores de suspenso de categoría, retronostálgicos, historiadores... Comedores regulares de pop corn y profitadores de "El juego del miedo", mejor abstenerse.

"Los Estados Unidos contra John Lennon" (2006).


-- "The U.S. vs. John Lennon". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: David Leaf y John Scheinfeld.
-- Actuación: John Lennon (como fiambre en imágenes de archivo), Stew Albert, Tariq Ali, Carl Bernstein, Noam Chomsky, Walter Cronkite, Mario Cuomo, Angela Davis, Félix Dennis, Bob Gruen, George Harrison (otro fiambre en imágenes de archivo), J. Edgar Hoover (imágenes de archivo), Ron Kovic, Paul Krassner, G. Gordon Liddy, Paul McCartney (imágenes de archivo, no fiambre), George McGovern, Richard Nixon, Yoko Ono, Geraldo Rivera, Bobby Seale, John Sinclair, Ringo Starr (imágenes de archivo, no fiambre), M. Wesley Swearingen, Joe Treen, Gore Vidal, Leon Wildes.
-- Guión: David Leaf y John Scheinfeld.
-- Banda Sonora: Ya pueden adivinar quién, no pregunten leseras.

-- "Los Estados Unidos contra John Lennon" en IMDb.
-- "Los Estados Unidos contra John Lennon" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una vez, hace mucho tiempo atrás, en un país muy muy muy lejano y fantástico llamado Inglaterra, creció un niño llamado Johnny. Johnny se convirtió con el tiempo en un gran miembro de una banda llamada The Beatles. Pero andando el tiempo, fue reconvirtiéndose de un simple chulo rockero follachicas, en un tipo con conciencia social, algo que en la época se vendía bien. Tanto, que cuando se disolvieron The Beatles, Johnny, ahora formalmente John Lennon, se abocó junto con su esposa Yoko Ono a la causa de la paz internacional ("all we are saaaying is giiive peace some chaaance"). Y decidió marcharse a vivir a Nueva York, porque allá estaban pasando todas las cosas. Y empezó a cantar, comprometiéndose con la causa de la paz mundial. Tanto, que se puso a tiro de la Casa Blanca. ¿Podrán los malvados esbirros del sanguinario Richard Nixon ponerle coto a nuestro héroe y deportarlo de regreso a Inglaterra...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En principio, el arte y la política son ámbitos separados, de modo que se puede ser un buen artista y tener ideas políticas (o religiosas, o étnicas, o lo que sea) que sean un desastre (léase el católico pechoñizante C.S. Lewis, verbi gratia). Pero dicha barrera se triza cuando el propio artista se empecina en hacerse político. El arte de John Lennon puede ser bueno, mediocre o malo, pero está salpicado de su discurso político, y es casi imposible tratar a ambos por separado. De este modo, cuesta determinar hasta qué punto Lennon es el ídolo musical, y hasta que punto una estatua política. Más tarde o más temprano tenía que venir un documental como éste, que se atreviera a poner las cosas en su sitio, y mostrar a Lennon como lo que realmente fue, o al menos intentó ser: un político con guitarra.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es un documental bastante ambiguo. No se puede decir que sea completamente imparcial, porque casi todos los entrevistados eran del ala izquierda, y bien izquierda, de los Estados Unidos (léase Chomsky, Vidal)... Aunque se nota que los chicos de edición trataron de darle un aire lo más objetivo posible. Lo curioso es que, si uno mira con detención, uno puede preguntarse si de verdad John Lennon fue un héroe... Veamos, era un jovencito rebelde contra el autoritarismo del colegio, y de mayorcito fue un rockero rebelde contra el sistema. El propio Lennon dice, cuando parte el juicio de deportación: "me siento como si estuviera otra vez en el colegio"... ¿No será acaso que se creía Lennon más grande que la vida? No pude evitar recordar la manera siniestra en que "Miss Simpatía" ridiculizó la idea de pretender la paz mundial, así y sin ambages, justamente por eso, porque es una idea vacía con la cual nadie podría en estricto rigor oponerse (bueh, sí, quizás los fabricantes de armas, pero ellos son menos del 0,07% de la Humanidad). Al ver el documental, diera la impresión de que Lennon se parecía a esas misses con oquedades en el cráneo, que disfrazaban la inanidad de ideas con eslóganes. Y ojo, no estoy criticando al Lennon músico, que puede haber sido un gran artista, pero la película pone de relieve que el Lennon hombre estaba bastante al filo de caer en la psicopatía mesiánica... Basta con verle tocar el piano, completamente abstraído y sonriéndole a la cara, mientras Yoko Ono pone la mirada pensativa en cualquier parte, y sólo después de un rato, parece Lennon acordarse que está acompañado, y se vuelve a Yoko, que sonríe y le mira con cara de "¿ahora es cuando me toca mi besito en los labios...?". Lo divertido del caso es que el enfoque del documental era precisamente el contrario, como bien lo ejemplifica Gore Vidal al comparar a Lennon con la vida, y a Nixon y a George W. Bush con la muerte... (no sé si Lennon sea la vida, pero de que los otros dos tienen un bien ganado prestigio como matarifes, lo tienen).

-- La música. Quien desee introducirse en la obra musical de John Lennon, podrá estar de plácemes con el documental. A lo largo del mismo se utiliza una chorrada de canciones de Lennon, y sólo de él... Obvio, ¿no?, si es un documental de Lennon... Pues bien, no es tan obvio, porque ya se sabe que hay cretinos especialistas en el arte de "hagamos una peli sobre fulano, pero sin que salga nada de lo que caracteriza a fulano como fulano" (léase "Letras prohibidas" o "El libertino"). Aquí sí usan la música de Lennon, y la usan bien. El ensamblaje de imágenes y texto explican mejor la música de Lennon que numerosos tratados y entradas de Wikipedia, y hacen incluso vivir el espíritu en el cual fueron hechas.

IDEAL PARA: Entender (mejor de lo que los propios realizadores podrían creer) a uno de los músicos más representativos de la Historia del Rock, incluyendo sus (naif) ideas políticas.

jueves, 12 de julio de 2007

"Río salvaje" (1994).


-- "The River Wild". Estados Unidos. Año 1994.
-- Dirección: Curtis Hanson.
-- Actuación: Meryl Streep, David Strathairn, Kevin Bacon, John C. Reilly, Joseph Mazzello, Benjamin Bratt.
-- Guión: Denis O'Neill.
-- Banda Sonora: Jerry Goldsmith.

-- "Río salvaje" en IMDb.
-- "Río salvaje" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Dentro de una familia disfuncional como las que abundan en las pelis de acción yankis (tiene que serlo, para que el drama y el riesgo vital sirvan de cemento para la unión y el asunto tenga mayor carga dramática), el mocoso de turno está de cumpleaños. Y lo celebrarán bajando por unos rápidos con balsas inflables en algún lugar cercano a la frontera con Canadá. Papi no quiere ir, y no quiere, y no quiere, porque es trabajólico. Pero al final su corazoncito dice "bueno, ya", y va. Mientras tanto, la madre prisionera de un matrimonio en picada y el niñato malcriado, hacen buenas migas con un completo y encantador extraño (¿qué se dice sobre hablar con gente que uno no conoce?, ¿ah?). Los extraños resultan ser todo lo peligrosos que son en estas películas, porque o si no, simplemente no habría película. De manera que la familia entera se transforma en rehén. La jugada de los chicos malos es utilizar a la madre del grupo familiar, una experta en el rafting, para bajar por el tópico torrente imposible, para escapar de la justicia, porque por supuesto que ellos son fugitivos de la ley. Y francamente me fastidia reseñar el resto de la peli, así es que supongan lo más obvio, y eso es.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A comienzos de los '90s se pusieron (algo) de moda las películas que mezclaban acción policial con deportes extremos: alpinismo ("Riesgo total"), surfeo ("Punto de quiebre"), paracaidismo ("Zona de impacto"), y un pequeño etcétera. Alguien discurrió que era una buena idea hacer la misma combinación, pero con el descenso en balsa por los ríos. La peli fue apoyada con alguna campaña promocional, y es que se supone que era una producción de alturas. Y es que, ¿vieron el elenco? Lo cierto es que esta película se ahogó en la taquilla, y dicho con harta sinceridad, en forma bien merecida.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Por la curiosidad de ver a Meryl Streep haciendo una de acción. E incluso en un rol tan poco desafiante dramáticamente, se las arregla para demostrar por qué es una de las actrices más legendarias de todos los tiempos. El resto del elenco, pues pasemos de él: Kevin Bacon hace el mismo papel de chico cínico de siempre, el macizo John C. Reilly ("Chicago", "Pandillas de Nueva York") hace lo que mejor puede el pobre, y aparece Benjamin Bratt ("Miss Simpatía", "Gatúbela") en sus inicios más iniciales, haciendo un papel casi de adorno (aunque con diálogo). Mención honrosa para David Strathairn, el gran prota de "Buenas noches y buena suerte", como el esposo trabajólico que descubre el valor de la familia y esas cosas.

-- Curtis Hanson. Este pobre director ha hecho de todo para sobrevivir, incluyendo pelis vergonzosamente comerciales, pero en todas ellas deja caer una pesada mano. Es hombre de estilo clásico, muy vinculado al cine noir, y no es raro que se haya alzado con el Oscar por una película de ese género como lo es "Los Angeles al desnudo" (además, es el hombre tras "Malas influencias", "La mano que mece la cuna", "Fin de semana de locos", "8 millas" y "En sus zapatos"). Y es que "Río salvaje" no meterá mucho suspenso, que digamos, pero gracias a él es posible verla sin ahogarse en ronquidos. Si es que eso vale algo.

IDEAL PARA: Ver una película de cierta esforzada dignidad en el cable, si es que no hay opciones mejores.

domingo, 8 de julio de 2007

"Novia y prejuicio" (2004)


"Bride & Prejudice". Dirigida por Gurindher Chada. Protagonizada por Aishwarya Rai, Martin Henderson, Nadira Babbar, Anupam Her, Naveen Andrews, Namrata Shirodkar, Daniel Gillies, Indira Varma, Sonali Kulkarni, Nitin Ganatra, Meghna Kothari, Peeya Rai Chowdhary, Alexis Bledel, Marsha Mason, Ashanti. Inglaterra / Estados Unidos. Año 2004.

¿De qué se trata?
Chico angloindostánico viene a casarse. Estamos en Amritsar, una de las más importantes ciudades de la India, pero no la Amritsar en donde los ingleses desataron una masacre durante la guerra de independencia, sino una al estilo Bollywood: o sea, colorida, saltimbanqui y alegre. La feliz pareja está organizando su compromiso, y en medio de todo eso la hermana de la comprometida conoce a un chico llamado William Darcy. Vuelan miraditas para allá y para acá entre Lalita y el tal Darcy, pero ambos congenian bastante mal. Se da la ocasión para un tiempito juntos mientras van de vacaciones, y ¡sorpresa!, the Lalita's hearts goes pop... con un rival de Darcy. Así es que Darcy y Lalita van y vienen, porque verán, a pesar de que el yanki es un estiradete y un pesado, al final tiene su corazoncito para la pobre Lalita, y ella, a pesar de ser arisca y poco amable, en el fondo igual quiere lo que toda las chicas, o sea el amor ideal en su vida, y... ¿No he visto antes este argumento? Bueno, sí, es el de la novela "Orgullo y prejuicio" de Jane Austin, pero adaptada a Bollywood, para que nos entendamos.

El espíritu de los tiempos.
Bollywood arremete con fuerza. La poderosa industria del cine indostaní ha conseguido desarrollar un tipo de cine que se ve exótico y suena diferente al cine de Hollywood, así es que han conseguido penetrar a fuerza de canto, baile y espectáculo coral. A tiro podemos mencionar películas como "Kamasutra", "Asoka" o "Un toque de especia", que han sido éxitos más o menos discretos en Occidente, que sigue siendo más de lo que se puede decir del cine iraní o coreano, que suelen ser ladrillazos de campeonato, aptos sólo para la subfauna que medra debajo de los maderos del "cine arte". Más irónico resulta ver que Bollywood se embarcó en una adaptación de un clásico de la literatura inglesa, cual es la ultraadaptada "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen, toda vez que las relaciones culturales entre la India e Inglaterra no han sido siempre las más amistosas (algo de ese orgullo nacionalista se trasluce en algunos filosos diálogos de la peli), algo comprensible si se considera que los ingleses imperaron durante siglo y medio como creadores de un imperio colonial en dichos lares. Quizás a esta peli le hubiera ido mejor, de no ser porque en la fecha de estarse terminando, estaba rodándose otra versión, la "Orgullo y prejuicio" con Keira Knightley, que por supuesto al ser inglesa de pura cepa recibió mucha mayor atención de la prensa mundial.

¿Por qué verla?
- Es una adaptación libre, pero al mismo tiempo bastante apegada a la novela de Jane Austen. Si uno se sustrae a los números musicales y las canciones, resulta que el argumento es casi el mismo que el de la novela original. Lo que habla bastante bien de que ésta es un clásico, si soporta con holgura una adaptación semejante. Aunque bueno, ya teníamos pruebas de eso, como que "El diario de Bridget Jones" es un clónico a defecar de "Orgullo y prejuicio", en donde Helen Fielding no tuvo ni la vergüenza de cambiarle el nombre a Darcy. Pero bueno, volviendo a "Novia y prejuicio", enfaticemos otra vez que bajo la superficie frívola del musical hay una adaptación notable y con músculo de la novela.
- Aishwarya Rai. No era la primera opción para el rol de Lalita, pero después de verla, cuesta imaginarse a alguien más en el papel (lo siento, pero Keira Knightley no cuenta, porque ésa actuó en una "Orgullo y prejuicio" con una mise en scene mucho más tradicional). Antigua Miss India, se transformó en estrella de Bollywood, e incluso se llegó a rumorear que saltaría a Hollywood como chica Bond para la Bond 21 (en esa época no se hablaba aún de esta peli como "Casino Real"), aunque después este rumor por desgracia no llegó a concretarse (yomi yomi). Este fue el rol que la catapultó a la fama en el extranjero, y con el cual ha tratado de convertirse de una chica Bollywood en una estrella de talla internacional. Y con razón. Luce adorable, preciosa, querible, y tiene un encanto natural para la comedia... (bueno, también lo tenía Sandra Bullock, hasta que empezó a creerse eso de que era una superestrella).
- El resto del elenco está por todo lo alto. Martin Henderson, hombre con un currículum no muy vistoso, consigue la alquimia de hacer creíble a un personaje tan complicado como Darcy, que es una difícil mezcla de frialdad, cálculo, apasionamiento, lealtad y paloculismo. Nadira Babbar compone a la madre arribista a quien se le tuercen todos sus arreglos, con un encanto natural para la comedia. Naveen Andrews luce en su punto, sin opacar a nadie, pero sin dejarse opacar, en un rol secundario (¿dónde lo he visto antes? ¡Ah, sí! Es el irakí puteado por el Vuelo 815 en "Lost"). Indira Varma está linda, lindísima, a pesar de que su rol es de pesada y estiradete; la vimos años atrás en glorioso desnudo integral en "Kamasutra", y desde ese entonces ha tenido una carrera con no mucha fortuna (sus créditos incluyen un protagónico en la "Roma" de HBO, y, ¡¡¡AAAJJJJJJ!!! un secundario en "Bajos instintos 2", eso es caer bajo). Alexis Bledel, la Chica Gilmore, hace una pequeñísima y deliciosa aparición (¿es que esa chica nunca crecerá...?). Y terminemos con la gran Marsha Mason, en un pequeño rol como la madre de Darcy, que resiste de lo más bien, y lo que voy a escribir es decir, que se la compare con Judi Dench, quien interpretó el mismo personaje en la "Orgullo y prejuicio" de Keira Knightley (deben ustedes estar tan cansados de leerlo como yo de escribirlo); aunque para un servidor siempre Marsha Mason será la leonina gobernadora Eleanor Grant de "Encima de la hora", pero en fin.
- ¿Quién dijo que el cuarto de hora de los musicales toca ya a su fin? Cuando pelis como "Chicago" o "Las soñadoras" nos recuerdan que los tiempos de Fred Astaire y Ginger Rogers han quedado en el pasado, vienen películas como ésta que le infunden verdadera vida a eso de hacer coreografías y elevar una voz solitaria en la noche para entonar una melodía. Quizás haya un futuro para el musical, después de todo, pero éste no pasa por Hollywood, eso es definitivo.

IDEAL PARA: Cazadores de rarezas, amantes de los musicales, seguidores de Bollywood, interesados en Jane Austen (con sentido del humor, no catedráticos universitarios) y por qué no decirlo, admiradores presentes y futuros de Aishwarya Rai.

jueves, 5 de julio de 2007

"El buen pastor" (2006).


-- "The Good Sheperd". Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: Robert De Niro.
-- Actuación: Matt Damon, Angelina Jolie, Alec Baldwin, Tammy Blanchard, Billy Crudup, Robert De Niro, Keir Dullea, Michael Gambon, Martina Gedeck, William Hurt, Timothy Hutton, Mark Ivanir, Gabriel Macht, Lee Pace, Joe Pesci, Eddie Redmayne, John Sessions, Oleg Stefan, John Turturro.
-- Guión: Eric Roth.
-- Banda Sonora: Bruce Fowler y Marcelo Zarvos.

-- "El buen pastor" en IMDb.
-- "El buen pastor" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Los chicos lindos de América se lanzan a una operación militar contra Cuba, pero los estaban esperando, y básicamente los masacran. Después de Bahía Cochinos, 1961, empiezan a buscar dentro de la CIA para ver quién demonios fue el soplón. O peor aún: quizás les interesa un puñetero cuesco quién rayos fue el lenguaraz, y tan solo se trata de eliminar un poco de grasa, un poco de músculo, echar a los menos relevantes, a los menos contactados, etcétera. En medio de todo eso, uno de los mandamases de la CIA, el Jefe de Operaciones, empieza a recordar. Parece casi ayer cuando fue un estudiante de Yale que hacía de marica en representaciones teatrales, y que fue invitado a una peculiar ceremonia con velitas y capuchas, en la que será iniciado como un miembro de la todopoderosa Skull & Bones, y en la que sigue a pesar del visible cabroneo de ser mechoneado en una poza con barro y obligado a luchar como hembra con bikini en el lodo, siendo orinado desde las barandas superiores (¡caray! ¿Habrá tenido George W. Bush una novatada tan urinaria?). Después comienza a ascender, descubre que para mantenerse a tope por la patria hay que traicionar a la germanischen conexión, en la que él podría haber estado gravitando, y pues bien, le sale tan natural eso de apuñalar por la espalda, que lo invitan a la recientemente fundada OSS, una agencia gubernamental de espionaje empeñada en sablearse nazis durante la Segunda Guerra Mundial. El pobre muchacho aceptan, porque verán, está enamorado hasta lo más recóndito de su escroto de una chica pelinegra, pero en el camino se le atravesó Angelina Jolie y se embarazó de él, así es que el chico, por ser cumplidor, contrae el dulce himeneo con ella, y la chica pelinegra a freir waffles. Lo que sigue es la carrera de este hombre, mientras va zigzagueando por la agencia, lidia con su familia, tiene que hacer entrar en vereda al cretinoide de su hijo, etcétera.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los estadounidenses ya no son lo que eran. Antaño, en los '50s, en esas bonitas historietas de batallas, eran los héroes, los capos, los matajapis, el Mongolicus Malleum. Ahora en la actualidad, y en particular después del desastroso gobierno de George W. Bush (no por casualidad un Skull & Bones, así como su padre y una chorronada de Presidentes de Estados Unidos), la bandera yankoide no es tan fácil de portar. En medio de todo eso, sale esta película que es una recia y dolorosa crítica contra la CIA (otra más, desde "Syriana", en donde dicho sea de paso también rondaba de secundario Matt Damon). No la acusa de lo de siempre, o sea, de intervenir rectamente (por aquello de "por la vía rectal" y no "por caminos de justicia") en otros países, sino por algo peor: ¿quién vigila a los vigilantes? La CIA nació para defender al ciudadano estadounidense de las amenazas exteriores, pero a la larga, ha servido de trampolín para varias cositas sucias (¿ustedes creen que George Bush padre hubiera llegado a ser Presidente de los Estados Unidos sin haber sido antes director de la CIA...?). Y eso, la película lo retrata con fiereza.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos desde el comienzo. Esta película no es exactamente sobre la historia de la CIA. De operaciones y contraespionajes no vemos nada: sólo una intervencioncita menor en contra de unos nativos que pretenden tener libertad y rebelarse contra el imperialismo de Estados Unidos, en vez de aceptar pacificamente su rol dentro del Destino Manifiesto. Eso, y Bahía Cochinos. Y la trama con un mínimo de espionaje, es la investigación sobre quién diablos pasó el soplo al otro lado. Pero una vez desmontado eso, tenemos una estupenda película sobre lo que es el mundo del espionaje en sí. No se trata aquí de las operaciones glamorosas ultratech a lo James Bond, sino de espías como los de John LeCarré y "El sastre de Panamá", en donde la mayor parte del trabajo es simplemente contactar gente, llevar cheques de allá para acá, y de tarde en tarde quitar del camino a aquellos suches que terminan por carecer de utilidad. En ese sentido, muestra el trabajo de espionaje como otra aburrida burocracia que, nacida para servir al orden y al bienestar público, termina por acumular el poder de la información clasificada y se transforma en una casta, acaso un cáncer, dentro del sistema. Exactamente igual que cualquier otra puñetera repartición pública en cualquier puñetera democracia moderna. Para quienes están habituados a las soluciones estilo Jack Bauer, puede parecer algo bochornoso que a veces sea preferible conversar amigablemente con el enemigo, y que de hecho se trabaje a veces codo a codo y mano a mano con los espías enemigos, más que con los propios políticos a quienes supuestamente los espías protegen, dentro de una lógica similar a aquella del gran duque ruso que declaró detestar las batallas porque "deterioran las tropas"...

-- Aunque a las claras no es la intención, puede también ser vista como una película sobre el exceso de dedicación al trabajo y sus consecuencias. Algo explotado en muchos filmes, por supuesto, sea directamente o sea metiendo una subtrama, pero que aquí aparece nítidamente retratado. El prota tiene un dilema insoluble: por un lado debe guardar secreto absoluto sobre su trabajo, y por el otro, debería compartir su vida con su esposa. Hay esposas que aguantan tales cosas (después de todo, a veces no se hacen preguntas si el cheque de la mesada es generoso), pero otras que tienen toda la razón del mundo para acabronarse, en particular si como ésta, se encuentra con un marido que primero se casa con ella y luego encuentra su peculiar "trabajo de oficina".

-- ¿Ya mencionamos el malsano ambiente criptogay de la peli? Algunos personajes tienen los tejos bastante corridos en materia sexual, e incluso la ambigüedad del personaje protagónico da para algunas interesantes sublecturas (¿es que nunca trató de comerse a la bomba rubia que tenía por mujer?). Vamos, que es un plus, porque después de todo, son mucho más entretenidas las pelis con algo degenerete en el camino. Además, todos sabemos que "los de arriba" no son precisamente los tipos más inmaculados del mundo, sexualmente hablando...

-- Matt Damon. Veamos, la película dura casi tres horas corridas, y se trata sobre un tipo vulgar y opaco, cuya única virtud es una inteligencia que no se la muestra a nadie. ¿Cómo mantener el suspenso con un personaje de esa calaña, sin caer en ningún tic ni marienismo? Vean la actuación de Damon acá, que simplemente se saca los zapatos haciendo el papel de un individuo torvo y poco comunicativo, y además facialmente inexpresivo, pero a través del cual se trasluce todo el cansancio y la presión del empleo, y tendrán la respuesta, hijos míos. Damon puede haber tenido roles buenos, decentes, mediocres y malos, pero aquí realmente sostiene hercúleamente una película que, con otro actor, quizás se habría vuelto excesivamente pesada de digerir.

-- Angelina Jolie. Debe ser su mejor rol en años, a mucha distancia no sólo de sus papeles de historieta en "Lara Croft: Tomb Raider" o "Sr. y Sra. Smith", sino también de roles supuestamente serios que terminaron siendo para la risa, como su Olimpia en "Alexander". Y todo eso, sin necesidad de mostrar su mejor carta de presentación (sus dos mejores cartas de presentación, podríamos decir). Lo único malo con ella es la escena en que se conoce con Matt Damon, en la cual, pues bien, se supone que el personaje tiene una veintena, pero es bien clarito en pantalla que la actriz ya ha pasado la treintena, lo que envía a dichas escenas a la Dimensión "Beverly Hills 90210". Pero en fin, no todo podía ser perfecto.

-- Los secundarios están en su salsa. Robert De Niro hace más o menos su rol de siempre, pero como no sale mucho, está bien (antaño era grande, hoy es sólo otro actor viejo forrado en dólares). William Hurt compone un estupendo cabrón jodepú, y Alec Baldwin se cachondea divertidísimo en su rol de agente del FBI. El resto, los desconocidos de siempre, apoyan bien la peli.

-- Eric Roth. En general no ensalzamos demasiado a los guionistas, no porque su trabajo no sea mínimamente importante al menos, sino porque el sufrido guionista puede componer el mejor guión del mundo, y después entre la avidez del productor, los arrebatos líricos del director, el egotismo del actor y el cabroneo del departamento de efectos especiales, se lo hacen pedazos de tanto cambiarlo por aquí y por allá. Eric Roth es el hombre detrás de sólidos guiones como "Forrest Gump", "El informante" o "Munich" (también de cadáveres en el armario como "Aeropuerto 79" o "El cartero", y no el Cartero de Neruda precisamente sino la de Kevin, pero nada es perfecto en este mundo). En el guión de "El buen pastor" no se puede decir que sobren cosas. Incluso situaciones que podrían haber acabado muy mal resueltas (miren quién fue a acabar siendo el soplón), y que podrían haberse depravado en moralina barata a la Disney, acaban con una buena salida.

-- Unas palabritas para la banda sonora. En general acompaña bien y crea una atmósfera incómoda, sin ser especialmente brillante. Aunque a ratos flaquea visiblemente. Un poco más de pulido y de acabado, y sería otro sólido pilar del filme.

IDEAL PARA: Ver una película con espías de verdad.

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