11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 11 de mayo de 2008

RESEÑA N° 400 Y SEGUIMOS...

Sí, señoras y señores. Antaño hubo gentes que dijeron "¿máquinas más pesadas que el aire? ¡Imposible!", y arriscaron la nariz diciendo "¿llegar a las Indias navegando hacia el Oeste? ¡Imposible". Esas mismas gentes dijeron también "¿Cine 9009 alcanzando las cuatrocientas reseñas? ¡De ninguna manera, eso jamás será visto!". Pero ustedes lo están viendo. Lo están contemplando. Después de celebrar el cumplir pelis de a 100 con clásicos como "King Kong" (reseña N° 100), "Duna" (reseña N° 200) o "Psicosis" (reseña N° 300), nos decantamos para nuestra reseña N° 400 por una peli sin duda menor a las anteriores, pero... ¡que tiene gatos! ¡Cómo es posible que yo, el General Gato, no tenga un autohomenaje! Así es que ahí les va. La peli N° 400 posteada en Cine 9009 es "Los Aristogatos", precisamente.

¿Y qué viene para el futuro? Simplemente, MÁS.

En primer lugar, estamos trabajando ya en lo que debería ser la Radio Cine 9009. Con algo más de 200 temas (e iremos ampliando, sin duda), es un colorido resumen de soundtracks clásicos, desde los tempranos '30 hasta pelis del 2007 (aún no tenemos soundtrack del 2008, pero ya llegará). Por supuesto que espero sus opiniones sobre la iniciativa... Y estamos trabajando para que resulte, por supuesto.

En segunda, y en consonancia con el espíritu de los tiempos, iremos ampliando algunas reseñas clásicas de pelis. No podrá hacerse con todas, previsiblemente, o al menos no en un tiempo inmediato (¡son 400, hombres, por favor, y yo soy sólo un gato!), pero con calma y paciencia, iremos incorporando enlaces y YouTubes relativos a las pelis.

Además, ampliaremos el sistema de links, ya que hay muchos sitios valiosos sobre cine que no tenemos consignado en el listado, y ya es hora de hacer algo con eso, ¡faltaba más!

Sí, ya sé qué pregunta me van a hacer. ¿En qué tiempo el General Gato conseguirá hacer todo eso? Bueno, he aquí la mala noticia. Mientras estamos en, ejem, labores de mantención, Cine 9009 parará sus máquinas. No será tanto tiempo, no se preocupen, apenas tres semanas. Regresaremos el Domingo 01 de Junio, aún más recargados. No es justo para los lectores de Cine 9009, ya lo sé, pero es que oigan, este blog está superando ya las 200 visitas diarias (BlogPatrol dixit), hay días en que llega a 250, y pues bien, eso impone una serie de responsabilidades. Porque la preferencia de los lectores de Cine 9009 no lo convierte en un blog privilegiado, sino en un blog obligado. Esta ha sido siempre la filosofía de Cine 9009, y esperamos que prosiga siéndolo hasta la reseña N° 500 y más allá (sí, estamos apuntando ahora a la N° 500, ¿qué pasa con eso?).

Por cierto, y en forma paralela, Siglos Curiosos sigue adelante sin reservas. De manera que aunque no haya nuevo Cine 9009 por ahora, siempre podrán seguir leyendo a su seguro servidor el General Gato, ronroneando no de cine sino de historia, pero maullando cordialmente como siempre. Y en cuanto a este blog, nos vemos en Junio...

"Los Aristogatos" (1970).


-- "The Aristocats". Estados Unidos. Año 1970.
-- Dirección: Wolfgang Reitherman.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Phil Harris, Eva Gabor, Liz English, Gary Dubin, Dean Clark, Sterling Holloway, Roddy Maude-Roxby, Scatman Crothers, Paul Winchell, Lord Tim Hudson, Vito Scotti, Thurl Ravenscroft, Pat Buttram, George Lindsey, Hermione Baddeley.
-- Guión: Larry Clemmons, Vance Gerry, Ken Anderson, Frank Thomas, Eric Cleworth, Julius Svendsen, Ralph Wright, Tom McGowan y Tom Rowe.
-- Banda Sonora: George Bruns.

-- "Los Aristogatos" en IMDb.
-- "Los Aristogatos" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

París, 1910. Oh, la Ciudad Luz... En dicha ciudad, cantadita la historia con la voz de, ahí es nada, el gran Maurice Chevalier, tenemos el cuento de unos gatitos muy finos y muy moños (¡¡¡MMMIIIAAAOOOUUUUUU...!!! La vida no es así de apacible para vuestro General Gato...). Estos gatos muy finos y muy moños son Duquesa y sus tres cachorritos: Marie, Toulouse y Berlioz. Pueden permitírselo porque la pasta para fomentar su gran tren de vida procede de una ancianita que en sus buenos años ha sido cantante, y ha amasado fortuna con ello. Su mayordomo (sí, el mayordomo es el criminal, gran tópico, ¿qué pasa con eso?) escucha por "accidente" una conversación de la ancianita con su abogado, en la que instituye por testamento como herederos a sus gatitos, después de lo cual pasará la fortuna a Edgar. Para el mayordomo, maldita sea si tiene que seguir sirviendo a gatitos mimados, de manera que opta por saltarse el trámite de que la fortuna pase por dieciséis patas felinas, y vaya a parar a las del sirviente en un solo movimiento bancario, cuando la abuelita se despache. Como esto es una Disney, Edgar no llegará a la monstruosidad agathachristiana de pirrarse a la cantante calva, pero sí que se deshará de los pequeños herederos con pelo. Con una jugarreta, consigue echarlos en una cesta y sacarlos de París. Pero, aunque se lleva su merecido cuando se encuentra con los fieros Napoleón y Lafayette, ya es demasiado tarde: los lindos aristogatos están lejos de París, perdidos a campo traviesa, y si los dan por muerto, el siguiente en la lista de herederos es el mayordomo secuestrador...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Los tempranos '70s fueron críticos para los Estudios Disney. Desde que en 1937 el incombustible y ultraamericano Walt Disney rodara "Blancanieves y los siete enanitos", había mantenido un férreo control sobre cada cinta animada que iba saliendo de su factoría (sí, fue Disney y no un suche intermedio el que se cargó las historias originales en "Pinocho", "Alicia en el País de las Maravillas"...). Pero en 1967, la larga sombra de Walt Disney desapareció para siempre, según unos porque estiró la canilla y reposa en el cementerio, y según otros porque su cuerpo fue congelado para experimentos de hibridación extraterrestre. Antes de irse de este mundo, bien sea para el sepulcro o para la cámara de criogenización, el viejo Walt había finiquitado "El libro de la selva", y había aprobado ya los trámites iniciales para el nuevo proyecto, "Los aristogatos". Dejó tan bien engrasada la maquinaria, que la peli tardó tres años ("El libro de la selva" había tardado cuatro). "Los aristogatos" había recorrido un largo camino desde que fue propuesta en los tempranos '50s como una peli con actores de carne y hueso (y leche, son mininos...), y así llegó a ser la primera Disney sin Disney. Dicho en forma brutal: de esta película pendía que los Estudios Disney siguieran adelante o se hundieran junto con su Demiurgo Creador. Y siguieron.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Los buenos absolutos de la historia somos los gatos. Y ustedes los humanos, a tomar aire. CATS WILL RULE THE WORLD!!!

-- La peli tiene un excelente feeling. Eran los años en que Wolfgang Reitherman dirigía (o sea, era el timbraórdenes entre Walt Disney y el resto del equipo), y no me extrañaría que ya papá Disney estuviera chocheando en sus últimos años, como lo prueba la desastrosa "La espada en la piedra" y la anémica "El libro de la selva", ambas dirigidas por el mencionado Reitherman. "Los aristogatos" es la primera que Reitherman dirige sin el Ojo de Sauron espiando por sobre su hombro, y se nota un filme mucho más relajado, mucho menos obligado a ser over-the-top, sin tantas concesiones al payaseo espúreo, y esto redunda en una peli que, dentro de los cánones de la comedia animada Disney, es más seria que las dos antecesoras del tándem Disney/Reitherman, y tiene más fibra y músculo. Ayuda, por supuesto, que es la primera peli de Reitherman para Disney que no está basada en un texto literario anterior, lo que por supuesto permite estirar un tanto la creatividad con la historia, además de que los ripios y baches se notan menos (yo no sé cómo alguien que haya leído el original de Rudyard Kipling podría no sentirse ofendido por la infraadaptación de "El libro de la selva" para el cine por Disney).

-- La peli intenta ambientarse en el París de la Belle Epoque, que aparte cosas como "Moulin Rouge", es un escenario curiosamente muy poco recorrido por el cine a pesar de su gran potencial estético y narrativo (quizás porque el grueso de las pelis son producidas en el mundo anglosajón, se prefiere la Inglaterra Eduardiana para una peli "del 900"). Decimos "intenta" no porque no lo consiga, sino porque lo hace sin pasarse y volverse un repertorio de curiosidades antropológicas, feo vicio que pareciera querer afectar a varias pelis Disney posteriores que tratan de rellenar su anemia narrativa con una estética antropológica, como "Pocahontas" o "Mulan". Aparte de los fondos palaciegos y las casas, hay algunos toques sutiles por aquí y por allá, como por ejemplo el dibujo de varios fotogramas de la anciana, sutilmente diseñados a partir de los afiches y figurines modernistas de la época (sí, ya no es moderno, pero se lo sigue llamando "Modernismo", ¿vale?). Hay también algunas alusiones, como por ejemplo hacer del gatito Toulouse una especie de pintor precubista, regodéandose en el arte de arrojar manchas a un lienzo. Quizás el único gran detalles, es la inclusión más o menos gratuita de una banda de jazz, concesión necesaria para los niños que en la época más o menos alucinaban con The Beatles o The Rolling Stones, y que por ende forzaban a introducir un número de luces sicodélicas (y como en ese tiempo no había rock 'n' roll...), pero que hoy en día chirría un poco (jazz en París, vale, pero... ¿1910...?).

-- Maurice Chevalier. Sí, el gran chanteur francés hace una aparición casi al borde de la tumba (la estrella de los '30 y '40 ya tenía 82 años), y estaba perfectamente retirado cuando un par de amiguetes lo convencieron de que hiciera un último trabajo y te retiras, nene, ahora para los Estudios Disney. La canción es en realidad una alabanza de la vida de poltronería de los aristogatos, pero... ¡es que la canta Chevalier! La canta con el énfasis de Chevalier, el estilo de Chevalier, la picardía de Chevalier... Para quienes piensen que hacer una canción para una peli de dibujos animados es una triste manera de despedirse para un contemporáneo de Mistinguett o Edith Piaf, piénsenlo de nuevo: he aquí una buena de cómo el oficio y la maestría dignifican cualquier trabajo, por pequeño que se vea.

-- El trabajo de dibujo está notablemente bien. Reitherman insiste en echar por la borda el clásico dibujo blandengue Disney, para privilegiar figuras más angulosas y caricaturescas, bajo la influencia de los Looney Tunes de la WB (ya saben, Bugs Bunny, el Pato Lucas, el Coyote y el Correcaminos...). Pero lo que en las dos pelis anteriores chirriaba lo suyo, aquí encaja de una manera más armónica y natural. Seguimos viendo una peli que bien podría haber sido dibujada por el creador de Pepé LePew para Looney Tunes, pero no se cae en la exageración ni el payaseo caricaturesco, o no mucho por lo menos, y aunque hay abundancia de gags visuales, éstos están más contenidos, y por lo mismo, alcanzan un buen grado de brillantez (de antología es la secuencia en la que Edgar debe recuperar cierta evidencia, disputándosela a los perrazos Napoleón y Lafayette). Bravo también por eso.

-- Incluso hasta los amigos forzosos de los protagonistas (elemento indispensable de toda peli Disney que se precie de tal) son simpáticos. La banda de jazz es prescindible, pero el ratoncillo rescatador y la yegua de paseo en calesa son queribles en grado sumo.

IDEAL PARA: Ver una Disney injustamente rotulada como "menor".

"Tarzán" (1999).


-- "Tarzan". Estados Unidos. Año 1999.
-- Dirección: Chris Buck y Kevin Lima.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Tony Goldwyn, Minnie Driver, Glenn Close, Brian Blessed, Nigel Hawthorne, Lance Henriksen, Wayne Knight, Alex D. Linz, Rosie O'Donnell, Taylor Dempsey, Jason Marsden.
-- Guión: Tab Murphy, Bob Tzudiker y Noni White, sobre una historia Stephen J. Anderson, Mark Kennedy, Carole Holliday, Gaëtan Brizzi, Paul Brizzi, Don Dougherty, Ed Gombert, Randy Haycock, Don Hall, Kevin Harkey, Glen Keane, Burny Mattinson, Frank Nissen, John Norton, Jeff Snow, Michael Surrey, Chris Ure, Mark Walton, Stevie Wermers, Kelly Wightman, John Ramirez, todos ellos bajo la supervisión de Brian Pimentel, con material de guión adicional de David Reynolds y Jeffrey Stepakoff, basados en la novela de Edgar Rice Burroughs.
-- Banda Sonora: Mark Mancina.

-- "Tarzan" en IMDb.
-- "Tarzan" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Naufragio. Inglechutes varados en costas de la jungla. Gorilas criando a sus cachorros. Niñato de ingleses creciendo en la selva. Cachorro de gorila siendo arrebatado por un leopardo. Gorila hembra encontrando a cachorro humano, aparentemente también huérfano gracias a los colmillos del leopardo... Y, ¡hala!, tenemos a un nuevo integrante de la familia, creciendo entre los gorilas. Las cosas podrían marchar bien, pero ahí está el Gorila Alfa diciendo "¡no, no, no, ese cachorro nos traerá problemas!". Y vaya si los trae. En una de las tantas, el niñato humano es engañado por una treta de sus compañeros gorilas, y lo que sigue es de infarto. Con lo que el cachorro humano, ahora llamado Tarzán, está ahora cada vez más solitario y aislado. Las cosas darán un vuelco increíble cuando una embarcación con nuevos humanitos arribe a la costa. Se desencadenará entonces una catarata de acontecimientos que llevarán a Tarzán a descubrir la verdad de su origen, además de su vulnerabilidad a ese mermeloso sentimiento llamado amor... Y enfrentarse a ciertas horrorosas características humanas, como la hipocresía, la maldad y las ganas de llevarse souvenires de gorila desde la selva...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '90s, los Estudios Disney vivieron una nueva edad de oro, el primer verdadero Edén desde que pereciera el venerable patriarca Walt Criogénico Disney. La ristra de hits incluye "La Sirenita", "La bella y la bestia", "Aladino", "El Rey León", "Pocahontas", "El jorobado de Notre Dame", "Hércules", "Mulan"... Hasta llegar a la que nos ocupa, que es "Tarzán", y desde ahí, el diluvio, que llevaría a cerrar los estudios de animación 2D durante la eternidad de cinco años, después del wagneriano fiasco de "Vacas vaqueras". Poco importa que no todas estas pelis cumplan estándares mínimos de calidad, o que fueran respetuosos con el material original de base: lo importante es que recaudaron billetes de manera brutal, y eso enloqueció de codicia a los Estudios Disney. "Tarzán", como decíamos, es la última gran adaptación antes de los grandes fiascos de taquilla posteriores (aunque pelis como "Fantasía 2000" o "El Planeta del Tesoro" fueron claramente subestimadas, pero en fin...). Para sucesora de "Mulan", los Estudios Disney se fijaron en una vieja novela de Edgar Rice Burroughs. Los resultados de taquilla fueron demoledores. Los resultados de calidad también, pero en sentido inverso, podríamos decir.

-- La novela original "Tarzán de los monos", de Edgar Rice Burroughs, recomendable para cualquiera a quien le guste la aventura (aunque para qué pierdo el tiempo con la generación YouTube, esos pobres iletrados apenas conocen lo que es la palabra impresa), es pletórica de acción y aventuras, y sigue siendo un gran clásico literario, pero tiene un pequeño problema: está escrita para el gusto popular de principios del XX, y consecuentemente, es terriblemente racista y clasista. Tarzán es un noble, y su sangre noble lo hace sobrevivir en la jungla y enseñorearse sobre ella, para probar que es cierto aquello de la Sagrada Misión del Hombre Blanco. Los negros están ahí para hacer bulto, y en todo caso, cuando sean tan malvados que maten a los gorilas, Tarzán se encargará de ponerles las peras a cuatro. ¿Cómo diablos consigues pasar ese contenido a las audiencias de finales del XX? Bueno, si piensas que los Estudios Disney tenían la respuesta, te equivocas. La peli deja de lado todo ese espíritu de la novela original, es cierto, pero a cambio mete una tonelada de corrección política que no le hace nada de bien al original. O sea, ahora los nigga no aparecen, y el villano es un malvado antiecológico. Y se pone énfasis supremo en la infancia de Tarzán, no como un tipo más formidable que la vida, sino como un blandengue que se la pasa tres cuartos de la peli lloriqueando en plan "¿quién soy?". Estamos en las antípodas del héroe rudo y valiente de Edgar Rice Burroughs. O sea, los Estudios Disney destriparon por enésima vez una gran obra literaria (de aventuras, en este caso), y la infantilizaron y ñoñizaron para los gustos pequeñoburgueses de los papitos que quieren llevar a sus hijos al cine, para ver una peli "con valores". Pero bueno, al menos sigue en líneas generales la historia de Tarzán, y no vamos a discutir con eso (el final, en todo caso, es absolutamente diferente al de la novela).

-- Las escenas de acción. A pesar de que esta peli Disney se preocupa de tener los clásicos e irritantes secundarios chistosos (léase el sabio distraído que es el papá de Jane, o la maldita troupe de amiguetes gorilas wannabe-cool, por ejemplo), cuando pasa a la acción pura y dura, alcanza grados de rudeza y crueldad pocas veces vistos en otras pelis Disney. No es que haya gore, tampoco, si es que es para niños al final del día, pero en esta peli hay muerte, y más de una, y alguna de esas muertes es producto de una lucha armada (concretamente, la de Tarzán contra el leopardo). De hecho, toda la secuencia hasta la lucha de Tarzán contra el leopardo, es cine de primera clase, y hasta le perdonamos que conviertan a Tarzán en un quejica bienintencionado, en vez de ser la salvaje máquina de matar que era en la novela. (Tengo la rara idea de que esa parte es responsabilidad de la dirección de Kevin Lima, quien después tuvo tiempo sobrado para rehabilitarse y mostrar de qué era capaz, con la muy superior "Encantada"). Pero se los advierto: entre el minuto 30 y la pelea final, pueden perfectamente levantarse a cocinar algo. No se perderán de nada. Salvo que sean disneyianos irredentos. Pero en ese caso, ¿qué están haciendo, leyendo un blog tan eximio como Cine 9009...?

IDEAL PARA: Enseñarle a los niños pequeños quién demonios fue Tarzán... y después olvidarse.

jueves, 8 de mayo de 2008

"Iron Man" (2008).


-- "Iron Man". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Jon Favreau.
-- Actuación: Robert Downey Jr., Terrence Howard, Jeff Bridges, Gwyneth Paltrow, Leslie Bibb, Shaun Toub, Faran Tahir, Sayed Badreya, Bill Smitrovich, Clark Gregg, Tim Guinee, Will Lyman, Marco Khan, Kevin Foster, Garret Noel.
-- Guión: Mark Fergus, Hawk Ostby, Art Marcum, Matt Holloway, basados en los personajes creados por Stan Lee, Don Heck, Larry Lieber y Jack Kirby.
-- Banda Sonora: Ramin Djawadi.

-- "Iron Man" en IMDb.
-- "Iron Man" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Al ritmo de "Back in Black" de AC/DC, al mejor estilo vietnamitero, una caravana de imperialistas marcha por las estribaciones montañosas de Afganistán (me quedó bonito eso de "estribaciones montañosas", ¿eh?). De pronto, en medio de la conversa, ¡¡¡KABOOOOOOMMM!!! Y ahí tenemos al bueno de Tony Stark, el más importante, famoso y hughefnerero de los weaponmongers del mundo, metido en un infecto reducto apacientacabras de Afganistán. Y para colmo, no sólo hundido en la cloaca, sino además con un corazón artificial (qué me recuerda... ¡Ah, sí! "¡Caballeros, tenemos la tecnología, podemos reconstruirlo!"). Y la vida cambia para Tony Stark. Porque verán, el niño prodigio que había quedado huérfano y había después sido cooptado por un peladito barbón se-ve-buena-tela, se había acostumbrado a la buena vida, a nadar en la piel salvaje de las chicas fresas, al buen tragullo... (así es como le va después, en el cómic)... Y ahora resulta que descubre, cual cristiano renacido, que PUEDO TENER MÁS. De manera que abjura de su pasado, y dedicará ahora sus fuerzas para el bien (reunir money como traficante de la muerte y gastarlo después en beneficio de la Humanidad... negocio redondo para la salvación del alma, pero ¿no nos deja eso al resto de ida y vuelta en el mismo punto...?). De esta manera Tony Stark empieza a diseñar su proyecto más obsesivo, una armadura que lo transformará en RoboCop... perdón, en Iron Man. Esto, al mismo tiempo que debe exorcisar sus demonios personales, evitar que la asistente pirada por él se le vaya... y combatir a una nueva y poderosa némesis, el Iron Monger, quien mira como toda esta campaña antiarmamentística de Iron Man puede hacerle muy bien a la Humanidad, pero muy mal para la cotización en la Bolsa de Nueva York...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Something blows in the wind. The times, they're gonna change. Hasta los '90s, "superhéroe" era sinónimo de Universo DC (o mejor dicho, dos de sus franquicias más exitosas, "Superman" y "Batman", y añadimos el "más" antes del "exitosas" para no ofender la hipersensibilidad friki). ¿Y la Marvel? Mirando a la otra esquina, como la casa rival se forraba. Pero en el XXI tuvieron su desquite, con "X-Men" y secuelas, "Spiderman" y secuelas, "Los Cuatro Fantásticos" y secuela, "Hulk" y sobreviniente secuela... (UPGRADE: sí vino, se llamó "Hulk: El Hombre Increíble", y no es considerada una secuela sino un reboot de cara a la inminente "The Avengers", 20-08-2011). Influyó una buena política corporativa, claro está, una que superó el escollo mítico de "sólo pasan a la platea los superhéroes DC", pero también el cambio de sensibilidad que propició la llegada de George RoboCop Bush al poder, la presencia de Jack Bauer en "24", y en general todo ese espíritu que en los '90s era políticamente incorrecto, de "I'm infinite justice, I'm unbelieveble kindness, I'm the way to salvation, I'm the Will Of God". En buena medida, toda historia de superhéroes es fascista: implica la creencia en un ser humano superior (por genética, tecnología, magia, alienogénesis, tanto más da), ein Ubermensch, cuya superioridad material es reflejo de una superioridad moral, que lidiará con las grotescas y deformes Fuerzas del Mal no con el poder de la convicción y el diálogo, sino por la receta bruta del mamporro. Créanme, nunca verán una peli de superhéroes con Mahatma de prota, salvo que sea una parodia como en el clásico trailer de "Gandhi II" que hiciera Weird Al Yankovic en la pionera peli "Los telelocos". Y nunca verán a Superman o a Wolverine practicando la desobediencia civil o la huelga de brazos caídos, u otros métodos civilizados de oponerse a la barbarie. (Bueh, ahora que lo pienso, sí vimos una vez un final así, el final de la sexta temporada de "Buffy la Cazavampiros"... pero es simplemente algo excepcional). La connotación militarista de todo superhéroe no necesariamente es algo negativo (los Gandhi y los Luther King han cambiado el mundo para mejor, es cierto, pero por otra parte, por cada Gandhi hay diez Napoleones y por cada Luther King hay veinte Tamerlanes), ya que una peli la tiene complicado en retratar un mundo de bellos sentimientos sin caer en la ñoñería disneyesca de toda la vida (léase, en el ridículo más espantoso). Lo que funciona en este mundo, quiérase o no, y le guste a los bienpensantes o no, es la maquiavélica-metternichiana-bismarckiana fuerza bruta, es el "mí tener razón y por eso, mí tratar convencerte, pero por siaca, mí tener garrote, y si mí no convencerte, mí apalearte". Y así como había un paralelo entre pelis como "X-Men II", "Batman inicia" o "Superman regresa" y el espíritu de la Era Bush, hay también un paralelo entre "Iron Man" y el ocaso de dicha fenecida era (bueno, esperemos por el bien de la Humanidad que sea un ocaso y no haya reboot). Hace tiempo que el mercado de los superhéroes está saturado, ya se está viviendo de secuelas, y el siguiente paso pareciera ser agrupar a los superhéroes para conseguir el aún más espectacular, y de ahí que ya se hable de pelis sobre la Liga de la Justicia DC o sobre los Vengadores Marvel. "Iron Man" había tenido un largo derrotero para llegar al cine (al menos sus cuatro a seis años), pero quizás esto sea bueno; un tema tan peliagudo como un traficante de armas vuelto superhéroe por una breve experiencia iluminadora, es algo que no hubiera colado tan bien cuatro o seis años antes, o para pasarlo, hubiera requerido una dosis mucho mayor de ñoñería. Claro si una peli llega demasiado ajustada a su tiempo, siempre cabe una pregunta subsiguiente: ¿sobrevivirá...?

¿POR QUÉ VERLA?

-- En primer lugar, repitamos el mantra que hemos dicho otras veces en Cine 9009: una peli de superhéroes que se conforme con ser sólo eso, una peli de superhéroes, no es ni siquiera una buena peli de superhéroes. Puede ser entretenida o palomitera hasta chiflarse (léase "Los Cuatro Fantásticos", por ejemplo), pero ¿buena? Definitivamente no. "Iron Man", por su parte, si bien su planteamiento es de peli de superhéroes, no se esfuerza por serlo. Tony Stark es un héroe, claro está, pero uno bastante sui generis. Es un genio, pero también un vividor. Y cuando se convierte en superhéroe, no abandona sus viejas y malas costumbres. Bueno, no demasiado por lo menos. Aunque bendecido con un intelecto ingenieril notable, Tony Stark sigue siendo un ser humano, y ni siquiera es un titán que grita "¡miserable de mí!" como un Superman al uso, sino uno cuyos dramas son bastante anodinos, bien mirados. En ese sentido, esta peli tampoco cae en el cliché o el abuso del recurso al antiguo pecador ahora en el camino de la redención; algo de eso hay, por supuesto (es una de superhéroes, y siempre por debajo del superhéroe hay una parábola mesiánica subyacente), pero no tanto que se transforme en el enésimo producto de consumo palomitero. Podríamos decir que esta peli se trata no tanto de Iron Man (el que no sale con su armadura sino como hasta mitad de peli) como de Tony Stark. ¿Eso ya está visto, en "Batman inicia" quizás? Sí, pero aquí está tratado con un enfoque mucho más humano y terrenal (por otra parte, quizás este enfoque no hubiera sido posible si la dupla Nolan/Bale no hubiera experimentado con ese tono en la mencionada "Batman inicia"). Tony Stark, al final del día, resulta entrañable no porque sea un gran héroe que después de una gran crisis existencial revierte toda su existencia en 180° para transformarse en la Luz de Este Mundo, sino porque es un simple ser humano, quizás demasiado mimado por la fortuna, que luego de una experiencia traumática se amolda a un nuevo rumbo de su vida, sin traicionar lo que ha sido hasta el minuto, siempre fiel a sí mismo. Fidelidad a la propia persona, autenticidad, quizás ésa sea la madera (o el hierro, en este caso) de la que están construidos los héroes de verdad.

-- Jon Favreau. Démosle crédito al hombre tras la cámara, en particular considerando que a primera vista parecía una pésima opción para confiarle 135 millones de los verdes y pedirle que sacara algo bueno de eso, tomando en cuenta que su gran crédito anterior como director era "Zathura". Pero "no se termina hasta que se termina", como decía el buen Rocky Balboa, y Favreau probó ser un gran director. Su peli no tiene toques ni alardes personalistas, en eso estamos de acuerdo, pero sabe imprimirle un gran tono a la historia: sabe ser dramático sin existencialismo, y sabe desamortizar los momentos más tensos con toques de comedia un tanto chusca a ratos (eso de Tony Stark retando a su supercomputadora...), pero muy funcionales, aunque sea por descolocar estratégicamente al espectador. El dibujo de personajes no está tan bien delineado, por cierto, pero esto tampoco es un crimen, si se considera que hay una opción clara por contar una buena historia; en ese sentido, podríamos decir que los personajes se retratan a sí mismos en el subtexto, igual a como sucede en la vida real, por lo demás (eso de personajes lanzando discursos para dejar clara su posición en el mundo queda bien para mostrar un personaje en bajorrelieve estatuario, pero en la vida cotidiana, ¿conoces a alguien que te tire encima un discurso de media hora sobre sus propias convicciones personales frente al mundo, y que no te caiga como patada en la panza?). Economía de recursos y eficiencia narrativa, tales fueron los nortes del señor Favreau, y le funcionan muy bien. Más que bien. Digamos una sola cosa, como muestra: en esta peli, tanto los FXs como las escenas de acción están matizadas y espaciadas, y siempre en función de la historia. O sea, tenemos una torta que primero es rica, y después vienen los adornos. Como deberían ser todas las tortas. O todas las pelis.

-- Las interpretaciones son cuidadas. Robert Downey Jr., que deslumbró al mundo asumiendo la ciclópea tarea de ponerse en los zapatos del Vagabundo en "Chaplin" y saliendo victorioso de la fazaña, y a quien después hacíamos despeñado en su carrera actoral por su cruce a través de la jungla del alcohol y las drogas (especialmente vergonzosa fue su retirada a mitad de temporada de "Ally McBeal", para dormitar la borrachera), hace un más que glorioso regreso. Vale que no parecía la mejor opción para interpretar a Iron Man, pero su perfomance es fina y opta deliberadamente por un tono de comedia, pero sin pasarse (demasiado) al lado de la farsa. Por otra parte, nadie hubiera dicho que Jeff Bridges (sí, el hermanito chulo que se comía a Michelle Pfeiffer en "Los fabulosos Baker Boys", veinte años antes) podía dar el tono con papeles de villano, y ¡qué creen!, hace un gran Iron Monger, en particular porque su personaje impone presencia sin tener que moverse, actuar, decir o hacer chulerías propias de villano. Incluso hasta Gwyneth Paltrow, usualmente gélida y desangelada, hace un rol con un poco más de carácter, y resulta hasta entrañable. Terrence Howard resulta un amiguete un tanto débil (yo hubiera preferido a Cuba Gooding Jr., pero en fin...), pero podría ser un convincente War Machine, en una secuela eventual.

-- Secuencias notables. El ataque contra la caravana de Tony Stark. Toda la estadía en la caverna, incluyendo la liberación final. La amiguita de Tony Stark jugando con su corazón (en sentido literal: le tiene que reemplazar un corazón artificial por otro). El vuelo inagural con la armadura de Iron Man. Las dos apariciones de la periodista no-me-acuerdo-de-su-nombre. Todas las apariciones de Jeff Bridges.

IDEAL PARA: Fanáticos de las pelis de superhéroes, de las pelis de acción, y en general de pelis con una historia bien contada.

ENCUESTA CINE 9009: Superhéroes Marvel.

Aprovechando el estreno de "Iron Man", y la inminente llegada de la segunda parte de "Hulk", nos detuvimos a preguntarle a nuestros lectores cuál es su peli Marvel favorita posterior al año 2000 (o, considerando que ya "Iron Man" está en cartelera, deberíamos decir "entre 2000 y 2008"). La pregunta en concreto era: "¿Qué peli del Universo Marvel post 2000 es tu favorita?". Se juntaron en total 80 votos, la encuesta con mayor recepción a la fecha en Cine 9009. He aquí los resultados, por orden de votos:

-- "X-Men 3": 15 votos (18% del total).

-- "Spiderman 3": 9 votos (11% del total).

-- "Spiderman 2": 8 votos (10% del total).

-- "El Motociclista Fantasma": 8 votos (10% del total).

-- "X-Men": 6 votos (7% del total).

-- "Spiderman": 6 votos (7% del total).

-- "X-Men 2": 4 votos (5% del total).

-- "Los Cuatro Fantásticos y Silver Surfer": 4 votos (5% del total).

-- "Elektra": 4 votos (5% del total).

-- "Blade: Trinity": 4 votos (5% del total).

-- "Daredevil": 3 votos (3% del total).

-- "Los Cuatro Fantásticos": 3 votos (3% del total).

-- "El Castigador": 3 votos (3% del total).

-- "Blade 2": 3 votos (3% del total).

¿A mí? No me pregunten, yo no voté. Además, he publicado reseñas de varias pelis de las mencionadas, y basta seguir los enlaces. Sigan en nuestra sintonía.

domingo, 4 de mayo de 2008

"Hechizada" (2005).


-- "Bewitched" (título original en inglés), "Embrujada" (título en España). Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: Nora Ephron.
-- Actuación: Nicole Kidman, Will Ferrell, Shirley MacLaine, Michael Caine, Jason Schwartzman, Kristin Chenoweth, Heather Burns, Jim Turner, Stephen Colbert, David Alan Grier, Michael Badalucco, Carole Shelley, Steve Carell, Katie Finneran, James Lipton.
-- Guión: Nora Ephron y Delia Ephron, basadas en la serie televisiva creada por Sol Saks.
-- Banda Sonora: George Fenton.

-- "Hechizada" en IMDb.
-- "Hechizada" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Isabel Bigelow ha llegado a la ciudad, y la está pasando de maravillas. Está fascinada con los mortales y su modo de vida, y está lista para convertirse en una bella hechicera. Ahí está el runrún de papi diciendo que no, que eres una bruja, que cómo te vas a juntar con esa chusma antropomórfica, etcétera, pero la chica, dale con sus trece. Por otra parte hay un actor de rebajas, con su carrera hundida después del fracaso de una mastodóntica peli pseudoártica o pseudohimaláyica, no sé, y que ve su gran vehículo de promoción en... ¡el remake de "Hechizada"! (por supuesto, nadie le ha advertido que la serie de TV se trataba sobre ELLA y no sobre EL, pero es que este actor es un cabezahueca de la escuela "¿para qué me fijo en el resto si el importante soy yo?"). El problema es encontrar el reemplazo a la sin par Elizabeth Montgomery, pero para el actor, todo se hace magia descubriendo a la tal Isabel Bigelow, sin estar advertido, por supuesto, que se trata de una bruja. Las cosas empiezan a fluir, Isabel Bigelow cae en gracia, y la chica tonta es enredada en los manejos del malvado y abusivo actor. Ella lo quiere, ella lo adora, para ella es el único mortal... (como en la "Hechizada" clásica...)... pero a medio camino se da cuenta de que es un patán. Pero no puede dejar de quererlo. Y entonces aprenderá una de esas lecciones ñoñas y con moralina de Hollywood, de que no hay magia más poderosa que el amor, que no puedes pretender extorsionar el corazón de tu amado, que... Lo de siempre, vamos.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Dentro de la ristra de comedias sobrenaturales que inundó la pantalla catódica en los '60s ("Mi bella genio", "Los locos Addams", "La familia Munster", "Mi marciano favorito"...), "La Hechizada" ocupó un lugar especial, como la bella historia de amor entre un mortal que, después de apercibirse que su esposa es una bruja, decide no pagarle a un abogado de divorcios sino que elige seguir con ella, y una esposa bruja que por amor hace el más grande de los sacrificios, cual es quedarse al lado de un tipo buena gente, pero cabezota y neurasténico como él solo. Después, en las últimas temporadas, vinieron capítulos faltos de creatividad como los remakes de la primera temporada, o esa historia en que Samantha viajaba a la Corte de Enrique VIII... Incluso dio hasta para una olvidada continuación, una serie de 13 capítulos con las peripecias de Tabitha la Bruja Adolescente, varios años después. En fin, resulta que en medio de la marejada de remakes de series antiguas de TV ("Los Angeles de Charlie", "Starsky y Hutch", "Miami Vice", "Los Dukes de Hazzard"...), alguien TENÍA que fijarse en la sitcom clásica por excelencia de los '60s. Alguien podría decir que los ejecutivos de Hollywood tendrían el tino de no profanar un clásico. Que no iban a poder repetir la magia. Que no iban a conseguir clonar ese aire de soñolientos post-Eisenhower que respiraba la serie original. Que no replicarían la química entre Darrin Stevens (Dick York) y Samantha Stevens (Elizabeth Montgomery). Pero se atrevieron. La perpetraron. ¿Alguien dudaba de que lo harían...? Y con Nora Ephron en el guión y la dirección, para echarle sal y limón a la herida.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es probablemente la peli más fina en la por otra parte detestable carrera de esa fabricante de mermelada casera que es Nora Ephron. Siempre he pensado que doña Nora debe pergueñar sus pelis entre tecito y tecito con sus amigas, conversando de temas tipo revista de frivolité (excluyendo la Cosmopolitan y sus artículos tipo "¡¡¡Los 10 mejores consejos sexuales para dejarlo pidiendo más en la cama!!!", que debe ser un poco fuerte para la señorona). Su repertorio incluye azucarados dulces de membrillo como "Sintonía de amor" (sí, ésa que metió por vía proctológica el bizarro concepto de Meg Ryan como lo máximo en materia de chicas enamoradas), "Michael: Tan solo un ángel", "Tienes un E-Mail" (la improbable dupla Hanks-Ryan al contraataque, ahora en versión digital Mátrix 2.0) y "Números de la suerte". La idea de tener a esta cineterrorista como guionista y directora del remake de "La Hechizada" debería haberle puesto los pelos de punta a cualquiera (y al ejecutivo responsable de esta decisión también, pero porque se habría puesto en la mira del Frente de Liberación Cinematográfica Mundial, que lo habría secuestrado y aplicado electricidad en cada arruga de sus test... volvamos a la peli, mejor). La cuestión es la siguiente: Nora Ephron sigue haciendo su mermelada casera de siempre, pero al menos trata de mantenerse dentro de la raya y no propasarse de ñoña como en sus UltraPatadas Ryan/Hanks. Además, para una comedia romántica clásica, Nora Ephron era mejor opción que Bryan Singer, David Lynch o McGee, ¿no?

-- El concepto básico de la peli es un experimento bastante interesante. El problema de cualquier adaptación de una serie de TV con más de dos décadas en el cuerpo, es que en el intertanto la ética, la moral y las costumbres han cambiado, por no hablar de la estética, y aquellos comportamientos que se veían como lo más natural del mundo, hoy en día son cavernícolas (ese machismo del Darrin original...), por no hablar de esos peinados que eran topísimos cuarenta años atrás, y hoy en día gritan ¡¡¡AGOGÓ!!! con pulmón y pleura incluidos. Entonces quedan tres caminos: o ser ultrarrespetuosos o al menos ultraserios con la serie original y caer en el ridículo más espantoso (el síndrome "Los Dukes de Hazzard", "Perdidos en el espacio"...), o eliminar todas las señas características de la serie de TV y hacer una peli al uso sin ninguno de los rasgos que la hizo exitosa en primer lugar ("Misión Imposible", "S.W.A.T."), o lisa y llanamente cargarse el concepto y hacer algo deliberadamente kitch traicionando de paso la idea original ("El Santo", "Los Angeles de Charlie"). Nora Ephron (démosle el crédito, pobre señora, si hasta los pollitos ciegos encuentran su grano... a veces) encontró la vuelta de tuerca definitiva: su peli no es un remake literal de "La Hechizada", sino un homenaje que toma este remake como pretexto para pergueñar una historia completamente independiente que, eso sí, toma elementos de la historia original. Por lo que esta peli es virtualmente inatacable: si algo está en posición, es porque es un remake, y si está fuera de lugar, es porque es una adaptación. ¡Más sabe la diabla por vieja...! Con esta idea en mente, es posible perdonarle muchas cosas a esta peli: el rampante machismo que destila (ese bruteque y egoísta actor no es Darrin, ¿recuerdan?), la prota ingenua que traiciona todo lo que era la Samantha original (Isabel Bigelow no es Samantha, ¿vale?), el aire de vaporoso glamour alrededor que la emparenta más con una softcore de Shannon Tweed que con la serie de TV original (it's not "Bewitched", it's something in the air...)... Claro, bien puede suceder que la gente quisiera ver la historia original en vez de una peli sobre un grupo de personajes que remakea la historia original. Cretinos. Para eso, mejor vean la serie original y olvídense de éste o de cualquier otro remake.

-- A pesar de algunas desviaciones notables (eso de poner a la bruja de pobrecilla ingenua, en vez de lo despabilada que era en la serie original, y al mortal como un egoísta jactancioso en vez de un esposo amante y preocupado), la peli se da maña para rescatar casi todos los elementos clásicos de la serie, incluyendo la sempiternamente desubicada Tía Clara, el Tío Arthur, la suegra metiche (aunque aquí, más discreta), el toque de nariz (imperdonable si faltaba), la vecinita que pasaba atestiguando lo inatestiguable, la secuencia de créditos en dibujos animados... Todo en otro orden, por supuesto (no es un remake, ¿recuerdan?), pero ahí están.

-- Nicole Kidman. Cuesta pensar que se barajaron los nombres de la insegura Jennifer Aniston, la desabrida Gwyneth Paltrow, la sosa Cameron Díaz o la eternamente wannabe Alicia Silverstone para tratar de ponerse en los zapatos de Samantha, después de ver su más que notable perfomance. ¡Qué no hubiera la Kidman, de tener un personaje y un guión realmente a la altura de la circunstancias! Hace lo que puede con lo que tiene, y en los momentos en que Nora Ephron la deja actuar en vez de obligarla a posar de ñoña, saca de manera absolutamente creíble la socarronería que tenía el personaje original. Su actuación consigue sobrevivir incluso a la descarada y estúpida sobreactuación de Will Ferrer, sin duda una malísima opción para Darrin Stevens (una malísima opción para casi todo lo que no sea "Más extraño que la ficción", en realidad). El personaje original iba a ser para Jim Carrey, pero claro, cosas pasan por el camino. Consigue sobrevivir también a los hercúleos esfuerzos de Nora Ephron por convertir una delicadamente irónica serie de TV sesentera, en una comedia romántica de los '40s, y a una peli sobre un matrimonio que se quiere, en un vulgar panfleto feminista. Alguien podrá alegar que el personaje es insoportable, que no es como la Samantha original. OK, pero si miran bien, no es culpa de la Kidman, que es una estupenda actriz cuando quiere (bueno, también hizo de psicóloga en "Batman eternamente", pero es que oigan, todos tenemos cadáveres en el armario, ¿no?).

-- El resto del elenco está bien. Steve Carrell en su breve intervención como el Tío Arthur, se lo toma un tanto a su manera, pero se columpia como quiere en Will Ferrer, y no sólo en términos de personaje, sino actorales también... Shirley McLaine es una aceptable Endora, aunque le falta un poco de la mala leche de la Agnes Moorehead original (lo siento, las comparaciones son inevitables). Michael Caine está un poco flojito, pero es que su papel como padre de Samantha también lo es. Y el resto de los secundarios, sin descollar demasiado, están bien colocados en sus sitios (pero no me cansaré de insistir: Will Ferrer es una pesada losa al cuello de esta peli).

IDEAL PARA: Ver un aceptable experimento fílmico en materia de remakes, quizás no tan bueno, pero tampoco tan deprimentemente malo como se pontificó en su minuto.

"Los Dukes de Hazzard" (2005)


"The Dukes of Hazzard". Perpetrada por Jay Chandrasekhar. Protagonizada por Johnny Knoxville, Seann William Scott, Jessica Simpson, Burt Reynolds, Willie Nelson, David Koechner, M.C. Gainey, Michael Weston, Lynda Carter, Joe Don Baker, Henry Jaderlund, Kevin Heffernan, Alice Greczyn, James Roday, Jack Polick, Nikki Grifin, Jacqui Maxwell, Junior Brown (el Baladista, sólo voz).

¿De qué se trata?
[LÉASE CON SONSONETE CAMPIRANO]: Qué caraay, que haay dos hermanitos hacieendo entregas de licor de contrabaando. Y, ma said, esas cosas terminan maal. En especial si se te ocurre gatear hasta la pieza de la hiija de uno de tus clieentes. Puede que te agarren a escopetazo limpio, sí señoor... Pero siempre puedes ir a llorar las peenas en el barucho local, desquitándote con una buena pelea de cantiina. Sí señor, son los Dukes del condado de Haazzard. Pero hay quienes no se enteeran. Tenemos por ejemplo a Boss Hogg, porfiado como una muula. Boss Hogg insiste en lanzar boñiga de vaca contra los Duukes. Quitándoles los terrenos con una mala estrategia, por ejeemplo. ¡Ay, Boss Hogg, nunca aprenderás! Porque a los Dukes, nadie los hace cencerro de vaaca. De manera que junto a su prima Daisy se ponen manos a la obra, si señoor. Y hay que ver como salta ese auto el General Lee. Y como corren la gran carreera. Y como el villano busca enriquecerse a costa de deyectar en el pueeblo.

El espíritu de los tiempos.
Le tocó a "Los ángeles de Charlie", le tocó a "Starsky y Hutch", y más tarde o más temprano era la hora de otro hit setentero/tempranoochentas como lo eran "Los Dukes de Hazzard". La opción era lógica, considerando que esta serie es casi un culto entre numerosos fanáticos. Lo que revela algo sobre los fanáticos, y no algo bueno precisamente. Porque la serie era mala de cojones desde que salió, y de no ser por el autito (el General Lee), y por la prima Daisy (¡Catherine Bach, así es que, firrrrrrmmmmmm...!), no serviría ni como forraje para el ganado. Bueh, la serie original es un buen exponente de varios arquetipos de esa infracultura compuesta por primos que se aparean con primos (quizás ahí el ganchito de la "prima Daisy") llamada los campiranos, o por decirlo bien en yueséi, los redneck: está la música campirana folk-country, está el baladista de rigor, están los primos hablando arrastradito, está el ambiente semirrural, está el millonario ezque-texano... Con un material de base tan débil, cualquier cosa que inventara estaría más que bien. McG lo entendió bien con "Los ángeles de Charlie", y aparte de tomar la premisa inicial, hizo una peli bien actual, bien 2000, y le quedó una peli con el espesor de una planaria, OK, pero a cambio muy entretenida y llevadera. Aquí decidieron ser todo lo respetuosos al material original que se pudo, lo que al peso de una serie mala desde la semilla, le sumó la plúmbea cruz de la desactualización (¡y es que 20 años no serán nada, pero 25 son algo!). Así es como les fue.

¿Por qué verla?
-- Déjenme decirlo de esta manera. Si en una peli tienes chicas buenorras y con cara de tías cachondas como Jessica Simpson, Alice Greczyn, Nikki Grifin y Jacqui Maxwell (busquen en Google Image si no), y aún así aburre más que una maratón de caracoles, es que algo anda mal. Si tienes un tremendo autazo como el General Lee, y no te despierta nada que ande de aquí para allá y se ponga en plan saltamontes con cuanta rampa se le ponga por el camino, es que algo no funciona. Cuando tienes en papeles de apoyo a los venerables Willie Nelson y Lynda Carter (sí, la Mujer Maravilla herself) y no puedes sino soltar un bostezo de abulia, es que la máquina no está golpeando con eficiencia germánica, precisamente. Si el Gobernador del Estado viene interpretado por el gran (no sólo por tamaño físico) Joe Don Baker, y lo pones a hacer el tony en vez de darle un gran rol como se lo merece, es que tienes el cerebro lleno de boñiga de vaca. Y si quieres que los héroes de tu peli sean Seann William Scott y Johnny Knoxville, es que eres un especimen raro y extremadamente valioso de cretinez ambulante. El problema de esta peli es que se toma demasiado en serio, y por ende es demasiado respetuosa con una serie original que ya era una soberana bosta desde el día en que la parieron. La verdad, no se me ocurre ninguna razón para recomendarla. Ni siquiera puedo decir de esta peli que sea realmente mala. Sólo lenta como discurso de tartamudo. Aburrida, abúlica, soporífera. Ya me entendieron el punto.

IDEAL PARA: Días de insomnio.

jueves, 1 de mayo de 2008

"Shortbus" (2006).


-- "Shortbus" (título original), "Tu última parada" (título en México). Estados Unidos. Año 2006.
-- Dirección: John Cameron Mitchell.
-- Actuación: Sook-Yin Lee, Paul Dawson, Lindsay Beamish, PJ DeBoy, Raphael Barker, Peter Stickles, Jay Brannan, Alan Mandell, Adam Hardman, Ray Rivas, Bitch, Shanti Carson, Justin Hagan, Jan Hilmer, Stephen Ken Jusick.
-- Guión: John Cameron Mitchell.
-- Banda Sonora: Yo La Tengo.

-- "Shortbus" en IMDb.
-- "Shortbus" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Es la sociedad en que vivimos. Todos tienen sexo y pasan el gran rato con él, y todos tienen cadáveres sexuales en el armario. Por ejemplo, una coreana cachas que hace con su marido unas perfomances de órdago, pero que como nos enteramos después, en realidad no ha tenido nunca un orgasmo. O el homie que prefiere macacársela y tragarse su propio semen, que tener sexo con su compañero el blablantín. La pareja de homies está a punto de venirse abajo porque uno es avasallador y quiere que todo sea de este modo o de otro, y el otro es una sabandija hábil para escabullirse por el costado, con una mirada de artista incomprendido que es de encargo. De la conversa subsiguiente, al final son los homies quienes terminan invitando a la terapeuta vivo-bien-sin-orgasmo-gracias-pero-qué-será-eso-igual, a un antro infecto llamado el Shortbus, en donde se dan cita toda las degeneraciones del NY post 9-11, cual nueva San Francisco pero sin el toque Village People. Al principio, la terapeuta no engancha bien con el ambiente, además que se transforma en el comidillo de hombres, mujeres y gente en medio de ambos, pero luego decide llevar hasta allá a su maridito, en particular cuando empieza a sentir una cierta pulsión por aquello del sexo en grupo... Además, empieza a relacionarse con una chica que se gana los centavos azotando en clave BDSM, pero que en el fondo es tierna y frágil... ya saben el resto. Por su parte, la pareja de homies incursiona en el quebradizo terreno del threesome, con un chiquillo, mientras que es espiada en clave voyeur por un vecino. Todos estos personajes empiezan a interrelacionarse entre sí, con curiosas y a veces devastadoras (y otras veces soporíferas) consecuencias.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A estas alturas del partido, Nueva York es casi una institucionalidad fílmica. La edad de oro del cine "here in NY" empezó en los '70s, con los realizadores alternativos cansados del LA noir-style, y encontró grandes voceros en gente como Martin Scorsese o Woody Allen. Pero algo pasó después del 9-11, quizás el doloroso trauma de sentir que ¡oh, sorpresa! hay gente allá afuera que nos odia por ser neoyorkinos (noooooo... ¿en serioooooo...?), que las pelis NY-style se han quedado estancadas en la descripción de lo que es la vida en esa urbe (pienso, por ejemplo, en "Confesiones a mi suegra", que podría haber sido perfectamente rodada unos diez años antes, en un "Pandillas de Nueva York" preñada de arcaísmo nostálgico sobre "los buenos y bárbaros tiempos", o en un Woody Allen cada vez más ingratamente fugitivo de la ciudad que lo vio crecer y comerse en sagrado matrimonio a su propia hija adoptiva). Lo quiera o no, "Shortbus" se inscribe en la línea del "Cine NY", por la sencilla razón de estar ambientada en ese lugar, demasiado canónico y pesado para desviarse de él con impunidad (es como el "Cine París", que debe tener Torre Eiffel sí o sí). El problema es que la peli quería ser una exploración sobre la vida del sexo en el mundo postmoderno, llevado al límite, en un mundo plagado por el miedo (el miedo al otro, el miedo a la persecusión, el miedo a los propios sentimientos), además de una crónica del Nueva York post-11... En resumen, esta peli quería ser demasiadas cosas.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digámoslo desde ya. "Shortbus" promete mucho, pero cumple tan solo a medias. Trata de ser una película rupturista, la peli de sexo para acabar con todas las pelis de sexo... y así no funciona. Porque el sexo aquí es simplemente chocante, alienado, desafectado. Puede que para algunos el sexo sea así. Pero no TODO el sexo es así. Hay aquí una típica pretensión cultureta, de tratar de ser omnicomprensivo para agotar un tema en particular, en particular uno que resulte sensible a las audiencias, pero plantearlo de una manera tan sesgada, autorreferente e intelectualoide, que en definitiva es un intento de llevar lo particular a lo general (o sea: mi visión de mundo no es sólo una visión de mundo, sino LA visión de mundo que debes adoptar, tú, pobre pagano). Ahora, si te gusta el sexo chocante, alienado, desafectado, y sobre todo crudo, aquí estarás bien...

-- Por lo menos hay buenas chicas, en glorioso technicolor. Algo es algo. También hay chicos, pero la mayor parte de ellos son gay, así es que no hay tanto aquí para el macho heterosexual, que digamos.

-- A pesar de que esta peli tiende a ser tediosa y lisérgica (consecuencia lógica de un guión que entrega demasiado espacio a la improvisación, del pretencioso dibujo de personajes que en varios casos se queda en boceto y cliché, y de la manera de emparejar y desemparejar personajes que no tiene nada que envidiarle a "Melrose Place"), hay un momento que, no diré redime a la peli entera, pero sí le suma méritos. En el tugurio Shortbus aparece infiltrado un viejito que, ¡sorpresa!, es nada menos que un ex alcalde de Nueva York, que en la década de los '80s, al tiempo que era gay dentro del closet, tenía que lidiar con el fantasma desconocido del SIDA y con los grupos que le acusaban de no hacer lo suficiente; el discurso del ex alcalde es desolador, es uno de los mejores reflejos de lo que significa vivir con miedo, y de tratar de sobreponerse no sólo a circunstancias adversas, sino a seres humanos adversos. Parece mentira que una escena tan bella y poética como ésta (además, hermosamente interpretada por Alan Mandell, actor no demasiado conocido y con no demasiado currículum para sus veteranos años, del que ojalá alcancemos a ver algo más antes de que el vejete se muera), se encuentre inserta en una peli en definitiva tan mediocre como ésta.

IDEAL PARA: Culturetas enamorados del cine rupturista.

"La virgen de los sicarios" (2000)


"La virgen de los sicarios". Dirigida por Barbet Schroeder. Protagonizada por Germán Jaramillo, Anderson Ballesteros, Juan David Restrepo, Manuel Busquets, Wilmar Agudelo, Juan Carlos Alvarez, Jairo Alzate, Zulma Arango, José Luis Bedoya, Cenobia Cano, Eduardo Carvajal, Olga Lucía Collazos. España / Francia / Colombia. Año 2000.

¿De qué se trata?
Colombia. En un departamento de estilo más o menos familiar para nosotros los latinacas, hay una fiesta "de ésas". Club de Toby. Men only. Fernando está feliz de regresar a Medellín, y más feliz aún porque tiene un bombón con pito incorporado sobre su cama. Fernando se come su bombón, y resulta que le quedó gustando. Así es que se lo lleva a su departamento, mira que en Medellín a veces hay días nublados, y es necesario con qué abrigarse en la cama... Pero entonces descubre que su precioso bombón, que responde al nombre de Alexis, tiene algunas pulgas bajo la correa. Por ejemplo, escucha música heavy a todo el volumen del equipo. O de cuando en cuando pasa gente alrededor suyo que trata cordialmente de enviarlo a fertilizar narcisos bajo una cómoda lápida. O que él mismo, por cualquier pequeñez, saca su arma y arregla cuentas a tiros. Al principio, Fernando se espanta lo suyo porque, rediez, es que Medellín no era así, hombre... Medellín era bonito, tranquilo, sosegao, y mira en lo que me lo han convertío, pues... Pero como le gusta el asuntillo con el chico, pues bien, se aguanta, y hasta empieza a disfrutarlo. En mala hora. Porque si te metes con Medellín, chico, entonces Medellín se mete contigo, y tú no quieres que Medellín se meta contigo, brother...

El espíritu de los tiempos.
¡Ah, los lejanos días del boom! Durante la segunda mitad del XX, con la influencia de Gabriel García Márquez y sus "Cien años de soledad", Latinoamérica evocaba un continente soñoliento y más inmutable que la Historia de China, una cosa estilo "El amor en los tiempos del cólera", o "Como agua para chocolate" o similar. De tarde en tarde salían narcos desde Latinoamérica, como el malvadísimo villano de "Fuerza Delta 2" o el de su contemporánea "Licencia para matar", pero eso no era toda Latinoamérica tampoco. Un buen día, una novela de un escritor llamado Fernando Vallejo, lo suficientemente apreciado por los culturetas como para que quizás, sólo quizás, algún día el General Gato le digne de hacer una visita a sus libros, cayó en las manos de Barbet Schroeder. Y éste decidió que quería hacer ese guión. Y lo llevó al cine. Sí, ya sé lo que están pensando. Un director francés que ocasionalmente ha reculado en Hollywood, haciendo una peli sobre Latinoamérica. Y no, no voy a defender ningún proteccionismo cultural, o ningún "Latinoamérica para los latinoamericanos". Si un director extralatinaca muestra la realidad latina y adapta una novela latina mejor que los directores de acá, sobrados en su soberbia "vengo de la Academia de cine y soy muy cultureta y qué", pues que así sea. No seré yo quien pierda el tiempo viendo los barruntes pseudoculturales de los defensores del proteccionismo cultural.

¿Por qué verla?
-- Partamos por la dirección. Está más que bien dirigida. No es una sorpresa. Barbet Schroeder, en activo desde filmes como "Sing-Sing", y que se ha hecho de un nombre con pelis como "Mariposas en la noche" o "El misterio Von Bülow", y que después intentó deslizarse con éxito más o menos relativo al cine hollywoodense más comercial ("El beso de la muerte", "Mujer soltera busca", "Medidas extremas", "Cálculo mortal"), aquí le dio una patada al tablero, cambiando Europa o Estados Unidos por Latinoamérica, y entregando una potente visión sobre la realidad colombiana, y latinoamericana en general, que no tiene concesiones de ningún tipo. Schroeder usa para rodar la cámara digital, por ese entonces una innovación procedente del movimiento Dogma, y le confiere con ello un grado de realismo y dureza aún mayor a una peli con un argumento ya de por sí crudo. Tampoco trata de retratar un Medellín ezque-Hollywood, lleno de glamour o con toques coloniales para que huela a realismo mágico; las calles y casas de Medellín que muestran podrían ser como locación casi cualquier escenario latinoamericano, de no ser por el peculiar sonsonete cantadito con el que hablan los colombianos. Con lo poco que había en términos de cantera de materiales, Barbet Schroeder se las arregla para extraer el máximo del ambiente y los escenarios, y recrea una gran historia.
-- La peli es una crítica contundente a muchas cosas. Desde luego que a la violencia desatada en Medellín, y al narcotráfico que, aunque casi invisible en la peli (otro punto a favor, no muestra la ciudad con el clásico retrato narcobananero hollywoodense), pareciera cruzar sus fibras por todos los personajes, de una manera u otra. Pero también es una durísima crítica a la intelectualidad latinoamericana. Fernando, el prota, es un escritor que viene desde España a recuperar el Medellín de su infancia, y es absolutamente incapaz de entender que las cosas han cambiado, y cuando por fin entiende, no se le ocurre nada mejor que sumergirse en el gusto de la jauría por la sangre humana. Y antes de hacerlo, se dedica a pontificar urbi et orbi como si él fuera el máximo dechado de la moral humana (¿a cuántos catedráticos universitarios y filósofos latinacas no me recuerda eso?). Emblemático en ese sentido, es su incapacidad para apreciar la música metalera que su bienamado trae, asunto que resuelve de una manera bien poco civilizada y más bien troglodita, cual es simplemente arrojar el equipo de música a la calle, sin pensar en que dicho equipo podría haberle servido a alguien más, o simplemente que con su acción hubiera podido machacarle la cabeza a un transeúnte (¡gran conciencia social, filósofo, gran conciencia social!). O de cómo no se es capaz de apreciar la música punk, hasta que ésta desaparece... Pero sí que trata de hacerle tragar al pobre muchacho sus sesiones de Maria Callas que, maestra era ella, por supuesto, pero que el chico acepta más bien porque si no, a la calle de nuevo a tratar de sobrevivir como se pueda, ante lo cual se limita a comentar que chilla como si la estuvieran ahorcando... O sea, en resumidas cuentas, tenemos una peli de denuncia y crítica social, pero sin héroes que nos muestren el otro lado. Hay que ser valiente para rodar una así, en estos tiempos...
-- El asuntillo ése del ñiruñiru hombre con hombre está más que bien resuelto. La relación homoerótica podría parecer un reclamo publicitario para que la vean los culturetas, ahora que la reivindicación de lo gay está tan de moda por contestatario, pero la peli está planteada de manera tal, que no podría funcionar de otra manera, de manera que ese elemento se transforma en imprescindible para la buena marcha del relato. Y tampoco trata de explotar el morbo de la situación. La peli es sobre un Medellín deprimido por la violencia, no sobre relaciones eróticas, y en esto la peli sigue una línea brillante, manteniendo los equilibrios entre lo provocativo y lo conservador.
-- La visión de lo religioso en la peli también es más que peculiar. Parece casi mentira, pero seguramente es así, que los bribones y los sicarios también tengan Dios al que rezarle. Y hasta le consagren sus balas (¿no se supone que los humanitos del otro lado también son Hijos Suyos?). El propio Fernando, ateo militante, también llegado el minuto se encuentra extraviado, desamparado por la Divinidad. No hay verdades ultramundanas reconfortantes ni éticas con moralina de peli Disney. Si Dios existe, en esta peli es claro que se ha olvidado de Medellín.

IDEAL PARA: Espectadores valientes que se atrevan con pelis incómodas, y políticamente incorrectas, mucho más que las pelis que se supone son políticamente incorrectas.

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