11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 30 de septiembre de 2012

"Cruising" (1980).


-- "Cruising". Estados Unidos. Año 1980.
-- Dirección: William Friedkin.
-- Actuación: Al Pacino, Paul Sorvino, Karen Allen, Richard Cox, Don Scardino, Joe Spinell, Jay Acovone, Randy Jurgensen, Barton Heyman, Gene Davis, Arnaldo Santana, Larry Atlas, Allan Miller, Sonny Grosso, Ed O'Neill.
-- Guión: William Friedkin, basado en la novela de Gerard Walter.
-- Banda Sonora: Jack Nitzsche.

-- "Cruising" en IMDb.
-- "Cruising" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Aparece un brazo en la bahía. El forense dice que hay que investigarlo, que es un asesinato, el poli dice que le de una causa de muerte, el forense dice que cómo %&$%&&&#$ va a decir cómo murió con el puro brazo, y el poli dice que sin causa de muerte no hay legalmente investigación por crimen, y así queda. Y cuando digo así queda, es que así queda, porque del puñetero brazo no volveremos a oir en el resto de la peli, pasando esta escena lisa y llanamente al Top Ten de comienzos de pelis gratuitos. El caso es que en un antro momosexual de Nuevayór, una pareja de raritos se conoce y decide que van a hacer cositas. De ésas que hacen los raritos, ya saben. Pero el pobre desgraciao no sabe qué se está bebiendo (metafóricamente hablando, claro), porque el otro va y lo tiende en la cama (después de habérselo faenado, será asesino serial pero no tonto) y lo mata en una perfecta metáfora sodomita, clavándole repetidas veces el cuchillo en la espalda. Ahora sí que el asunto pasa a castaño oscuro, así es que llaman a un poli, con la cara fiambrosa que tenía Al Pacino en los '70s (1980 es el último año de la década de los '70s, recuerden). Y le dicen: mira, a pesar de ser macho heterosexual, quiero que vayas y te infiltres en la comunidad de maricas de Nueva York, porque respondes al perfil de víctimas del asesino serial, a ver si el asesino va y te levanta, y no te preocupes, que cuando esté a punto de perforarte (es que me dejan los chistes a huevo), entramos y te salvamos. Pasas por acá una vez al mes a cobrar tu sueldo, te reportas sólo a mí, nadie sabe que andas de faggot por allá afuera, ¿OK? Y el otro, a pesar de que tiene una chica buenorra por todos los ángulos (Karen Allen hecha una cría), decide que bueno ya, porque después de todo, un poco de reconocimiento por parte de la policía por un trabajo arriesgado no viene mal... de manera que se muda a un departamento, empieza a hacerse amiguete de un invertido, va a antros sadomasogays, y mientras investiga, como que le empieza a tomar el gustillo al rollo gay. Es lo que pasa por no escuchar a Nuestro Santo Padre Que Vive En Roma, hijos míos, es lo que pasa por no escuchar a Nuestro Santo Padre Que Vive En Roma...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Siempre ha habido gente que mete los goles con la zurda. De manera más o menos encubierta. Los '60s y el hippismo fueron un movimiento fuertemente heterosexual, pero en la década siguiente, los homos empezaron a preguntarse por qué eso de hacerlo a destajo tenía que ser sólo para los straight, y no para... Y así, a ritmo de funky y de la temprana onda disco, empezaron a florecer los antros gay. O sea, me refiero, de una manera más abierta que antaño, que mal que mal, sitios de reunión para los que no caben en ningún sitio, siempre han existido. Los gay convirtieron a San Francisco en Sodoma y Gomorra, hicieron de Berlín un lupanar (bueno, Berlín Occidental, claro, que al otro lado los raritos eran pasados por las armas... por las armas de fuego, se entiende. Las de verdad, no en joda), y por qué no, también se vincularon a la naciente escena punkie neoyorkina. Y a tanto llegó la depravación, que bastó meter a un sidítico en ese ambiente, para que la peste rosa, el SIDA, se los cargara como moscas en los tempranos '80s. Claro está que el cine hollywoodense, por muy de rupturista que fuera en los '70s, no se iba a hacer cargo del fenómeno, que una cosa es ir de críticos contra el sistema, y otra muy distinta es tratar de ofrecer visiones alternativas al modelo de vida sexual defendido por nuestro querido judeocristianismo de toda la vida. Y cuando lo hacían, era desde una óptica francamente agresiva, como el ridículo par de matones de la jamesbondesca "Los diamantes son eternos". "Cruising" es quizás el intento más serio por parte de Hollywood, en retratar el mundo de la homosexualidad desde una perspectiva mainstream. Que lo haga reduciendo la homosexualidad al bondage sadomasox dice algo. Y que sea en medio de una trama de un homosexual desquiciado matando a otros homosexuales (los perros se matan entre ellos, pareciera ser la moraleja), también probablemente dice algo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es complicado valorar esta peli porque en ella interfieren varios factores externos, extracinematográficos. El más importante es de lejos el retrato que se intenta hacer del mundo homosexual, que trató de ser lo más documental y gráfico posible, y que fue rechazado por los propios homosexuales (un poco como ocurriría después con "Bajos instintos", con la prevención de que acá la cosa va en serio, mientras que en lo de Sharon Stone el tratamiento era mucho más frappé). Claro, si no te gustan los gays, esta peli no te va a entrar ni... er... me entienden el punto. Y si te gustan, o eres uno de ellos, quizás esta peli también te disguste porque, mal que mal, los retrata como una panda de decadentes depravados. Ignoro si será así o no, después de todo soy sólo un gato detrás del teclado, pero el caso es que la peli ofrece ESA visión. Súmesele un tratamiento que mezcla por un lado una enorme crudeza visual (en una escena se ve a un tipo untándose la mano para hacerle un fist a otro, en plena disco), con una pacatería moral y conceptual únicas (se supone que el ambiente sadogay de la peli en algo tendría que ir cambiando al policía, pero este cambio, aunque se insinúa, aparece apenas en algún diálogo perdido o alguna miradita de Al Pacino, sin que entendamos nunca a ciencia cierta qué ocurre con él, en su interior). De esta manera, sin ser una mala peli, tampoco logra todo lo que debería lograr, y se malogra en ese quedarse a medio camino. Después de todo, si te atreves a hundirle el cuchillo a un tema espinoso (metáforas fálicas aparte), entonces debes hundirlo a concho o no vas a cortar la carne, ¿no? Si querían hacer una peli fácil y complaciente, mejor hubieran rodado una comedia romántica.

-- Aunque de lo dicho podría salir que la peli es mediocre (bueno, para qué andarnos con rodeos: lo es), tiene sus detalles. Las escenas de violencia son todo lo brutales que deben ser. La descripción de los antros sadomaso es gráfica y explícita (aunque probablemente en vivo, sin cámaras rodando, quizás sea incluso peor). Y la escena final, aunque en términos de lógica argumental es un poco gratuita, es también terriblemente sugerente. Quizás influya que la dirección es de Willian Friedkin, que nos ha dado algunas estupendas pelis ("Contacto en Francia", "El exorcista"), pero que también se las ha arreglado para metérnosla doblada en más de una ocasión ("Jade: La piel del deseo", "Reglas de combate").

-- La parte de thriller policial es lo que sale peor parado acá. Debido a la naturaleza misma de la trama, el policía y el asesino irán por separado casi hasta el final de la peli, lo que por supuesto le quita su poco de tensión dramática al asunto. Y para colmo, cuando llegamos al final, (((SPOILER, LEÑE))), descubrimos para nuestro fastidio que la trama es cualquier cosa menos concluyente, y que si bien podemos atenernos a la solución que nos ofrece la peli, examinada la evidencia con rigor descubrimos que en realidad el caso policial no se resuelve (al menos en "Jade", por mencionar otra dirigida por mi amigo Friedkin, tenían el buen gusto de mostrarnos primero el "falso final" en que el poli cree haber resuelto el caso, y después el final de verdad). (((FIN DE LA ZONA DE SPOILERS))). Si la vas a ver porque quieres ver un thriller, entonces mejor ni pierdas tu tiempo (pero si la vas a ver como un documento de época, no tanto de la época misma como de la visión hollywoodense sobre un fenómeno social de la época, estarás mucho mejor).

IDEAL PARA: Ver una peli interesante sobre el submundo homosexual, pero que podía haber sido mejor de lo que fue.

VIDEOS.

-- Trailer de la edición en DVD de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 27 de septiembre de 2012

"Los asesinos" (1946).


-- "The Killers". Estados Unidos. Año 1946.
-- Dirección: Robert Siodmak.
-- Actuación: Burt Lancaster, Ava Gardner, Edmond O'Brien, Albert Dekker, Sam Levene, Vince Barnett, Virginia Christine, Charles D. Brown, Jack Lambert, Donald MacBride, Charles McGraw, William Conrad, Phil Brown, Queenie Smith, Jeff Corey.
-- Guión: Anthony Veiller, con aportes sin acreditar de Richard Brooks y John Huston, inspirados en una historia de Ernest Hemingway.
-- Banda Sonora: Miklós Rózsa.

-- "Los asesinos" en IMDb.
-- "Los asesinos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A uno de esos sitios que se vende comida rápida, llega una parejita. No una de enamorados, ¡no, señoh!, sino una de los que visten gabardinas y andan con una .38 bajo el atuendo. Andan buscando a un sujeto llamado el Sueco. Después de hacer pasar una jornada de terror a los tipos del local, dan por fin con el puñetero Sueco, y vamos encajándole ocho balas para mejorarle lo presente. El crimen no calienta a nadie porque el tipo no era rico ni millonario, sino que trabajaba en una gasolinera... pero nunca falta el eficiente agente de seguros que, joer, es que no es negocio cobrar las primas si después hay que pagar los seguros, así es que vamos investigando, sólo por lo que pueda salir. De a poco, interrogando testigo tras testigo, va armando la triste historia de un boxeador (el Sueco) que no puede boxear más, que después se mete con la chica que no debe, que por meterse con la chica que no debe acaba muy mal parao (en la cárcel, para ser más concretos)... y esto es sólo el comienzo. Bueno, ya llevamos como la mitad de la peli, pero lo que viene en la segunda mitad lo pone todavía más con el agua al cuello. ¡Vamos, si ustedes ya lo sabían, si después de todo en el comienzo ya nos mostraron como al Sueco lo dejaron pa' carne 'e perro! ¿No?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La década de los '40s fue el reinado del Cine Noir. ¿Por qué? Simplemente porque Estados Unidos había perdido la confianza en sí mismo a pasos agigantados, y por las grietas y costuras del sistema empezaban a emanar las primeras supuraciones. Que el país estaba lleno, no había más cupos para inmigrantes que lo hicieran crecer, ni espacio para alojarlos, y la lucha por la supervivencia ya no se zanjaba con un "vamos más lejos al Oeste, a fertilizar suelo con cuerpos indios", sino empezando la lucha hobbesiana del lobo contra el lobo. El Cine Noir, con su aprovechamiento al máximo de las posibilidades expresivas del blanco y negro, con sus femmes fatales, con sus giros de tuerca y engaños en la trama, era un reflejo de esa América aún orgullosa de sí misma, peleando contra el Terror Nazi y el Terror Comunista, pero carcomida por adentro. A partir de ahí, la cosa sería cuesta abajo. Pelis como "Los asesinos" tenían sentido en 1946, cuando todavía se podía hacer algo. Hoy en día, hablar sobre corrupción no es hacer Cine Noir, sino hacer reir a la manera de Los Simpsons.

¿POR QUÉ VERLA?

-- A pesar del reclamo publicitario que la vendió como "una basada en Hemingway", parece ser que el gran aporte del relato hemingwayano son los primeros quince minutos de peli, hasta que ocurre el asesinato, y todo lo que viene después salió de la mente calenturienta de los guionistas. Si así fuere (no he leído el relato original para contrastarlo), no me extrañaría. Porque esos primeros quince minutos tienen un hálito trágico bastante diferente al resto, que es más bien convencional. No quiero decir necesariamente malo. Pero ésta es una peli noir demasiado by-the-book, y eso, como que la lastra un poco. Quizás las audiencias de 1946 puedan todavía haberse sorprendido con tales o cuales giros de trama, pero en la actualidad, con todos esos códigos bien aprendidos y parodiados, el asunto pierde gancho y se sabe de inmediato por donde salen los tiros. Súmesele una primera hora remolona, y un protagonista que cae demasiado rápido en las garras de la femme fatale únicamente porque el guión de toda peli noir exige que el prota se enamore de una femme fatale que lo lleve a la perdición, etcétera, y el asunto como que no pareciera despegar. En la segunda mitad de la peli es donde se concentra lo bueno, porque vemos el clásico atraco perfecto y las consecuencias, y todos los cabos se atan de una manera satisfactoria (si bien algo previsible, por culpa de un guión no demasiado hábil en escamotear los trucos argumentales usados). De manera que, si te gusta el Cine Noir, esta peli probablemente sea un must-see, pero si eres un espectador casual de esas pelis de mujer como gato que maula con el mísero ratón, se me ocurren unas cuantas que probablemente deberías ver antes de intentarlo con ésta.

-- Un detalle interesante de esta peli, es haberse robado íntegramente la estructura narrativa de "El ciudadano Kane". Porque la peli se estructura en un primer nivel que es el presente, que nos refiere el asesinato y la posterior investigación por el agente de seguros, y en un segundo nivel, a través de flashbacks que son los recuerdos de cada uno de los personajes encuestados por el agente de seguros, vamos reconstruyendo la historia. Esta inspirada manera de construir el guión (robada, repito, de "Ciudadano Kane", pero si George Lucas se lo robó todo de Akira Kurosawa y las seriales dominicales de Flash Gordon para "La guerra de las galaxias", quienes somos nosotros para condenar, ¿eh?) le aporta muchos enteros a una trama que, contada de manera más lineal o más convencional, en realidad no tendría tanto interés ni engancharía tanto (aunque admitámoslo, los flashbacks recién se ponen interesantes a la segunda mitad, cuando la trama parece querer por fin partir en serio).

-- Ava Gardner. Es indispensable que toda peli de Cine Noir tenga su propia femme fatale, y ella lo es en ésta. De una manera increíblemente lúbrica. Conscientes de la baza, los realizadores la muestran todo lo que pueden, en alguna lasciva escena recostada sobre una cama (bueno, vestida, si eran los '40s al fin y al cabo). Frente a ella, el pobre Burt Lancaster, la verdad sea dicha, hace un papel bastante deprimente. Bueno, al menos hace creíble eso de ser una pobre ave frente a un mujerón.

-- Miklós Rózsa. Probablemente no sea su mejor partitura, pero hace un estupendo trabajo musical de fondo. En las escenas finales, buena parte del empuje viene dado por la música, precisamente, que le pone un empaque muy superior a algunos soundtracks de la época que hoy en día no pueden sonar más ñoños. Este Rózsa, años después, musicalizaría "Ben Hur" y "Rey de Reyes", por más señas.

IDEAL PARA: Ver una de Cine Noir quizás demasiado de manual, pero aún así con puntos fuertes de interés.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 23 de septiembre de 2012

"Valiente" (2012).


-- "Brave". Estados Unidos. Año 2012.
-- Dirección: Mark Andrews, Brenda Chapman y Steve Purcell.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Kelly Macdonald, Billy Connolly, Emma Thompson, Julie Walters, Robbie Coltrane, Kevin McKidd, Craig Ferguson, Sally Kinghorn, Eilidh Fraser, Peigi Barker, Steven Cree, Steve Purcell, Callum O'Neill, Patrick Doyle, John Ratzenberger.
-- Guión: Mark Andrews, Steve Purcell, Brenda Chapman e Irene Mecchi, con material adicional de Michael Arndt, sobre una historia de Brenda Chapman.
-- Banda Sonora: Patrick Doyle.

-- "Valiente" en IMDb.
-- "Valiente" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Escocia. No la Escocia histórica, por supuesto, sino esa Escocia cargada de clichés medievales/renacentistas/modernos a que Hollywood nos tiene acostumbrados (¿kilts del siglo XVIII con chicas de vestido renacentista con un personaje que ha luchado contra los romanos? SERIOUSLY???). En fin, en Escocia vemos a la hija del rey. Que como corresponde a los escoceses, no vive en peazo castillo Disney sino en un fortín mugroso y al tres/cuatro, que los escoceses desde chiquititos les enseñan a ser Rico McPato. El caso es que crece para transformarse en una adolescente desdichada porque su madre quiere... ¡casarla! ¡¡¡MATRIMONIO ARREGLADO, QUÉ HORROR!!! La ocasión da pretexto para soltar el conflicto central, que es la madre tratando de que su hija crezca tan seria y adusta como ella, y a la vez su hija la adolescente respondona sábelotodo. Todo eso, aderezado por un rey que muuuuuu fiero en batalla será, pero que en casa es un calzonazos no sólo de su madre, sino que de su hija también, que en casa de guerrero escocés, cuchillo de palo. En fin, el caso es que aprovechándose de un resquicio legal (¡leyes! ¡esta peli lo tiene todo!), a la chica no se le ocurre nada mejor que participar dentro del concurso de arquería que los pretendientes deben pasar para desposarla A ELLA. Y gana. ¿Qué pasará, se desposará a ella misma? Bueno, eso hubiera sido algo que en manos de un David Lynch hubiera quedado la mar de bien, pero estamos dentro de las coordenadas Pixar-absorbida-por-Disney aquí, así es que... habremos de conformarnos con discusión, regañina familiar, etcétera. Resultado: la princesita decide que se está mejor afuera y se manda a cambiar. Topándose con una bruja. A la cual convence de pedirle un hechizo para cambiar su situación de opresión materna. Y claro, ya sabes lo que dicen, que debes tener cuidado con lo que deseas porque se te puede hacer realidad. A partir de ahora, todo será cuesta arriba, porque a ver la metida de gamba grande que se manda la princesita de los cojones. Drama familiar del güeno, auspiciado por Pixar. Absorbido por Disney.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después de "Up", las cosas parecen haberse salido un poco de tiesto para Pixar. Víctimas de su propio éxito, Pixar han caído dentro de las garras de los manejos y prácticas comerciales de Disney. El resultado es que por primera vez se atrevieron a sacar ya no una segunda sino una TERCERA PARTE, y como la jugada salió buena con "Toy Story 3", pues que se largaron a otra segunda parte, ávidos por construirse franquicias a explotar, en concreto la mugrosilla "Cars 2". Pero como no sólo de franquicias vive el cinéfilo, y los estudios encargados de vampirizarlos con... ¡pelis comerciales!, he aquí que vuelven los estudios Pixar a lanzarse a rodar una peli de ésas que eran con historia original. Los resultados han sido discretos. Más que nada, porque la gente se resiente de que no es "Monsters Inc.", "Buscando a Nemo", "Los Increíbles", "Ratatouille", "WALL-E" o "Up". Pero bueno, vayan aprovechando el momento, que vaya uno a saber para cuánto más habrá otra peli Pixar que no sea secuela nostálgica de un greatest hits. Porque para el 2013 se viene "Monsters University", que para variar un poco no será secuela sino... ¡¡¡PRECUELA!!! En fin, sic transit...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Frente a todos los destructivísimos comentarios acerca de que "Valiente" es mugrosa, de que no es Pixar, de que parece el Disney de toda la vida, de que no tiene magia (¿cómo que no, y la bruja qué pinta entonces?), me atreveré a romper una lanza por esta peli. No porque sea extraordinaria. De hecho no lo es, y en algunos respectos es bastante flojilla, incluso rutinaria. Pero esta peli no es exactamente una Disney. O por lo menos, lo es en la superficie, para contentar a los jerifaltes, mientras que por debajo hay un par de comentarios con mala leche acerca del cuento de hadas tradicional al estilo Disney. Partamos por el guión Disney de toda la vida: una princesita vive en su mundito de hadas (sea de origen noble o proletario, lo que cuenta aquí es que tiene un problema y sueña con una vida ideal, etcétera) hasta que tiene un problema, en medio del cual conoce a un jovencito que resultará ser un príncipe con el cual, después de múltiples peripecias que incluyen echar a un villano pisos abajo (seriously, es increíble la cantidad de villanos Disney que se matan por despeñamiento), acabará por doblar la cerviz, sentar cabeza, y salirse con la suya por la vía de aceptar el orden establecido, etcétera, teniendo como glorioso premio el matrimonio etcétera. Apología de las trepillas, vale, pero es lo que es, y además los de Disney se la han hecho bien durante churretecientas décadas, y las canas hay que respetarlas. Pero, ¿qué tenemos aquí? En primer lugar, el detalle más significativo, no hay subtrama romántica. No hay príncipe. Ni siquiera al final. La pseudoprincesa Disney aquí tiene que barajárselas sola para salir del desaguisado en que se ha metido. Y no lo ha hecho por nobleza de espíritu o por equivocación o por complot del villano como la princesa Disney al uso, sino por orgullosa y cabezota. De hecho, en esta peli apenas aparece un villano, que no le tiene ninguna tirria a la princesa (bueno, ninguna más de la que le tiene a todo el mundo, y aunque es el mismo villano quien se ha metido en su brete, cuesta no simpatizar con el pobre sonao quien en el fondo es un sonao a quien el tiro le salió mal), y que más que ser una oposición consciente a los propósitos de "los buenos", funciona más como un espejo oscuro de la propia prota, y poco más que eso. Por su parte, la actitud de la princesa no es cool ni nada: en realidad, por su falta rayana a sus deberes como princesa, está en un minuto al borde de precipitar una destructiva guerra civil entre los clanes escoceses, que según se colige de algunos diálogos, han conseguido una inestable alianza a un enorme precio político y militar. Porque esto es Escocia, no algún innominado reino de fantasía germánica en donde el sistema político absolutista ni se cuestiona ni corre riesgos (de hecho, ni siquiera hay absolutismo en esta peli). Pero a su vez, si bien al final tiene que crecer-madurar-etcétera, esto no significa que aceptará el orden establecido tel quel. Por el contrario, queda en evidencia que el orden establecido puede a veces ser lesivo e inhumano, y si bien no será afectado en lo fundamental, sí que a veces éste debe encajarse un poco con las personas que deben vivirlo, y a veces padecerlo. Incluso algunas escenas parecieran parodiar algunos clichés propios del género: el concurso de arquería y el correspondiente triunfo de la prota, lejos de ser un momento cumbre de la chulería del héroe como en las pelis de Robin Hood (heroína en este caso), es justamente el inicio de los grandes males en la peli, la bruja no es buena ni mala sino más o menos indiferente al destino de la prota, la machorrería de la prota no es cool sino que es un tema mayor de la peli (no tanto como para que se transforme en un problema de identidad sexual solapado, claro, pero aún así), los animales que aparecen no son bellos pajaritos Disney sino osos dispuestos a partir en dos a un ser humano... A ratos, parece más una parodia maliciosa de las pelis Disney, que una "peli animada con princesas" al uso. Por desgracia, y las malas noticias empiezan aquí, estas buenas ideas no consiguen pasar sin daños a un guión redondo o perfecto, y la peli en sí misma combina momentos de aventura trepidante y emocionante, con otros ratos muermísimos en su muermez. La animación por su parte es todo lo bello que nos suele ofrecer por lo general Pixar, y de verdad Escocia nunca se vio tan Escocia como aquí (aunque claro, este sea un caso de que preferimos la fantasía a la realidad, pero bueno...). La banda sonora, bien sin estridencias. En definitiva, tenemos una peli un tanto rutinaria, que luce mal únicamente en comparación al resto del canon Pixar, frente al cual queda bastante en deuda. No es de las que deberías ir corriendo a verla/arrendarla/descargarla, táchese lo que no corresponda. Pero después de la anodina, por decir una palabra suave, "Cars 2", "Valiente" es una muestra de que Pixar no ha muerto, sólo andaba de parranda. Aunque quienes la hayan hecho, no hayan podido sobreponerse del todo a la resaca de dicha parranda. ¿Deberías verla? Probablemente depende de la tolerancia y el estado de ánimo. En un día bueno y con ánimo de diversión, es bastante recomendable. Pero si eres un fundamentalista zelota de Pixar, quizás deberías elegir alguna otra opción para verla/arrendarla/descargarla, táchese lo que no corresponda. Aunque claro, los fundamentalistas zelotas de cualquier tipo no suelen ser lectores de un blog inteligente y bien razonado como Cine 9009, de manera que quizás esta última advertencia sea inoficiosa.

IDEAL PARA: Ver una decente peli de Pixar con algunas buenas ideas y planteamientos más allá de su realización algo desmayada.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].

jueves, 20 de septiembre de 2012

"Cars 2" (2011).


-- "Cars 2". Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: John Lasseter y Brad Lewis.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Larry the Cable Guy, Owen Wilson, Michael Caine, Emily Mortimer, Eddie Izzard, John Turturro, Brent Musburger, Joe Mantegna, Thomas Kretschmann, Peter Jacobson, Bonnie Hunt, Darrell Waltrip, Franco Nero, David Hobbs, Patrick Walker.
-- Guión: Ben Queen, basado en una historia de John Lasseter, Brad Lewis y Dan Fogelman.
-- Banda Sonora: Michael Giacchino.

-- "Cars 2" en IMDb.
-- "Cars 2" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

De noche, en mitad del océano. Un autito medio Aston Martin muy macarra (Michael Caine en la voz, por más señas) es llevado ahí por un botecito, diciendo que "tengo un encuentro aquí". El botecito le responde lo obvio, que ahí no hay nada, buena suerte con sarcasmo, etcétera. Pero nuestro autito tiene un plan, que lo lleva hasta una plataforma petrolera (luego de que el botecito se ha ido, claro), en donde descubre el plan maligno de un autito... ¿ruso, árabe, mexicano...? No, señores, alemán, porque si estamos en una peli de clichés de espías, por qué detenernos aquí, ¿verdad? El caso es que tenemos una secuencia de precréditos que podría estar bien para una de James Bond, de no ser porque... bueno, son autitos, así es que parece más bien como el niñato ése de Toy Story jugando con sus juguetes. Sólo que sin el brillo surrealista de la tercera entrega. Salto a... Radiador Springs, en donde transcurría la trama de la primera peli de la actual duología. Todo está lindo-tranquilo hasta que un bocazas por el noticiario dice que él es el más mejol auto del mundo, y Rayo McQueen kaka-auto kaka-auto. Por lo que la gente de Radiador Springs une fuerzas, y Rayo McQueen... ¡vuelve a las carreras! ¡Guau, vamos a volver a ver a nuestro héroe en acción, ahora en un circuito de carreras mundiales que...! Er... No. Ahora el héroe es la grúa cacharrienta y medio estúpida que era el lastre de la primera. Bueno, en fin... El caso es que están en una carrera para probar la superioridad del combustible orgánico por encima del petróleo y el diesel de toda la vida (adivinaron: uno de los circuitos NO ES Dubai). En medio de todo esto, por razones que no trataré de desenredar para ustedes porque después de todo no me pagan a tanto por palabra, el espía que apareció al comienzo termina metido y confunde a la grúa cacharrienta (que entretanto ha hecho pasar peazo vergüenzas a Rayo McQueen) con un auténtico espía hecho y derecho, y lo recluta para luchar contra el diabólico autito profesor-alemán. Que por aquello de que las dos tramas tienen que confluir para que la peli parezca que es una sola, pues su plan maligno es sabotear la carrera. Déjenme ver si les aclaro: el secundario irritante de la entrega anterior, ahora más irritante que nunca, es el prota de una parodia al más que sobajeado James Bond pero con autitos, y el prota de la anterior y su alucinante universo de carreras alrededor del mundo es ahora el patiño sin interés. Claramente, en esta entrega los tipos de Pixar no tenían demasiado claro qué rayos mcqueen estaban haciendo.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cuando por allá por 2002 o 2003 se anunció que la Pixar iba a montarse una de autitos, muchos miramos con escepticismo el anuncio. Pensábamos en hora y media de la alucinante secuencia inicial de "Toy Story 3", que es alucinante porque es cortita y creativa (bueno, "Toy Story 3" todavía ni pensaba en ser parida, pero pensábamos en algo equivalente). Pero, ¿una peli entera de eso? Y vieran ustedes que "Cars" no salió tan mala. De hecho, luce no muy bien al lado de otras alturas de Pixar (faltando todavía uno y dos años para esos pináculos de genio que fueron "WALL-E" y "Up"), pero se defiende de todas maneras. ¿Y que dijo Disney? ¡¡¡PUES MÁS AUTITOS, LEÑE!!! Pixar ya había incursionado en el tenebroso reino de las secuelas ("Toy Story 2"), pero ahora decidieron tirarse por todo lo alto y rodar dos consecutivas: "Toy Story 3" (buena), y la que nos ocupa (malilla). Y ahora viene la precuela de "Monsters Inc.", caray... Uno podría pensar que pelis como "Los Increíbles" e incluso "Ratatouille" se prestaban mucho más, pero ¿"Cars"? ¿Una peli con título de Gary Numan? ¿Una peli en donde toda la evolución vital del personaje prota estaba agotada y retegotada? Parecía una locura en términos creativos, pero bueno, Pixar ya es marca consolidada, y además con "Cars" se pueden vender... ¡juguetes! Porque ahora al crío no se le compra el jodido Matchbox o Majorette de toda la vida, sino que hay que comprarle el retejodío autito de Rayo McQueen, porque de alguna manera hay que compensar 12 horas diarias en la oficina para pagar las deudas contraídas para comprarle al jodío cabro chico el sobrepreciado autito de "Cars". Así es como se esclavizan ustedes, humanitos. Y como los niños tienen la jodía costumbre de llevar la contra a los adultos, pues, ¿cuál fue su personaje favorito? Pues el más irritante y zopenco de todos, claro está, que por algo son niños, si no tienen pajolera idea de nada los primates ésos. (Si piensan que soy muy duro con los infantes del género humano, les deseo que les crezca una frondosa cola de gato como la mía para que esos esquizofrénicos bajitos vayan y se las anden tirando todo el día con gorgoritos de placer). De manera que tenemos al contubernio Disney-Pixar rodando "Cars 2" porque ahora que Pixar tiene nombre, podemos sacrificar impunemente el arte para... ¡vender mercadishing! Que nadie diga que "Cars 2" no se forró: 200 millones de presupuesto, más de 550 de ganancias. La cuestión es cuántos cabros chicos salieron felices del cine, vs. cuantos padres quedaron pensando en qué demonios habían visto. Bueno, tuvieron suerte. Al menos no salieron en coma terminal como esos progenitores que tuvieron que bancarse "Pokemon: La película".

¿POR QUÉ VERLA?

-- ET TU, BRUTE...??? Tenía que ser, más tarde o más temprano. Vivimos en este universo, y no en el universo de los sueños. Pixar, uno de los poquísimos baluartes de cine de alturas en el Hollywood early 2000s, acabó por fallarnos. A nosotros, que hemos visto (casi) religiosamente (casi) todas sus pelis. A nosotros, que hemos escrito posteos laudatorios en donde los hemos puesto por las nubes. A nosotros, que reímos con "Buscando a Nemo" o "Ratatouille", y lloramos con "WALL-E" o "Up". ¡¡¡PIXAR, NOS HAS FALLADO, Y MÁS VALE QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ!!! El problema no es que sea mala (no lo es, aunque esto es cuestión de opiniones). El problema no es que sea sensiblemente inferior al resto de la producción Pixar hasta la fecha (esto sí lo es). El problema es que claramente no tienen idea de qué quieren contar, y peor aún, les importa un cuezco la narrativa. Lo importante es meter cuanto más autito mejor, por aquello del mercadishing. Están a pasitos de George Lucas y su maniobra pesetera de vender como diez muñequitas Leia con atuendos distintos. Y la narrativa, como que se resiente un poco de eso. El problema es que tienen dos tramas paralelas, que no terminan de cuajar por ninguna parte. Una es la carrera mundial, que podría haber dado grandes momentos de acción y suspenso comparables a "Los increíbles" o "WALL-E", incluso a "Ratatouille" que tenía sus menos y sus más, pero la secuencia de persecusión en el río Sena es maravilla pura. Pero no: resulta que todo el suspenso aquí es que autito la va a palmar por los planes malvados malvadosos de los villanos (y como tenemos sólo un corredor al que nos presentan con verdadera personalidad, si los otros autitos terminan cayendo al mecánico, como que nos importa más bien poco). Por el otro lado tenemos una historia de espionaje que se roba cuanto cliché puede de 007, cuando no plagia rampantemente secuencias completas (el final de la secuencia de precréditos es un plagio descarado de "La espía que me amó", sin ir más lejos, y que la secuencia esté ambientada en una plataforma petrolera es algo que vimos en "Los diamantes son eternos"). Y las sátiras a 007 ya eran viejas cuando se rodaba la serie televisiva del agente 86, y ya no digamos aquí (por otra parte, los pergenios que nunca han tenido ocasión de ver the real thing, puede que hayan alucinado con esto. Quien sabe). Sumémosle un final desmayado que tiene ingenio en la manera de desenmascarar al villano, pero que no tiene ni de lejos el componente emotivo del final de la primera "Cars", añadámosle un Michael Giacchino usualmente muy solvente componiendo un soundtrack para el olvido, y rematemos con cuanto cliché hay sobre los baños japoneses, los comilones italianos o los estiradetes inglechutes de toda la vida, y ya la tenemos liada. ¿Entretiene? A ratos. ¿Saca risas? A ratos. ¿Emociona? A ratos. Pero creo que todo eso debería ser la peli entera, no sólo por puntuales y acotadas secuencias específicas. Digo yo.

-- Mencionemos a Michael Caine, para quienes la vean en VOS. ¿Quién otro podría interpretar al estiradete 007-going-auto? Aunque por otra parte, es sabido que Michael Caine es siempre un riesgo: tan pronto puede aparecer en pelis buenísimas como en mugres como (no nos cansaremos de recordarlo nunca, nunca, pero es que nunca jamás, así de malvados somos aquí) "Tiburón IV". Decidan ustedes en qué parte del espectro está "Cars 2".

-- Quizás el único rasgo interesante de la peli, aunque probablemente no redimible debido a que hablamos de una peli infantil aquí, es la increíble temeridad de destilar crueldad a mansalva. Nada más partir la peli vemos un cubo de chatarra que, se nos informa, era un autito espía ejecutado por los villanos. Tal cual. Ni "Transformers: La película", oiga usté. Sin terminar esa secuencia, vemos un autito matón de los villanos que cae plataforma petrolera abajo, se estrella contra la superficie del agua, y nada de hundirse y manejar por el fondo, oh-no: las partes del autito quedan todas esparcías sobre el agua. Más adelante, el villano ejecuta a sangre fría a otro espía, básicamente friendo su combustible con un rayo calorífico o algo así. Vale que se ve el puro reflejo en un espejo y no la cosa de verdá, pero aún así. Pensemos lo que sería esto si fueran humanos y no autitos: un pobre hueón con los huesos molidos en un compactador de basura, un tipo con las vísceras afuera por estrellarse desde gran altura, un desgraciao al que le hicieron hervir todos los fluidos corporales metiéndolo dentro de una cámara calorífica... suena como "Hostal", ¿verdad? Y esto en una peli CON AUTITOS Y PARA NIÑOS. Espero por el bien de los críos más pequeños que sean demasiado inocentes para darse cuenta de lo que de verdad están viendo. Los mayorcitos, quizás acaben con pesadillas por la noche. O no: después de su buena dosis de DragonBall Z, quizás hasta salten del asiento y aplaudan cuando un pobre autito es descuartizado como chatarra, gritando "¡¡¡UUUUUUHHHHHH, QUÉ BAKAAAAAÁNNNNNN!!!", y jugando a los autitos descuartizados como chatarra después. Total, si con "Superman" se ponían a saltar ventana abajo...

IDEAL PARA: Seguidores incondicionales de Pixar. Pero muy, pero que muy, incondicionales.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [doblado al español].

domingo, 16 de septiembre de 2012

"No" (2012).


-- "No". Chile / Francia / Estados Unidos. Año 2012.
-- Dirección: Pablo Larraín.
-- Actuación: Gael García Bernal, Alfredo Castro, Antonia Zegers, Diego Muñoz, Néstor Cantillana, Luis Gnecco, Jaime Vadell, Marcial Tagle, Manuela Oyarzún, Alejandro Goic.
-- Guión: Pedro Peirano.
-- Banda Sonora: No tiene.

-- "No" en IMDb.
-- "No" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Antes que nada quería mencionarles... lo que van a ver a continuación está enmarcado dentro del actual contexto social. Pensamos que Chile está maduro para esto. Le damos al PLAY y tenemos... ¿la alegría ya viene? ¡Sí, tenemos la alegría ya viene: LA PUBLICIDAD DE LA BEBIDA FREE! (mis mayores me han dicho que se trató de crear una alternativa a la Coca Cola llamada Free por aquellos años). Los exec, no muy convencidos, porque el spot publicitario es demasiado radical. O sea, ¿qué es eso de promocionar el espíritu libre entre los jóvenes? ¿Qué es eso de que una bebida los incite a la rebelión? ¡¡¡QUE ESTAMOS EN DICTADURA, MIERDA!!! (me refiero a 1988, no a la actualidad, sólo por si algún despistado pudiera confundirse...). Además, el comercial tiene un mimo, y por supuesto, nadie quiere a un mimo promocionando su producto, ni aunque sea el condenado Marcelmarsó. En fin, el caso es que a nuestro publicista lo llaman de manera media tránsfuga a que vea una campaña distinta. La del NO. Porque la dictadura militar de Augusto Pinoch... ¿sí, aló? Un momento, tengo una oferta de trabajo. En fin, lo que decía: el gobierno de mi general Pinochet, se quiere legitimar de cara a la opinión pública extranjera, y va a convocar a... ¡un plebiscito! Y para eso le van a dar a la opción NO una franjita de mierda de quince minutos como a las dosmiltrescientas para que ningún chileno de pro la vea, que sólo los marxistas subversivos andan despiertos a esa hora. A nuestro tipo le presentan la campaña del NO, y se queda abismado: es una cosa llorona, lacrimógena, charanguera y trutruquienta en blanconegro recordando que debes votar NO porque... ¡hay muchos muertos que deben ser vengados! Nuestro joven la pesca que nadie va a estar interesado en eso porque, bueno, ya es tétrico vivir con miedo a los malvados marxistas comeniños que complotan contra el gobierno de mi gener... er, discúlpenme un momentito, llamada telefónica... ¿no hay trabajo? Bien, váyanse a freir monos, humanos de mierda. En fin, vuelvo con ustedes. Decía que ya es tétrico vivir con miedo a los héroes que resisten contra la brutal dictadura militar, para que además te lo recuerden en una franja política que parece una pesadilla kafkianoleninista. Nuestro joven las para y decide que venderá un nuevo concepto: si había asociado la bebida Free con la rebelión, ahora asociaría el NO con... ¡la alegría! Y ya tienen a un montón de tipos saltimbanqueando con eso de "Chiiileee... lalegríayavieeeneee...". ¿Conseguirá un grupo de esforzados publicistas hacer entrar en vereda a esos izquierdosos de quenas y charangos y trutrucas para crear una campaña que de verdad venda la opción NO? ¿Conseguirán de paso derribar a la truculenta dictadura militar de Augusto Pinochet...? ¿Se abrirán las anchas alamedas y construirán una sociedad más solidaria, más humanitaria (o gatunitaria), más genuina y libre...? Bueno, a esa última ya saben la respuesta. Que si fuera afirmativa, no estarían las calles de Chile incendiándose en 2012, caramba.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Les reventaré el final. La historia del plebiscito ya la referí en Siglos Curiosos (leer el posteo "El más importante plebiscito en la historia de Chile"). El resumen es el siguiente: después del colapso de 1973, la economía más o menos iba recuperándose y los chilenos estaban más reconciliados con la dictadura militar, porque, joer, muertos habrán, pero ahora tenemos dinero en los bolsillos, además esos sucios marxistas se lo tenían merecido por... bueno... por marxistas, eso es... hasta que vino el colapso económico de 1981, la gente volvió a salir a las calles, y el gobierno de Pinochet llevó a cabo un gran acuerdo nacional con algunos líderes de la oposición para... no lo van a creer... ¡cumplir con el cronograma que el mismo gobierno se había fijado en la Constitución de 1980! Ya saben, cositas como convocar a un plebiscito en 1988 para ver si se le renovaba a Pinochet el mandato por ocho años más. La izquierda, no muy convencida, porque nadie creía que Pinochet convocara a un plebiscito para perder (de hecho, ha trascendido después que cuando ganó el NO, estuvo al borde del autogolpe). Pero después de que la vía armada cayó en el desprestigio con el fracasado atentado contra Pinochet en el Cajón del Maipo en 1986, y en las subsiguientes represalias contra los miristas que fue la Operación Albania, los politicastros de la vía moderada tuvieron su oportunidad, y decidieron emplearse a fondo en la campaña del NO. Consiguiendo lo que parecía imposible: Pinochet perdió. Los momios, haciendo de flaqueza virtud, alabando al general por haber entregado el poder graciosamente (eso y un poco de presión internacional y del empresariado ayudó, claro). Los izquierdosos, transformando esa batallita en la gesta épica que le contaron como cuento de niños a todo Chile durante los veinte años de la Concertación ("...pero es que oigan, lo de Pinoché fue pior..."). Y al final del camino, con la Concertación derribada porque muchos chilenos de medio pelo se sintieron identificados con el marketing de Piñera y votaron por él en 2010, vino un cineasta llamado Pablo Larraín a contar una peli más o menos definitiva sobre la historia del NO. Por supuesto que no le vamos a pedir al hijo de Hernán Larraín (destacado prohombre de la UDI, la Unión Demócrata Independiente, partido político que tiene dos de tres palabras sin correspondencia con la realidad) que haga una apología de los rojos detrás del NO. Pero después de "Tony Manero" y "Post Mortem", Larraín muestra que una vez más se siente como pez en el agua deconstruyendo y reconstruyendo los años del pinochetismo. Ahora le falta un biopic de la Lucía, y estamos oleados y sacramentados. Total, si anda "La dama de hierro" circulando allá afuera...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Pensemos en qué hubiera pasado si esta peli hubiera sido una de esas inspiracionales de Hollywood, estilo "Invictus" o "La lista de Schindler". Hubiéramos visto alguna que otra escena para mostrarnos lo malo malísimos que son los pinochetistas, para luego pasar a ese núcleo de desesperados-pero-nobles adversarios que, en nombre de principios políticos democráticos y humanitarios eternos en el tiempo y en el espacio, hubieran librado una batalla inspiracional para arrastrar consigo a todo un país, y obtener una victoria moral sin precedentes que también es un triunfo del espíritu humano. Incluso hasta estoy viendo las palabras del trailer: "un país bajo estado de sitio... una nación con miedo... un grupo de hombres dispuestos a todo... por la esperanza". Bien, esa peli NO es "No". "No" es una peli absolutamente carente de épica. ¿Es falta de interés, en aburrida? En absoluto, ése es el punto. "No" es una crónica desapasionada de cómo la historia en general, y esa historia en particular que fue la batalla por la franja televisiva del NO, no se mueve por los afanes de grandes prohombres de ojos llorosos haciendo lo humanamente imposible por el bien y la justicia, sino que es manejada por intereses, pequeñeces y mezquindades varias. "No" no es una historia del bien contra el mal, no es una historia de la nobleza contra la miseria humana, sino una historia de dos bandos enfrentados, ambos carentes por completo de superioridad moral. El prota es un publicista que si bien tiene un pasado conflictivo con la dictadura (es hijo de un exiliado y él mismo estuvo algunos añitos en el extranjero), está metido en el chollo no por tratarse de la madre de todas las batallas o por un ajuste de cuentas con los fachos (aunque algo de eso hay, pero muy poco), sino porque es un desafío personal y profesional. El tipo, para que nos entendamos, va de campaña en campaña, de Free al NO y del NO a "Bellas y audaces" (una mugrosilla-pero-popular teleserie de los '80s en Chile, para mis lectores extranjeros), asumiendo cada una de ellas como un producto publicitario más. Incluso hasta el discurso de apertura es siempre el mismo. La campaña se dirige a un Chile que en realidad no está rabioso ni revolviéndose contra la dictadura, sino que la acepta con una resignación casi pastoral, porque como lo ejemplifica la escena con una doméstica a la que le preguntan por qué va a votar que SI, es cierto que hay muertos y detenidos desaparecidos, pero ella está bien, tiene su trabajito, y su hijo va a la universidad, así es que todo el resto puede irse al demonio. Los rojos que quieren convertir el NO en una campaña del terror por su parte son un grupo de retrógrados que están convencidos de ser la divina justicia, y aceptan una campaña fresca y novedosa que no esté basada en convertir a Pinochet en un personaje de terror por pragmatismo y a regañadientes (magistral la escena en que uno de los susodichos se levanta de su asiento e increpa la liviandad de la campaña como una falta de respeto a los combatientes que han caído luchando contra la dictadura... lo que es una verdad a medias, pero también es de una ceguera manifiesta y una incapacidad de conectar con lo que los cientistas políticos llaman ampulosamente "el Chile real", y eso por no hablar de la medio-señora del prota que mira la campaña con desdén porque "sólo van a ayudar a legitimar al viejo, hay que ir a la lucha armada compañero"). El otro lado no es retratado de mejor manera: ven la campaña como un trámite molesto pero necesario, no le ponen ningún esfuerzo al tema porque es carrera ganada (según ellos, y ya ven), y demuestran a cada paso el desprecio absoluto que sienten por la generalidad de Chile, creyéndose unos iluminados con derecho a hacer lo que se les antoja, alcanzando su desprecio patronal no sólo a los marxistas, sino incluso a sus propios empleados (de antología es la escena en que después de acabada la campaña del SI los jerifaltes se reúnen para celebrar, pero a ninguno parece ocurrírsele invitar nada menos que al jefe de la campaña publicitaria que se ha descrestado por la causa, porque bueno... es un empleado y punto, no es "uno de nosotros"). Dentro de este contexto, la victoria final del NO tiene un regusto amargo: no han ganado los buenos, sino la opción menos peor. Cambiará el sistema político, habrá democracia, pero después de la saludable explosión de alegría después de 17 años de andarse gachito y quietecito, la vida del común de la gente seguirá más o menos igual. Nuestro heroico publicista saldrá de la campaña del NO únicamente para ir a otra campaña distinta, sin que haber sido el principal inspirador de la misma le sirva para nada más que una marquita en el currículum. La crítica de esta peli es bastante evidente: vivimos en un Chile 2012 en donde las cosas siguen siendo igual que en la dictadura, con un grupo de apatronados haciendo lo que se les antoja y un grueso de la población a quien eso le importa poco o nada porque, bueno, al menos hay plata en el bolsillo para comprar el pan diario. La victoria del NO de ninguna manera representa el paso hacia un Chile diferente, y toda la campaña publicitaria del NO acerca de que "la alegría ya viene" resultó tan falaz como cuando te venden cigarrillos con la promesa subliminal de que eso te hará más sexy y tendrás minas con silicona y bikini a bordo de un yate. Eso, esta peli lo retrata la mar de bien.

-- La peli basa su reciedumbre en un guión acerado y cargado de detalles. Esos socialistas de champaña hablando por "el pueblo" mientras hacen un asado en una cabaña a orillas del mar y con una sirvienta... Esa intervención de un coronel de la República para sacar a una subversiva de la cárcel porque, bueno, hubo una llamada telefónica de por medio y el coronel andaba de buen humor ese día... Ese contraste entre el final de la campaña del NO con un montón de gente reunida en plan amistoso, versus el final de la campaña del SI con su jefe de campaña con las luces apagadas y sin más compañía que un conserje silbando anodinamente la canción del NO... Esa secuencia de miedo en que los ágiles de la CNI siembran el pánico... Esos cameos (Patricio Bañados. ¡Patricio Aylwin!). El guión por supuesto que incurre en las idealizaciones, dramatizaciones y simplificaciones propias de toda recreación histórica en el cine que se precie de tal. Así, buena parte del contexto histórico de esta peli es arrojado por la borda. No una mala cosa necesariamente: un extranjero puede perfectamente ver esta peli sin estarse perdiendo de nada por desconocer mayores detalles de la historia del pinochetismo (y si no, las brevísimas guías de este comentario y del mencionado posteo de Siglos Curiosos deberían ayudarle, claro, ehm). Este guión es una rara perla dentro del cine chileno, uno en donde cada escena cuenta, cada diálogo es significativo, y en donde absolutamente nada sobra. Ojalá más guionistas chilenos fueran así de buenos.

-- La reconstrucción histórica es espectacular. Viendo esta peli diera la idea de que en verdad estamos inmersos en 1988. Desde la fotografía media amarillenta hasta las locaciones, el vestuario y los objetos físicos, todo remite a esa época. Si hay gazapos (y en esta clase de pelis siempre los hay), no me di cuenta. Lo que a veces saca un poco de ambiente es el montaje, a base de la socorrida cámara en mano y cortando los diálogos en mitad de líneas o de réplica porque, vamos, Pablo Larraín es un artista, claro, no le vamos a pedir que monte de esa manera clásica que remite al Hollywood de la edad dorada porque eso es demasiado comercial, ¿no? (Pero descuiden: el director que otrora nos hizo padecer "Fuga" es ahora un hombre nuevo, y aprendió a dirigir por el camino). Pero son minucias. Lo importante es que es un 1988 que se siente 1988. Y punto.

-- El trabajo de los actores es magistral. Gael García Bernal está más que bien como el prota, un tipo más o menos anodino, con algunas tímidas inclinaciones culturetas, y una vida familiar medio a pedazos. Alfredo Castro, el simbionte de Pablo Larraín (vamos, ha actuado en cuatro de cuatro, si ya parecen siameses), está notable como el jefe del prota, arribista y estirado, que a su vez se aboca a la campaña del SI: aunque es un "villano", es probablemente el tipo de convicciones más sinceras en la peli, además de que cuando su subordinado está en la hora de la necesidad, acude solícito a ayudarle. Antonia Zegers saca bien su rol de comunacha histérica. Y el otro que se roba cada una de sus apariciones es Jaime Vadell regresando de entre los muertos para interpretar a Sergio Fernández, el temible ministro del Interior de Augusto Pinochet, con un talante afablemente maligno que hasta infunde su poco de miedo y todo (tiene algo de gracia que este Jaime Vadell haya sido un abogado progreta metido a soldado en "Caliche sangriento"... vueltas del cine).

IDEAL PARA: En lo particular, ver una interesante crónica y crítica de la transición chilena a la democracia, y en lo general, otra demostración de que la Historia cuando está transcurriendo tiene mucho de mezquindad y después cuando se rememora tiene mucho de mistificación.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].

jueves, 13 de septiembre de 2012

"Stefan v/s Kramer" (2012).


-- "Stefan v/s Kramer". Chile. Año 2012.
-- Dirección: Sebastián Freund, Stefan Kramer y Leonardo Prieto.
-- Actuación: Stefan Kramer, Paloma Soto, Teresita Commentz, Andres Commentz, Carolina Paulsen, Javiera Acevedo, Benjamin Westfall, Daniel Sagués, Constanza B. Majluf.
-- Guión: Sebastián Freund, Stefan Kramer y Leonardo Prieto.
-- Banda Sonora: Javier Bassino y Alejandro Brownell.

-- "Stefan v/s Kramer" en IMDb.
-- "Stefan v/s Kramer" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Stefan Kramer era un patipelao como tú y como yo. Pero con un talento especial. Uno que lo llevó a imitar a como cincuenta millones de los dieciséis millones y algo chilenos que existen. Eso lo llevó a la cumbre. Aunque con problemas. Porque tiene a su lado tremendo peazo señora óigale, y el desgraciao... ¡la desatiende! ¡no la pesca! ¡no la cuida! Y la señora, dale que dale muy sumisa ella. Lo que nos podría llevar a sospechar que no es chilena, porque hay que ver lo mandonas y vocales y empoderás que son las chilenas, aunque después recordamos que él es un famoso, y por lo tanto a ella le toca callar y agachá'lmoño no más, pueh. De manera que la crisis matrimonial empieza a crecer y crecer... Lo que nuestro buen Stefan Kramer ignora, es que todo es una conspiración en las sombras. Liderada nada menos que por el Presidente de Chile. Porque mucha gente se la tiene jurada a Kramer por sus imitaciones. La gota que rebalsa el vaso se produce cuando a la señora se le ocurre lo que a toda señora chilena frustrada se le ocurre: hacerle caso a un gurú. El gurú, por supuesto que quiere comerse a la apsara en cuestión, de manera que le da algunos sabihondos consejos de tipo encuéntrate a ti misma, empodérate, respétate a ti misma atropellando a todo el mundo, y ahí tenemos a la chica sublevándose contra su justo, recto, señorial, pero algo distante marido. Por su parte un vecino que da la casualidá es conductor de televisión, enrola a la pareja en crisis para un concurso de talentos. Todo irá entonces camino hacia el esperable despeñadero, en que la señora acabará por faltarle los respetos al hombre que ha jurado amar y defender hasta que la muerte los separe amén, y él se arrojará en una crisis de identidad que lo hará crecer, madurar, cuestionarse como ser humano, etcétera. Y seamos honestos: harto tienes que cuestionarte como ser humano si como veinte personajes de la peli en realidad son el mismo actor protagónico desdoblado. Para que después vengan a sentar cátedra sobre doble personalidad los chiflólogos.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque los libros de Historia del Cine en Chile inciden fundamentalmente en el "cine social", o sea, en las latas acerca de gente pobre-mugrosa con existencias tristes y sórdidas para que nos sintamos culpables de estar un poco mejor que ellos, o bien en las latas acerca de gente linda-bonita con existencias tristes y vacías para que nos sintamos afortunados de estar un poco mejor (peor) que ellos, de tarde en tarde se ruedan divertimentos muy divertidos. Bueno, y "Rojo: La película" también. Uno de los casos es el de Stefan Kramer, un humorista que ha encontrado su veta natural en la imitación despiadada de cuanto famoso, famosete o famosillo principalmente chileno se le pone a tiro. Porque Chile nunca ha vuelto a ser el mismo después de que Stefan Kramer nos mostrara con toques maestros por qué Sebastián Piñera es un tipo tan pobre que lo único que tiene es dinero. Y como Stefan Kramer no tiene apellido chileno sino alemán (seguro que la cigüeña de turno nunca aprobó Introducción a la Geografía), pues resulta que no se echó en los laureles ni dio por garantizado el éxito para siempre, sino que... ¡se puso a trabajar AÚN MÁS! ¡Y trabajó ÉL en vez de contratar a algún pobre suche por el mínimo y quedarse con el crédito! ¡Leñe, que le está pasando a mi Chile! El caso es que el susodicho se puso a trabajar en una peli, en esta peli precisamente, en la que, qué iba a hacer... imitaciones, claro. Ponerlas a todas y meterlas/inyectarlas a presión aunque no vengan a cuento, para lucir su talento. ¿El resultado...? Siga leyendo en la siguiente sección, gracias...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Hay pelis sobre las cuales el debate acerca de su calidad escapa desde lo puramente cinematográfico (ya se sabe: el guión, la fotografía...), simplemente porque se niega a pelear en esa liga, y renunciando a los cánticos de sirena de la eternidad esculpida en bronce por los meapilas del culturetismo, apuestan más por la llegada social, por transformarse en un fenómeno colectivo para el aquí y el ahora. "Stefan v/s Kramer" no es una buena peli, en el sentido que entienden "buena peli" los siempre cenizos fulanos de la academia, o Jay Sherman. "Stefan v/s Kramer" encuentra su mayor fortaleza en su inmisericorde crítica social. Créase o no, esta peli livianita e incluso tontorrona triunfa de cajón allí donde fracasa tanto cineasta frustrante y frustrado batallando con sus peliculillas sobre vidas mínimas y miserables: en poner de manifiesto lo mal que estamos los chilenos. Veamos el argumento. El prota es un tipo clase media que ha surgido y se ha hecho famoso a punta de puro ñeque y puro talento. Y esto, aplicándose a una actividad tan noble y democrática como lo es la sátira en contra de las instituciones. Pero los poderosos, ¡ay!, los poderosos en Chile no aman la democracia, y porque se sienten heridos en su orgullo propio, no paran de conspirar y maquinar e invertir millones de dólares en un complot para vengarse del prota y destruirlo, de matar su talento, de aniquilarlo, de aplastarlo. No vemos guerra de clases aquí, o por lo menos no una intencionada por parte de los personajes: el prota no quiere derrocar a la oligarquía, y los poderosos que son los villanos tampoco buscan destruir al prota porque sea un subversivo revolucionario. En esta peli, el sistema en sí no está en juego. Inocuo, ¿verdad? No tanto. Porque la moraleja es la que todo chileno de corazón bien puesto conoce: que en Chile da lo mismo si uno tiene talento o no, lo importante es que utilice ese talento al servicio (servil) de los de siempre, los que no tienen ningún talento pero tienen los contactos, las conexiones y las redes familiares para aplastar a todos los demás desde sus comodas casitas sobre la cota mil. El discurso final que se manda el Presidente es terriblemente subversivo: por debajo de la pinturilla de que es un hombre herido y sentido por las imitaciones de Kramer, late la idea de que la institucionalidad no retrocede ante nada y ante nadie para destruir a sus enemigos. De dicho discurso se desprende que en Chile si alguien grita que el Emperador está desnudo (o el Presidente), entonces es culpa del que grita por ofender los sentimientos del pobrecito desnudo, y no del Presidente por... bueno, por andar desnudo en primer término. La gente en Chile es bastante imbécil, tanto que no tiene empacho en erigir a los altares de la cultura popular a subproductos de empoderamiento feminazi como "Soltera otra vez", y es poco probable que haya salido del cine pensando que la peli fue una aguda y certerísima crítica social... pero el subconsciente sigue trabajando. Apostaría tres millones contra uno a que buena parte del éxito de la peli radica no solo en que Stefan Kramer te hace reir, sino en que se ríe de los poderosos, de los barones de los medios de comunicación y de la institucionalidad, y los deja como lo que son: una manga de idiotas inflados de sí mismos que sólo están donde están porque cuando se formó la oligarquía chilena, ellos fueron los primeros que sacaron número y se atornillaron de una manera tal que nunca han podido ser reemplazados por gente más meritoria y competente. Que Stefan Kramer vía el discurso final del Presidente, haya tenido que adocenar un poco las lecturas más conflictivas de la peli, haciendo simpático (¿con ironía?) al Presi que es el villano principal, algo dice. Algo sobre como se puede ser muy lanzado para criticar, pero al último igual hay que hacer genuflexiones... y sobre cómo esas genuflexiones existen en primer lugar por puro instinto de supervivencia.

-- El trabajo de Stefan Kramer interpretando a Stefan Kramer, por supuesto... y a la tropa de personajes, personajetes y personajillos que lo secundan (nota para los no enterados: el comediante Stefan Kramer interpreta a un personaje que se llama Stefan Kramer, chúpate esa Dante Alighieri incluyéndote de prota en tu "Divina Comedia"). Claro, una cosa es verlo arriba de un escenario haciendo comedia stand-up, y otra muy distinta es verlo interpretando y moviendo sus personajes a lo largo de una historia ficticia. La trama en sí misma es lo de menos, y en realidad es la misma tontera del matrimonio que entra en crisis y al último se reconcilia. No importa. Esto es un pretexto para que Kramer haga lo que mejor sabe hacer, y que lo haga como los dioses. La cantidad de personajes que interpreta es tal, que más o menos la mitad de las escenas con diálogos entre dos, tres e incluso más personajes en realidad son él mismo desdoblándose y dándose la réplica a niveles esquizofrénicos... y tan bien, que incluso llega a olvidársenos que es el propio Stefan Kramer haciendo de actor-orquesta. No es ninguna exageración decir que Stefan Kramer está aquí en la misma liga que un Alec Guinness o un Peter Sellers... o lo estaría si actuara en el mundo angloparlante en vez de estar sumergido en este hórrido agujero geopolítico que es Chile. Esta peli es indigna de su enorme talento, pero es la peli que tenía que rodar porque, demonios, hablamos del público chileno aquí, y el público chileno no lo va a apreciar de Inspector Clouseau o haciéndose la gracieta que hizo Alec Guinness de interpretar él solito a una familia entera en "Ocho sentencias de muerte" (bueno, por otra parte el público chileno tampoco aprecia a Eddie Murphy haciendo cincuenta millones de papeles por peli, así es que una cosa más o menos compensa la otra. Aunque Kramer aunque con prótesis y todo siempre es Kramer, no como Eddie Murphy que si no fuera por una buena dosis de CGI...). Para el público más allá de las fronteras chilenas, el efecto probablemente se pierda en buena medida porque quién allá conoce a Diana Bolocco, o al Negro Piñera, o a Rafael Araneda (a todos los imita, de manera demoledora e implacable), aunque seguro que se ríen viéndolo cantar igualito a Ricardo Arjona (además de pedorrearse a gusto en él, suponemos que con gusto porque el cantante o la discográfica debió haber firmado el permiso para usar material que, después de todo, tiene copyright). Esta peli es la prueba de que Stefan Kramer es alguien a quien Chile le quedó chico. Su próxima peli debería ser absolutamente internacional, interpretando a varios roles también internacionales, y debería ser distribuida a toda Latinoamérica y a España. Se lo merece por ñeque, por esfuerzo, y también por los asombrosos y camaleónicos resultados.

-- Digamos unas pequeñas palabras sobre el resto del elenco. Porque Stefan Kramer está tan superlativo, que se come con patatas al resto del elenco... de manera injusta, porque los otros que no son ellos también lo hacen bien. Paloma Soto como la esposa de Kramer tiene un montón de chispa y carisma, los niños actúan con liviandad, Carolina Paulsen en sus brevísimas apariciones como la nana también funciona a cabalidad, y desde su pequeño papel Javiera Acevedo se hace notar bastante bien (además de darse el gusto de aparecer fugazmente en lencería aquí-y-allá, ehm, quién se queja por eso).

IDEAL PARA: Chilenos de corazón, y más allá de las fronteras, para quienes quieran descubrir a un sorprendente actor.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en español].


domingo, 9 de septiembre de 2012

"Batman: El Caballero de la Noche asciende" (2012).


-- "The Dark Knight Rises" (título original en inglés), "El Caballero Oscuro: La leyenda renace" (título en España). Estados Unidos. Año 2012.
-- Dirección: Christopher Nolan.
-- Actuación: Christian Bale, Gary Oldman, Tom Hardy, Joseph Gordon-Levitt, Anne Hathaway, Marion Cotillard, Morgan Freeman, Michael Caine, Matthew Modine, Alon Aboutboul, Ben Mendelsohn, Burn Gorman, Daniel Sunjata, Aidan Gillen, Sam Kennard.
-- Guión: Jonathan Nolan y Christopher Nolan, sobre una historia de este último y de David S. Goyer, basados en los personajes creados por Bob Kane.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.

-- "Batman: El Caballero de la Noche asciende" en IMDb.
-- "Batman: El Caballero de la Noche asciende" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En un aeródromo en alguna parte perdida del mundo, suben a un tipo que parezque's un prisionero de alguna clase. Otros tipos llegan y dicen que traen más prisioneros fuera de toda nómina. Sin olerse nada, el agente de la CIA de turno los deja subir. Craso error, porque si hubieran visto la peli anterior, sabrían que el malo maloso siempre aparece detrás de una máscara. En este caso es Bane, un peazo cangrejo intoxicao con helio que, como corresponde a un villano de esta trilogía, se las arregla para desatar el caos más caótico posible en el avión. Salto a... Ciudad Gótica. Han pasado ocho años desde la peli anterior (o sea, cada año vale por dos), al comisario Gordon están a punto de retirarlo porque es un héroe de guerra en tiempos de paz, y a Batman no se le ha visto ni el ultrasonido. Y como el mayordomo Alfred se ha puesto medio flojazo con los años, en vez de encargarse él mismo de alimentar al recluso Bruce Wayne, envía a la mucama a quien nadie conoce y de cuya integridad nadie puede responder. Sucede lo obvio, que la mucama intenta pasarse de vivales y dar su gran golpe. Para colmo ella es... ¡ups! ...Gatúbela. Con el fisicazo de Anne Hathaway a falta de Halle Berry o Michelle Pfeiffer. Bruce Wayne trata de detenerla, pero bueno, el hombre simplemente ya no está para esos trotes, y le dan peazo paliza. Una chica. A Batman. Repito, peazo paliza, una chica, a Batman. Vamos, éstas van a ser tres horas muuuuuu largas. Mientras tanto, el comisario Gordon es capturado por los hombres de Bane, pero consigue escaparse, pero termina en el hospital: y listo, tenemos a Gary Oldman, uno de los mejores actores de esta franquicia, tirándose media peli en cama en un hospital. Lo dicho, van a ser tres horas muuuuuu largas. Las empresas Wayne, por su parte, están al borde de la quiebra por esto o aquello, y la única capaz de salvarlas es una fulana que uno ya se pregunta qué pinta en la peli (y si conoces el folclor del hombre murciélago, es fácil adivinar para dónde van los tiros, en particular después de que se menciona de que Bane fue discípulo de Ra's al Ghul). Y como en algún minuto alguien tiene que hacer alguna cosa para que la peli salga de su estado de jaque perpetuo, Bane ataca... ataca... ataca... veamos... Wall Street, sí, por qué no, si total la geografía de Ciudad Gótica, como el papel, lo aguanta todo. Y después de toda esta parrafada, resulta que ¡por fin! Bruce Wayne descubre en qué parte de los pantalones se había dejado los cojones, y hace lo que fuimos a ver al cine, o sea, ¡salir como locaz...! er... como Batman, sí, eso es. El caso es que se manda peazo secuencia de acción, salvando a Gatúbela aunque ha descubierto que ella no le ha querido robar el collar ni el corazón sino las huellas digitales, porque... bueno, lo dicho, descubrió sus cojones el hombre, supongo que ahora está entusiasmado con el prospecto de utilizarlos para algo constructivo y genético. Pero, ¡sorpresa! Las huellas digitales han sido utilizadas para arruinar a Bruce Wayne. Y luego, Batman cae en una trampa de Bane. Y luego, Bane revela que toda la vida ha sabido que Batman y Bruce Wayne son el mismo pringao. Y luego... bueno, si conoces el cómic original ya sabes qué pasa con Bane. Y luego viene como otra hora-2horas de peli más. Con final. Porque se supone que ahora sí que termina. Ahora sí que sí. Que no hay secuela. A pesar de que ya pasó los mil millones de dólares de utilidades, así como a su predecesora por poquito margen. Bueno, quizás no haya secuela pero sí reboot, que es la palabra de moda hoy en día. Para estrenar de paso la de Superman. Y si da para Flash, Wonder Woman y quizás Linterna Verde y Acuamán, tener peli de la Liga de Justicia para el dosmilvayaunoasaber. Y lo que es peor: iremos puntualmente a verla al cine. Porque así somos. Porque no tenemos remedio. Porque si hay algo que un gato debería aprender... es que un gato nunca aprende.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Retrocedamos década y media en el tiempo. Hubo una época, cuando salió la esperpéntica "Batman y Robin", que se pensaba que la franquicia del murciélago ya había dado todo de sí. Hablamos de una época en que los superhéroes eran algo más bien de risa, y lo de "Batman" de Tim Burton había sido más un pelotazo de cueva que otra cosa. Pero cuando empezó la avalancha de pelis Marvel, los de DC dijeron ¡yo tambén quedo! Y se mandaron dos pelis, "Batman inicia" y "Superman regresa". Lo de Superman fue decepcionante (de manera injusta, que no era mala tampoco, como comentamos en su oportunidad en Cine 9009), pero lo de Batman fue de órdago. De manera que, ni cortos ni perezosos, se embarcaron en lo de "The Dark Knight" y ahora sí que se mandaron una buena entre pecho y espalda. Los de la Warner, descorchando champaña porque por primera vez en años, su presupuesto anual tenía un tirón que no eran las pelis de Harry Potter, por eso de no poner todos los hueos en la misma cesta. Que por cierto se les acabaron en 2011, así es que necesitaban de la tercera parte de la franquicia ahora sí que sí, o si no... ¡van a la quiebra! Y ya se sabe que estar quebrado en los Yueséi es sacar certificado de paria, que en la tierra del capitalismo salvaje, ser pobre es como ser leproso. Llamaron de nuevo a Christopher Nolan, que no quiero, pero sí. Llamaron de nuevo a Christian Bale, que no quiero, pero si quiere Nolan, yo también quiero (ahí tienen más material para otro chiste gay de Batman). Llamaron al resto del elenco. Se salió James Newton Howard, pero Hans Zimmer siguió voluntarioso en las partituras. Y desesperados por obtener un éxito, le dejaron a Nolan hacer lo impensable: crear una tercera parte que cerrara la franquicia de una vez por todas y para siempre (bueno, hasta que hagan la cuarta, si no hacen un reboot). El resultado, una peli que algunos dicen que es mejor que "The Dark Knight", otros que es peor que "The Dark Knight", otros que es igual que "The Dark Knight", pero nadie dice nada de la peli por sí misma. ¿Lo haremos nosotros? ¡Por supuesto que no! Qué se creen, ¿que soy original, acaso?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por lo obvio, por su condición de cierre de trilogía. En este respecto, la peli cumple satisfactoriamente, aunque despidiéndose más bien "bien" que "con un gran ¡¡¡BANG!!!". La peli retoma el hilo conductor dejado en "The Dark Knight", y lo entrelaza con el pasado de Bane, que a su vez arranca desde "Batman inicia". El problema aquí es que si alguien no vio las otras dos entregas, se va a perder la mitad de la peli, pero bueno. Muchos ven esta peli como un descenso desde "The Dark Knight", y en cierto sentido es así, aunque pierden de vista un punto fundamental: temáticamente, ambas pelis son muy distintas. "The Dark Knight" marcaba el punto más hondo del conflicto interno de Batman, lo más escarpado de sus dilemas éticos. "The Dark Knight Rises", en cambio, se refiere a la superación de dichos dilemas éticos, a reencontrarse otra vez, y por lo tanto es por fuerza una peli más luminosa que la anterior, y por fuerza se ve peor porque, admitámoslo, nos gusta que Batman sea una drama queen, si por eso se ha mantenido tan angsty el personaje durante años. Una peli de Batman en donde Batman se reconcilie con su pasado, cierre heridas, vuelva a nacer, etcétera, es por fuerza una peli con menos pathos, y por ende, menos ampulosa o impresionante. Tampoco ayuda que el guión sea demasiado convolucionado y se de más vueltas que un gato disponiéndose a echarse sobre su almohada, y por lo tanto a veces uno se pregunte para dónde van los tiros y en qué contribuye esto que está pasando en pantalla para que cierre el argumento. La peli como grande finale no queda en deuda, aunque represente un retroceso sobre "The Dark Knight", más que nada porque la otra era brillante, y ésta es simplemente buena. No está mal. Peor salió "El Padrino III", ya ven...

-- Nuevamente, aunque Christopher Nolan diga que no, que son entretención, espectáculo, blablablá, tenemos una peli de fuerte contenido político. Si "Batman inicia" era la peli de la guerra contra el terrorismo (a saber: fascismo contra el terror puro y duro) y "The Dark Knight" era la peli del fracaso de la guerra contra el terrorismo (a saber: no siempre el fascismo es la respuesta, la violencia engendra violencia, en algún punto el bien debe capitular, las decisiones morales son más complejas que "el bien y el mal"...), "The Dark Knight Rises" es la peli de la crisis económica. Claro que por desgracia no tenemos la profundidad filosófica o existencial de la anterior entrega. Algunas implicancias de la peli son bastante desafortunadas: Bane aparece como una especie de revolucionario castrista/guevarista promoviendo la lucha de clases, pero en el fondo manipula a los pobres idiotas que se dejan llevar por el discurso de "la lucha de clases". Mientras que el único rico al que vemos con toda su riqueza es Bruce Wayne, y dedica su riqueza a proteger a la sociedad etcétera (y la sociedad queda a merced de esos malvados comunistas porque Bruce Wayne pierde su fortuna). ¿Moraleja? Los ricos son gente buena, los ricos son tan ricos que utilizan su riqueza para hacer el bien porque ya tienen suficiente. A diferencia de esos malvados socialistas okupas rojos Ocupy Wall Street que quieren socializar TU celular, TU automóvil, TU todo. Algo que hacía grande a "The Dark Knight" es que el Guasón tenía más de un punto a su favor: al final resulta que el Guasón era un poco producto de la propia cruzada de Batman, y el propio Batman se ve empujado hasta el límite de su propia moral para derrotarle (y en muchos sentidos el Guasón acaba teniendo razón: la ciudadanía no cede al mal por la misma razón por la que no quiere hacer el bien, a saber, por temor, comodidad o flojera). Acá, en cambio, todo el discurso es mucho más plano y sintético, lo que marca un retroceso a los estándares de la primera. Una peli puede darse el lujo de ser fascista todo lo que quiera, pero o se decanta por la entretención pura y dura, o se la juega a fondo por la parábola incluyendo algunas de sus más pecaminosas ramificaciones. "The Dark Knight Rises" es demasiado autoconsciente para lo primero (¡hey, no es sólo una de supers, es la Trilogía de Nolan que aprendiste a amar!), pero demasiado plana para lo segundo. No ayuda por supuesto algunos grandes agujeros lógicos de guión, incluyendo lo mal diseñado del personaje de Marion Cotillard, lo irracional del plan de Bane (si quiere destruir a Ciudad Gótica para destruir a Batman no puede acusársele de menos que tratar de matar una mosca a cañonazos, y si la meta es Ciudad Gótica misma, ¿para qué destruirla si ya no es la ciudad pecaminosa que el bueno de Ra's quería aniquilar por... bueno, por eso, por pecaminosa?), la manera espúrea en que el poli-ése descubre la identidad de Batman, lo forzado del cameo del Espantapájaros, etcétera.

-- Las actuaciones están excelentes. Christian Bale se las arregla muy bien para componer un Batman cansado y medio destruido no sólo física sino también moralmente, un Batman que debe arreglárselas para volver a encontrar el espíritu y superarse a sí mismo. ZONA DE SPOILERS POR UNA BREVE CANTIDAD DE LÍNEAS, SÁLTESE ALGUNAS CON PRECAUCIÓN SI QUIERE SEGUIR LEYENDO SIN QUE LE FUSILE LA TRAMA: Cuando Bruce Wayne consigue escaparse de la prisión en que lo ha puesto Bane, lo hace metafóricamente a través del canal de parto que representa el pozo con la luz al final, y vuelve convertido en un mejor Batman, un Batman casi divino que ahora (otro simbolismo) por primera vez pelea a la luz del día, y remata con un gran-mesiánico sacrificio final en donde simbólicamente Bruce Wayne sobrevive pero Batman muere. FIN DE LA ZONA DE SPOILERS, POR EL MINUTO AL MENOS, PUEDE UD. CONTINUAR LEYENDO. Gary Oldman sigue siendo de lo mejor de la franquicia, aunque otra vez cometemos el pecado de desaprovecharlo mandándolo al hospital durante media peli. Tom Hardy por su parte, no haga caso a los idiotas que dicen que no es tan buen villano como Heath Ledger, hace un impresionante Bane que lo ves y te infunde miedo, pero mucho miedo (quienes lo consideran inferior olvidan un punto importante: Bane es un villano cerebral y analítico, muy distinto al sicoanarquista que era el Joker, y olvidan también la enorme dificultad que supone verse amenazante y actuar proyectando emociones utilizando una máscara y quedándote por lo tanto sólo la expresión de los ojos para mostrar emociones). Joseph Gordon-Levitt por su parte, y para su desgracia, interpreta muy bien a un personaje que en definitiva sale sobrando, y está ahí solamente para su gran final (sin spoilers aquí). Anne Hathaway es otro caso lamentable, interpretando en plena forma (tanto física como actoral... ñamñam) a un personaje que dentro de la trama también sale sobrando. El caso de Marion Cotillard es casi flagrante, también haciendo maravillas de actuación con un personaje terriblemente mal escrito (SEGUNDA ZONA DE SPOILERS, SÁLTESE ALGUNAS LÍNEAS SI NO QUIERE UN DUCHAZO FRÍO RESPECTO DE LA PELI), porque si lo tuyo es vengarte de Batman porque mató a tu padre y además sabes que Batman es Bruce Wayne, seguro que lo primero que haces es ir y follarte a Bruce Wayne, en particular después de que Bruce Wayne ha perdido su fortuna y por lo tanto ya no tiene ninguna utilidad prostituirse para él (FIN DE LA SEGUNDA ZONA DE SPOILERS, PUEDE SEGUIR LEYENDO CON TRANQUILIDAD). Morgan Freeman está bien, pero el que la borda es Michael Caine creando el que debe ser su personaje más emotivo en años. Caray que el vejete hasta te hace llorar y todo cuando le hace cierta confesión a Bruce Wayne. En resumen, mucho de la peli es levantado por un casting glorioso que hace lo imposible (¡y lo logra, cual tropa de salmones!) por remontar un guión plagado de dificultades, y que estaba drásticamente necesitado de varios recortes, de personajes incluidos.

-- La banda sonora está bien. Lo mencionamos porque la colaboración entre James Newton Howard y Hans Zimmer para "Batman Begins" y "The Dark Knight" era la gloria, por no hablar de la tonelada de soundtrackistas posteriores que plagiaron estas bandas sonoras hasta la saciedad. Acá, James Newton Howard se hizo a un lado con un argumento un tanto bitchi ("es que Zimmer y Nolan se llevan tan bien, que yo estoy puro tocando el violín...", puro ho-yay acá), y Hans Zimmer se quedó a cargo del cotarro. El resultado por fuerza debía resentirse, y de hecho se resintió: parece que Newton Howard era el que se hacía cargo de las partes lentas y Zimmer de las marchosas, y justo en donde el soundtrack de "The Dark Knight Rises" se resiente es en las partes más tranquilas (las más briosas, Zimmer lo hace tan over-the-top como siempre). A cambio, Hans Zimmer decidió no dormirse en los laureles, y en vez de clonar el soundtrack de "The Dark Knight" como lo hizo James Horner para "Viaje a las Estrellas III" (en donde clonó su propio soundtrack para "Viaje a las Estrellas II: La ira de Khan"), se salió de la tendencia que él mismo inauguró en la música de pelis de acción y creó un soundtrack bastante diferente. Los temas de Bane son bastante escalofriantes, más elaborados que el tema del Joker (el cual no reutiliza a pesar de lo resultón que quedó en la anterior entrega, lo que honra el esfuerzo y la integridad artística de Zimmer), y si no sales gritando ¡¡¡DESHI BASARA!!! después de la peli, es que no tienes sangre en las venas.

IDEAL PARA: Ver una irregular pero muy esforzada tercera parte y culminación de la Trilogía del Dark Knight.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 6 de septiembre de 2012

"El sorprendente Hombre Araña" (2012).


-- "The Amazing Spider-Man". Estados Unidos. Año 2012.
-- Dirección: Marc Webb.
-- Actuación: Andrew Garfield, Emma Stone, Rhys Ifans, Denis Leary, Martin Sheen, Sally Field, Irrfan Khan, Campbell Scott, Embeth Davidtz, Chris Zylka, Max Charles, C. Thomas Howell, Jake Keiffer, Kari Coleman, Michael Barra.
-- Guión: James Vanderbilt, Alvin Sargent y Steve Kloves, sobre una historia del primero, basados en el cómic de Stan Lee y Steve Ditko.
-- Banda Sonora: James Horner.

-- "El sorprendente Hombre Araña" en IMDb.
-- "El sorprendente Hombre Araña" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Cuando Peter Parker era un niño, sus papis se lo llevan a la casa de su tío Ben (y aunque lo ves con el porte egregio de Martin Sheen, ya le estás tomando medidas para el ataúd... ¡es el jodío tío Ben, después de todo!) y se despiden de él prometiendo que van a volver, y bueno, no vuelven más. Desaparecen. De noche, porque si tienes tanta necesidad de desaparecer, esperas a la noche aunque la necesidad haya surgido de mañana. Y dejas al crío con el hermano porque allí fijo que nadie busca, si total a Darth Vader se le pasó Luke Skywalker bajo el radar como dos décadas con el tío Owen, pues... En fin, pasan los años. Peter Parker ahora es un adolescente pringao como todos los adolescentes pringaos, que trabaja de fotógrafo para la prensa del cole y anda con unas ganas libidinosas por su compañerita Gwen Stacy (Emma Stone, y quién podría culparlo). En medio de unas reparaciones dentro de la casa, descubre un maletín que perteneció a sus padres, y que posee la fórmula formulosa para crear... ¡¡¡CIENCIA!!! Después de una breve trifulca con su tío Ben que sirve para alargar la cosa como cinco minutejos, éste le larga la firme: que los viejos actualmente desaparecidos trabajaban para el doctor Curt Connors, que a su vez trabaja para Oscorp. Peter Parker va y se infiltra dentro de Oscorp con unos métodos dignos de James Bond: se presenta en portería, la secretaria le presenta un montón de credenciales SIN FOTO diciéndole que escoja alguna y raspe para ver si le sale premiado, y listo. Yisuscráis, la seguridad de Oscorp apesta. Apesta tanto, de hecho, que no sólo se pasea por el área asignada a los becarios entre los cuales se ha infiltrao, sino que se mete hasta el trecho más supersecreto supersecretoso, en donde encuentra... arañas. No radiactivas, eso sí. Pero que pican lo mismo. Porque tanto se habla de que Spiderman obtuvo sus superpoderes por la picadura de una araña, que ya no sé si de verdad estas arañas por ser mutantes tienen lancetas, o me las veo con una panda de ignorantes aquí. Y menos mal que el pringao no se metió a la sala en donde se encontraban las tenias solitarias: de morderla una, acaba como villano de X-Files. En fin, el caso es que la muerde uno de los bichos jodíos y nuestro héroe, en vez de ir a hacerse ver en el hospital, pues va a la casa dejando la escoba en el camino. Pero como con un gran poder sobreviene una gran lo que se me sale de los machos, pues que Peter Parker empieza a presumir de sus nuevos poderes, hasta el punto que en un increíble giro de acontecimientos los muy jodíos, resulta que el mismo ladrón que no atajó pudiendo atajarlo, termina matando al latoso del tío Ben (vamos, no creo que sea un gran spoiler, ¿no?). O sea, te tratan como las reverendas, y además tienes que pagar al mal con el bien porque de lo contrario te matan al tío puñetero. Yisssssus, ser Spiderman apesta. Ahora el pringao del Píter tiene la motivación (venganza, of course) para salir en la calle vestido cada vez más como locaza gay, algo de lo que él mismo se da cuenta ("oye, ¿te parece que si fuera policía andaría vestido así...?". Buen punto, chico alegre). Pero la cosa no acaba ahí, porque en el intertanto, en uno de esos minutos muertos de cómo rellenamos el guión para la cosa siga andando, Peter Parker va y le da a santo de nada la fórmula de los viejos, que por algo la tenían escondida, genio, se la da como decía a Curt Connors. El cual la usa, claro está, para lo habitual en los cómics de Spiderman: experimentar con él mismo y transformarse en el monstruo de la semana. En este caso el Lagarto. ¿Y Norman Osborne, el jefe de Oscorp? Se lo menciona pero no aparece por ninguna parte, quizás para no joderse con el casting de la secuela. Mientras tanto, disfruta cómo el Lagarto trapea el piso con el Hombre Araña...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

"La historia jamás contada". Así decía el tagline original de esta peli, y ya que nos partimos de risa. ¿Jamás contado? Para los nenazos de quince quizás, y eso. Porque no sólo está la a estas alturas del partido mítica "Spiderman" del 2002 (mítica por buena o mítica por cachondeo de cómics, a según el punto de vista, pero mítica igual), que también nos contaba cómo lo mordía la araña y le cargaban al entrañable tío Ben, sino que también está la serie de monitos de ¡1967! que nos contaba cómo lo mordía la araña y le cargaban al entrañable tío Ben, y con el porrón de otras series televisivas que le han exprimío al pringao de Peter Parker, vaya uno a saber si hay más, que uno tampoco es tan fanático e igual pierde la cuenta. ¿Por qué había que contar el origen de nuevo? La clave: reboot/copyright. Por el trato que Sony tenía con Marvel (o no sé quién con Marvel, heredado por Sony, que estos líos corporativos son mucho lucho para mí), o estrenaban peli nueva del arácnido en 2012, o los derechos revertían a Marvel. Y a ver si Sony (técnicamente Columbia Pictures, que es propiedad de Sony...) iba a dejar partir su franquicia estrella así como así, que la sección de dibus animados de la firma no anda muy firme, y otras franquicias importantes lo que se dice importantes (a finales de los '90s vendió los derechos sobre "Casino Royale" de James Bond a MGM, titular de los derechos de las pelis mismas de 007, terminando la larga ensalada por los derechos de autor sobre el personaje, y a cambio de renunciar a hacer otro remake de "Operación Trueno" o "Nunca digas nunca jamás", MGM se desprendió de la parte de derechos que le cabía sobre Spiderman. Puras decisiones basadas en la creatividad artística aquí). Porque aparte de "Hombres de negro" que estrena secuelas cada cinco o diez años, o "xXx" que después del desastre de "xXx: Estado de sitio" no ha vuelto a levantar cabeza (hace años se rumorea un "xXx: El regreso de Xander Cage" que viene sí y viene no), lo cierto es que el leviatán financiero de Columbia Pictures es el arañita. Algo que estaba difícil después del naufragio general que significó "Spiderman 3". Y claro, si "Batman inicia" y "Casino Royale" habían hecho tanto por Batman o James Bond, resucitando de los muertos al primero y dándole un nuevo espléndido aire a un personaje ya en vías de moribundo, pues bien, por qué no rebuteamos a Spiderman (después vinieron, claro, "Hulk: El Hombre Increíble" del 2008, "Star Trek" del 2009, "El Planeta de los Simios: (R)Evolución", "The Karate Kid"... y sólo estoy hablando de los que tuvieron algún éxito aquí) . Además, la generación que creció viendo al "Spiderman" del 2002 ya no está para alguien tan chorra como Tobey McGuire, ahora que se estilan los supers oscuros como, leñe, "Batman inicia" y "The Dark Knight" justamente. No nos olvidemos de que "El sorprendente Hombre Araña" debió medir sus fuerzas contra "El Caballero de la Noche asciende" en la taquilla del 2012. Además, los adolescentes oscuros después de Harry Potter y "Crepúsculo" la llevan, así es que alguien tan luminoso y colorinche como McGuire... ya saben a donde voy. Es decir, estaban todas las condiciones dadas para largarse a un reboot en forma del personaje. La única cuestión a despejar aquí era, ¿saldría un producto digno y decente que valiera la pena de ver, o sería un simple apretarle las tetas a la vaca para hacer el take the money and run? La respuesta, en la parrafada que sigue a esta parrafada.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Ahora que hemos doblado el Cabo de la Nueva Esperanza de ir religiosamente al cine y ver la peli, podemos respirar con alivio: hemos encontrado las Indias aquí. A pesar de que esta peli es de comienzo a fin una monstruosa operación de mercadotecnia, la verdad es que el resultado es bastante impresionante. No es una obra maestra ni de lejos, pero consigue superar el nivel de la mera entretención hasta crear una historia absorbente y unos personajes entrañables, lo que no es poco en el aséptico panorama del cine blockbuster de estos días. Partiremos, por aquello de ayudarnos a contextualizar, por la cuestión trolera de si es mejor o peor que el "Spiderman" del 2002. La verdad es que la pregunta carece de sentido, igual que carecía de sentido comparar el Batman de Nolan con el de Burton, porque son en esencia pelis distintas con enfoques distintos sobre el mismo personaje. Hoy en día se mira al "Spiderman" del 2002 como una cosa kitsch igual de camp que la serie de monitos del '67, igual que después de "Batman inicia" se mira al Batman de Burton como una cosa kitsch reminiscente del Batman de Adam West. Eso, a pesar de que tanto el "Spiderman" de Raimi como el "Batman" de Burton hacían lo imposible por ALEJARSE de ese modelo y hacerlo más oscuro y al límite. Es sólo que éstas son todavía más oscuras y al límite, y bueno, al correrse el listón... A la gente se le olvida que tanto el "Batman" de 1989 como el "Spiderman" del 2002 era lo que se podía rodar en la época sin que el público saliera con los pelos de punta del cine. En 1989, Batman para el mundo popular (más allá del friki irredento, me refiero) era el Batman de Adam West, no el de Frank Miller. En 2002, "Spiderman" era el personaje de monitos del '67 (o peor aún, el de la horterada fines'70s que hicieron por ahí). Además, en 2002 y con las visibles excepciones del "Superman" de Richard Donner y el "Batman" de Tim Burton, el género de superhéroes en el cine estaba de cualquier manera menos consolidado (estaba "X-Men", claro, pero nadie sabía entonces si eso había sido un pelotazo de chiripa, o la señal de partida para una nueva manera de ver los superhéroes en el cine, como sabemos hoy en día que efectivamente fue). En ese sentido, las críticas de que este "El sorprendente Hombre Araña" es mejor que la dupleta conformada por "Spiderman" y "Spiderman 2" son injustas. Es cierto que "El sorprendente Hombre Araña" mejora muchas cosas de los venerables ancestros Raimi-McGuire, pero en otras no han podido hacerla mejor. Partiendo por el largo del metraje, que el "Spiderman" del 2002 era más cortita, y ya se sabe: lo bueno, si breve, dos veces bueno...

-- Y ahora sí, entrando en vereda con "El sorprendente Hombre Araña", lo anterior sirve para desarrollar la siguiente idea. Lejos de ser un nuevo "Crepúsculo" como se temió en su día (aunque la idea de un casting "adolescente", o tanto como puede serlo un Andrew Garfield de 28 vs. una Emma Stone de 23 pasando por high school viene claramente de ahí), en realidad lo que tenemos es un nuevo "Batman inicia". Y esto es un plus o un contra, según se mire. En el "Spiderman" del 2002 comprimíamos un montón de historia del personaje debido al hecho fundamental de que nadie sabía con total seguridad si habría secuela o no (lo dicho, nadie sabía todavía en 2002 si los superhéroes eran algo que llegaba para quedarse). Acá en cambio juegan anchos de cancha, y al igual que "Batman inicia", ponen personajes y situaciones que están ahí para ser resueltos (esperamos) en la o las secuelas. Lo mismo vale para los villanos. Así como "Batman inicia" tenía al Espantapájaros (un villano menor) y Ra's al Ghul (villano mucho más importante, pero no tan conocido por el grueso público como "los clásicos"), acá tenemos al Lagarto en vez de, digamos, Electro o Misterio (por mencionar alguno que no apareciera en las pelis de Raimi). Y así como "Batman inicia" intentó distanciarse de Tim Burton por un tono más grounded-on-earth (y de Schumacher ya no hablemos), acá intentaron hacer deliberadamente un Spiderman más serio y oscuro que el conceptualizado por Raimi. El resultado es esto último es irregular. Al aterrizar el personaje, consiguen por un lado que sus peripecias sean más interesantes y que el espectador se comprometa más. Pero por el otro lado, ese mismo enfoque más realista hacía lo mismo que hacía por Batman en "Batman inicia", "The Dark Knight" y "The Dark Knight Rises": poner aún más de manifiesto los aspectos ridículos del personaje. "The Dark Knight" era un estupendo thriller policial, pero a ratos en escenas muy duras vemos un sociópata vestido de murciélago apaleando gente, y se requiere todo el extraordinario talento de Christopher Nolan para que sigamos interesados en vez de partirnos la caja de risa. Un poco eso mismo pasa acá: Peter Parker es tan querible, tan humano, tan entrañable, que cuando aparece Spiderman en escena la peli termina perdiendo varios enteros. Ello resulta más evidente si se compara el tratamiento del lanzarredes por Raimi y por Webb. En "Spiderman" no existían: las telas eran orgánicas y eran despedidas por el Hombre Araña como parte de su mutación, porque según Raimi era poco creíble que un adolescente de instituto tuviera la habilidad técnica para construirse los lanzarredes, solución no canónica pero sí correcta para una peli con lógica de cómic con ésa. En "El sorprendente Hombre Araña", buscando la mayor ortodoxia con el personaje, Peter Parker se construye sus propios lanzarredes, y cae en la trampa de "irrealismo" que Raimi justo había tratado de evitar. En ese sentido, la peli se esfuerza demasiado por ser "realista", por decirle al espectador "no estás viendo un cómic sino una peli seria", y con eso terminan por traicionar implícitamente al personaje. Es la misma trampa irresoluble en que cayó el Batman de Nolan, con la diferencia de que en lo de Nolan, al personaje el contexto de policial noir le viene lo suficientemente bien como para que no se note (demasiado), ya que por último Batman no tiene superpoderes ni sus villanos tampoco, mientras que acá, por mucha ingeniería genética que le pongan, al final siguen siendo superpoderes, que no pueden por definición encajar en lógica realista alguna (al menos de momento, que con la investigación científica, quién sabe). Es lo que tiene hacer el follow the leader, que cuando te pones a copiar indiscriminadamente sin entender a ciencia cierta qué estás copiando, los resultados terminan por chirriar más que en el modelo en donde todas esas cosas, para bien o para mal, estuvieron pensadas y calculadas en función de lo modelado.

-- De la historia abundemos en un par de cosas. Esta peli es otro ejemplo de esa horrible tendencia del cine blockbuster actual de dejar deliberadamente cosas en el aire para redondearlas en una eventual secuela ("Batman inicia", "Casino Royale", "Prometeo", "Robin Hood"...). Parte importante del cabreo que deja esta peli, son la cantidad de cosas sin resolver que quedan. SPOILERS A CONTINUACIÓN, si no quieren leerlos, saltarse al siguiente párrafo (aunque no destripan aspectos de la trama, sí revelan qué quedó abierto): ¿qué pasó con los padres de Peter Parker? ¿Cómo se relaciona su desaparición con Curt Connors? ¿Qué pasó con la cura para Norman Osborne, qué pasó con el asesino del tío Ben? ¿Y quién era ese hombre misterio misterioso de los misterios que se aparece en la verdaderamente última escena? Está bien dejar algún gancho suelto que pueda servir como cabo en el cual amarrar una potencial secuela (no es lo deseable, pero entendemos cómo funciona el negocio), pero esto es simplemente abuso.

-- Después de todo lo anterior, alguien podría colegir que la peli está bastante mal. Y la verdad es la contraria. Tiene serios lastres, es cierto (la muy poco atinada banda sonora de James Horner por ejemplo, que parece mentira que musicalizara "La ira de Khan" o "Titanic" escuchándole aquí). Pero también tiene fortalezas. La principal es por supuesto la entrega de los actores a sus personajes. Andrew Garfield, el chico que lo viste actuar en cincuenta partes y no lo recuerdas en ninguna (¿"Leones por corderos", no? ¿"La otra Bolena", tampoco? ¿Ni "El imaginario del Doctor Parnassus", tampoco ésa? ¿Y "Red social", tampoco...? No, él no era el prota, el prota era Jesse Eisenberg, él era el amigo al que se lo sodomizaban por todo lo alto), se apropia del personaje y consigue transmitir todo el angst del adolescente desadaptado y macarra y hacerlo, no diré entrañable, pero sí muy fácil de entender sin caer en los moqueos y manierismos de niñito mimadillo como un, por ejemplo, Hayden Christensen en "El ataque de los clones". Emma Stone por su parte está guapísima en otro de esos improbables rol de chica-en-peli-de-supers, que es bellabellabellabonita y además supersuperdupinteligente. Rhys Ifans por su parte vuelve a las andanzas dejándose que su alter ego le pase adelante como en "Anónimo", pero deja para la posteridad un buen rol con un personaje de sicología bastante compleja y que podría haber sido explotado un poco más por el guión. Denis Leary como Diego el dientesabl... er, perdón, el capitán George Stacy, le da bastante peso a un policía honesto y competente que por esa misma honestidad y competencia entra en curso de colisión frontal con Spiderman. Martin Sheen brilla como el tío Ben (después lo matan), pero Sally Field, si bien saca bien su rol de tía May a cuenta de oficio y tablas, no consigue que nos olvidemos de la gran Rosemary Harris del "Spiderman" del 2002 y secuelas. Por último, mencionemos a Mark Webb (porque si quieres rodar una del tirarredes, tienes que tener un director cuyo nombre al castellano se traduzca como Marcos Redd) haciendo una muy buena labor de dirección, quizás no tan potente en las escenas de acción (aunque tienen lo suyo, no se crea que no) como en el dibujo de personajes y la dinámica de los mismos.

-- Y ahora sí algo para terminar. Esta peli pone sobre el candelero a los papis de Spiderman. Que al hombre lo criaron sus tíos por razones nunca reveladas (en el cómic de los '60s parecía lo más natural, y es que nadie se preguntaba muchas cosas entonces). Es la primera vez que vemos en el cine a esos grandes olvidados. Sé que en los cómics han tenido su trayectoria, y me parece recordar que en la serie de monitos de Spiderman de los '90s aparecían dando vueltas por ahí también, pero ver algo de ellos (no mucho, pero algo) en una peli, es algo que contribuye a redondear bastante a Spiderman como personaje. Y eso se agradece.

IDEAL PARA: Ver un interesante nuevo enfoque de Spiderman como adolescente problemático que, además, le toca la china de los superpoderes.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].


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